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MORET, EL MINISTRO DE LAS MINAS DE CACERES

13 abril 2016

Moret posibilitó una señalada revolución industrial en Cáceres tras el descubrimiento de las minas en 1864.

En aquellos complejos tiempos de la segunda mitad del siglo XIX Cáceres, hasta donde podríamos deducir, venía a ser una Villa más bien abandonada de la mano de Dios. En definitiva, como tantos y tantos lugares en aquella etapa, donde las gentes, acaso como en toda época y lugar, se buscaban la vida como buenamente podían para salir adelante.

Más un día, allá por 1864, el comisario de Policía Francisco Lorenzo, conocido como el Fraile, ya que había vestido hábitos monásticos, y que primeramente se ocupó en una tienda de ultramarinos, paseando por la zona de El Calerizo, descubrió la existencia del fosfato calizo. Un acontecimiento que, enseguida, fue tomando cuerpo, forma e ilusión colectiva. De tal modo que el descubrimiento de las minas llevaron a que Segismundo Moret, que fuera cinco veces ministro, y posteriormente presidente del Consejo de Ministros se percatara de la importancia, de la transcendencia y de las posibilidades socioeconómicas que podrían deducirse de tal hallazgo.

De tal forma que, como se ha reconocido a lo largo de la historia, las minas supusieron el arranque y levantamiento de lo que se podría denominar como la primera gran industria en la vida de Cáceres y que posibilitó los caminos para solventar el trabajo, y por tanto la supervivencia, de numerosas familias cacereñas.

Y es que no hay que olvidar, en este punto, que Segismundo Moret, 1838-1907, catedrático de Economía Política e Instituciones de Hacienda Pública, embajador en Londres, Ministro de Ultramar, de Hacienda, de Gobernación, de Estado, de Fomento, presidente del Congreso de los Diputados y presidente del Consejo de Ministros, se conforma como una figura calificada de un auténtico adelantado de los tiempos en el fomento de las reformas sociales. Lo mismo que trató de hacerlo con la educación, con las ciencias.

Tal fue el interés y preocupación del político liberal y monárquico, que a raíz de dicho hallazgo y descubrimiento, viajó en numerosas ocasiones a Cáceres. sobre todo en el período comprendido entre los años 1874 y 1871, defendiendo la riqueza minera del Calerizo y, al tiempo, imprimiendo un gran desarrollo en la zona. Lo que supuso toda una revolución popular en Cáceres.

Y es tanto lo que Segismundo Moret se propuso en el empeño que batalló por la puesta en marcha del ferrocarril hasta la misma boca de la mina para la más rápida y cómoda exportación de la fosforita por España y diversos países europeos, participó en la Sociedad General de Fosfatos de Cáceres así como en la Sociedad de los Ferrocarriles de Cáceres a Malpartida de Plasencia y a la frontera portuguesa y se convirtió en uno de los pilares y artífices de la puesta en marcha del Tren Internacional Madrid-Lisboa, en 1881, con la presencia en Cáceres de los Reyes de España, Alfonso XII, y de Portugal, Luis I.

Toda una jornada histórica en la que la ciudad estaba bellamente adornada con guirnaldas, banderas, gallardetes, arcos florales. Y, sobre todo, una gran expectación popular. Con tal ocasión se celebró misa y Te-Deum en la iglesia de Santa María, corrida de toros con un cartel de antología, Salvador Sánchez, Frascuelo, y Angel Pastor, visita a Cáceres Antiguo, banquete servido por el restaurante madrileño Lardhy, iluminación nocturna, fuegos artificales, bailes de sociedad en El Círculo de Artesanos, en el Círculo de la Concordia y en La Unión, a los que giró visita Su Majestad, y, como era de suponer, también se llevó a cabo un viajecito en tren hasta las minas, donde las muy ilustres personalidades recorrieron las instalaciones de la denominada La Abundancia, saludaron al vecindario y presenciaron un desfile del paisanaje.

Ante sus esfuerzos y logros, que supusieron un señalado paso en la vida económica y social de Cáceres, en el año 1880 el Ayuntamiento de la Villa le dio su nombre al entonces barrio minero, que pasaría a denominarse Aldea Moret, y que se inaugurara en 1875, le nombró Hijo Adoptivo en 1881 y, ya en 1913, unos años después de su fallecimiento, el pleno municipal decidió dar su nombre a una de las calles más importantes de Cáceres, ya que Segismundo Moret se presentaba como una figura emblemática en la evolución de la Villa. Y desde aquel año, 1913, la calle, hasta entonces denominada Cortes, una de las más céntricas y de mayor relieve, pasó a ser conocida como Moret.

Cáceres, pues, impulsó la dedicación y entrega de Moret con todos los reconocimientos posibles. Una calle, la que le dedica Cáceres, por cierto, de gran porte con comercios y empresas de relieve.

El mismo también tuvo tiempo, en su extraordinaria capacidad de trabajo, para ejercer como presidente del Ateneo de Madrid y de la Institución Libre de Enseñanza, así como firmar numerosas publicaciones.

Se trata de una figura, sencillamente, que un estudioso de su obra, como es el profesor José Pastor, ha llegado a denominarle como "el personaje más importante que ha tenido la ciudad en la etapa contemporánea, porque originó una verdadera revolución industrial en la ciudad".

Señalemos, asimismo, que a su muerte una Orden Real dispuso quela enseña nacional ondeara a media asta en los edificios públicos como manifestación de duelo.

Segismundo Moret también es Hijo Predilecto de Cádiz, donde se levanta una estatua en su honor, en la que destacan las palabras Patriotismo, Libertad, Lealtad y Elocuencia.

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