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Capitán Motosierra

02 septiembre 2019

Capitán Motosierra

Tras mis dos últimos post sobre Amazonas, en este tercero me toca la parte peor. La que habla de las barbaridades cometidas por el gobierno brasileño y del peligro real que el “pulmón” del planeta sufre.

Tras mis dos últimos post sobre Amazonas, en este tercero me toca la parte peor. La que habla de las barbaridades cometidas por el gobierno brasileño y del peligro real que el “pulmón” del planeta sufre. Todo gracias a nuestro querido presidente, el CAPITÁN MOTOSIERRA y sus secuaces.

El presidente de la República, Jair Bolsonaro  se quejó el martes (20/08/2019) de la fama que tiene de intentar destruir el Amazonas. Comenta jocoso, que pasó del apodo de "capitán de motosierra" a "Nerón", un poderoso emperador romano cuya historia le atribuye el fuego que habría destruido Roma.

Según el presidente, hay una guerra internacional de información para controlar el bosque fuera de las manos brasileñas. Según él nada de lo que preocuparse, son ideas locas de ecologistas locos y de periodistas locos y de conspiranoicos locos, nada que ver con la realidad.

La política ambiental de Bolsonaro ha sido objeto de fuertes críticas internacionales ya que los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe) señalaron un gran aumento de la deforestación este año. El episodio provocó que el gobierno cuestionara los números, lo que condujo al cambio de mando en el organismo de supervisión. La nueva política es OCULTAR estos datos para no alarmar si es que esto no es más alarmante que los propios datos.

Sin embargo, el viernes, la ONG Imazon, que utiliza una metodología diferente de Inpe, también destacó un fuerte aumento de la deforestación este año. Las cifras hicieron que Alemania y Noruega suspendieran la transferencia de recursos para la preservación de los bosques.

Los números son claros, ya los quiera ver el presidente como los quiera ver: AUMENTO DE UN 268% DE LA DEFORESTACIÓN DURANTE EL GOBIERNO BOLSONARO. 

En El País, Eliane Brum señaló que Bolsonaro es una amenaza no solo para Brasil sino para el planeta, ya que el Amazonas es fundamental para controlar el calentamiento global dentro del límite de 1,5 ° C, un proceso que no permite errores: medio grado extra sería catastrófico, y los próximos 12 años serán cruciales para la meta. 136 geógrafos de Pará también publicaron una carta en defensa de la democracia, diciendo que "Bolsonaro presenta una postura política de entregar los recursos naturales de la selva tropical más grande del mundo a" la iniciativa privada de países extranjeros”.

The Guardian, el Financial Times, el New York Times, el Businnes Insider, el New Yorker y Reuters, entre otros, también advirtieron sobre la amenaza concreta que representa Bolsonaro para el Amazonas, el medio ambiente y el cambio climático.

Veamos entonces que ha hecho este gobierno para desencadenar tan duras críticas, injustas a su parecer.

Una de las primeras promesas de campaña de Bolsonaro fue la fusión de dos ministerios contrapuestos, Agricultura y Medioambiente, anunciado previamente por el jefe de gabinete de Bolsonaro, Onyx Lorenzoni. Esta decisión fue rechazada por las organizaciones ambientalistas, debido a que el ministerio responsable por incentivar la agricultura y la pecuaria será el mismo encargado de conceder licencias ambientales para la producción en áreas de preservación.

Siendo precandidato a la presidencia, Bolsonaro afirmó que no demarcaría las tierras indígenas, una exigencia histórica que garantizaría la conservación de sus modos de vida. 

 

En términos despectivos hacia esta comunidad, Bolsonaro indicó que “el indio ya tiene demasiada tierra", para posteriormente argumentar que deben "tratarlos como seres humanos, los indios tienen un teniente del ejército, el presidente de Bolivia (refiriéndose a Evo Morales), ¿no quiere vivir en un zoológico?“. Sobran los comentarios a estas declaraciones.

Además, el compromiso que muchas naciones asumieron durante el Acuerdo de París en 2015 para reducir las emisiones de carbono antes de 2030 podría estar en riesgo, ya que siguiendo el “ejemplo” de Donald Trump, que salió del acuerdo en junio de 2017, Bolsonaro planea hacer lo mismo con Brasil.

Otra más por si no había suficiente es que Bolsonaro ha prometido abrir estas tierras a la explotación minera y forestal (las tierras indígenas y su derecho a ellas están garantizadas por el artículo 231 de la constitución brasileña) aunque el respeto del gobierno hacia la constitución es nulo a cada día que pasa. 

Por todo ello, enhorabuena los implicados. Estamos consiguiendo acabar con un país que está en el medio de una placa tectónica, sin terremotos, maremotos, huracanes, erupciones volcánicas, nada. Ese mismo país hoy lleno de bahías con fuel vertido, deforestado, pantanos que se rompen causando cientos de muertos por la mala preservación, catástrofes ambientales sin medida y animales extinguidos. Enhorabuena.

Con este panorama se nos hace difícil soñar en un futuro mejor. Desde enero de 2019 no salimos de la pesadilla.

Nos leemos en breve, gracias por este ratito. Sed felices y responsables con este planeta tan increíble que nos acoge.

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