Enrique Polo de Lara apostó por Cuba y Filipinas, donde ocupó altos cargos, estuvo preso, pasó 45 días en la selva, y creó la Cantina Escolar de Cáceres.
Solís Avila se conforma, sencillamente, como un pintor y dibujante magistral, como se reconoce en el recorrido alrededor de su obra.
Wenceslao Mohedas Ramos se diseña, entre los surcos de sus versos, como un poeta de relieve con el tamiz, siempre, de su compromiso con la tierra extremeña.
Don Juan Checa Campos fue uno de aquellos maestros de extraordinaria sensibilidad, exquisita cultura y señeras cualidades pedagógicas.
El 5 de mayo de 1931 Valeriano Gutiérrez Macías, con 16 años, publicaba su primer cuento en el periódico “Nuevo Día”, de Cáceres.
Habría que convenir con Huxley y Alfonso Callejo que, en cierto modo, el progreso tecnológico solo ha proporcionado medios más eficientes para ir hacia atrás.
Lucas Burgos Capdevielle, gran caricaturista y pintor cacereño, triunfó en Madrid, le pudo la nostalgia y regresó a su Cáceres de siempre.
En 1903, al llegar la Virgen de la Montaña a la iglesia de Santa María, la multitud gritaba “¡Agua! ¡Agua!”.
De haber elecciones el 26-J, como parece, Rajoy y Sánchez lo pueden pasar verdaderamente mal.
Moret posibilitó una señalada revolución industrial en Cáceres tras el descubrimiento de las minas en 1864.