Llegué a Rio de Janeiro hace cuatro años y, desde el primer momento quise colaborar en un proyecto de voluntariado, trabajé en varios proyectos de voluntaria pero una favela en la zona norte de esta ciudad estaba muy lejos de todo lo que yo ya había hecho. Entré de la mano de una persona muy especial que hoy coordina un proyecto de Yoga gratuito para todos los residentes de esa comunidad. Era solo para dar unas clases intensivas de preparación a un examen y hoy soy directora de la ONG “Español para todo@s”. Te pica el “bichito” como dicen por aquí y ya no puedes parar.
El primer día entras como de puntillas con el miedo que todo el mundo te ha metido en el cuerpo, principalmente miedo que venía de personas que nunca habían puesto un pie en ninguna favela. Y, en realidad, el peligro está ahí, infelizmente eso es inevitable pero el miedo se hace muy chiquitito después de muy poco tiempo.
La favela donde llevamos a cabo el proyecto es la Favela da Maré, ahora mundialmente conocida porque de allí era oriunda Marielle, esa gran política y activista, negra, favelada y mujer. Y esa es una de las pocas comillas que le pondré a la palabra maravilloso, la impunidad con que las cosas pasan en la favela y la generalización que el carioca que vive en el asfalto hace de todas las comunidades. Lo demás, como decía, maravilloso.
Español para tod@s ofrece en colaboración con ICLE, Redes da Maré y el Instituto Cervantes, entre otros, clases de español gratuitas con certificado para que el idioma pueda ser una herramienta para su vida laboral y personal. Tenemos alumnos de los 7 a los 62 años. Y aquel tópico que se dice de que “lo que das nunca es tanto como lo que recibes”, en mi caso es una rotunda realidad. Nuestros alumnos son personas tan especiales, luchadoras, guerreros y guerreras que se superan a cada día. Ellos están aprendiendo español pero yo estoy aprendiendo de la vida. He conocido a gente increíble y nunca fui tan feliz dando clases como cuando las doy allí.
Después de todo este tiempo puedo decir que esta fue una de las pocas experiencias en mi vida que me hicieron cambiar de verdad, darme cuenta de lo que de verdad tiene sentido en la vida.
El segundo día de trabajar allí pasamos por un tiroteo de los peores que había habido y fue muy duro, pasamos más de 4 horas tumbados en el suelo con más de 20 niños de la guardería que se habían quedado allí y sus madres no podían buscarlos porque de un lado teníamos un tanque y del otro ametralladoras.
Salí de allí con las piernas temblando pero en el autobús de vuelta le dije a Ana Olivia, coordinadora del proyecto por entonces, que contara conmigo que yo iba a seguir yendo. Al día siguiente estaba comprando en el supermercado y al chico de la fruta se le cayó una caja, me tiré al suelo. Pero eso no es la realidad de la favela, eso es algo que ocurre precisamente por la impunidad de la que os hablaba antes. Los residentes de Maré sufren con esto a diario y esto conlleva muchas cosas más, los días que hay operación no abren las escuelas o los puntos médicos, y esos, en algunos periodos ha ocurrido con bastante frecuencia, esto hace con que, por ejemplo, la diferencia de oportunidades se haga mucho más distante, estos chicos que van a la escuela salen con muchas menos horas de clase que cualquier otro chico de fuera de la favela.
Nosotros creemos que la educación es el camino para resolver los problemas sociales y con ese sueño nos levantamos cada día.
A través de este blog pretendo ir contando las cosas que van pasando semana a semana en el proyecto, anécdotas y muchas historias. Gracias por dedicar un ratito de tu tiempo a leerme.