Aunque con alguna variación según las distintas teorías, resulta comúnmente aceptado tener por elementos del proceso de comunicación los siguientes: el emisor, el receptor, el mensaje, el código, el canal y el contexto.
De niños, al menos en la época de quien esto escribe, era frecuente oír expresiones del tipo “ya no te ajunto” como corolario a discusiones que se producían en el desarrollo de cualquier juego. Era ésta una manera de anunciar al contrario que se daban por rotas todo tipo de relaciones.