“Un rincón fascinante de Cáceres donde se funden la oración y los dulces de las monjas contemplativas clarisas”
La calle Moros, después Margallo, siempre fue un trasiego de gentes y establecimientos.
“Una mujer trabajadora, esmerada y con capacidad de superación hasta hacer de Modas Dioni un emblema de Cáceres” .
“Aquellas galopadas de Fabio, extremo izquierda del C. Deportivo Cacereño, hacían temblar a los defensas rivales”.
“En Cáceres hubo Gobernadores que fueron Ministros, que duraron quince días, que fueron fusilados…”
Isabel Agúndez, hecha a sí misma, es una artista que pinta versos y paisajes en la confesión de su identidad extremeña.
Castor Moreno, que llegó a ser dueño de la Imprenta Minerva, la de mayor solera de Cáceres, fue representante de Vino de Misa.
Aquella Feria de Cáceres, del 1927, fue, como todas, una manifestación de alegría y diversión en la que se dio rienda suelta a la participación popular.
Una serie de imágenes del Cáceres de Aquellos Tiempos figuran en la siempre dulce senda del Chocolate Amatller.
Gil Hoyos y Modas Pérez conforman una página en la historia de las tiendas y el comercio de Cáceres.