El pasado mes de marzo se llevó a cabo en Badajoz el Congreso de Innovación y Tecnología Educativa. En el marco de ese evento, la periodista brasileña Cristina Tardáliga, periodista y fundadora de Agência Lupa en Brasil, impartió sendos talleres para que docentes y profesionales de la información aprendamos a identificar las ahora tan populares fake news.
Una de las primeras ideas que dejó caer la tallerista es lo poco acertado para un/a periodista hablar de “noticias falsas” y nos emplazaba al uso de “bulo”, que precisamente significa: Noticia falsa propagada con algún fin; aunque también tirar de “patraña” -Invención urdida con propósito de engañar- que suena a viejo pero le viene como anillo al dedo a este contexto.
En este escenario de elecciones varias hemos sido y seguimos siendo bombardeados por comentarios desde la clase política que, intencionadamente o no, se alejan de la realidad y hechos. Nada que decir sobre el volumen ingente de mensajes compartidos en whatsapp y otras redes sociales con informaciones que rozan el absurdo. Pero que para un importante número de personas de este país tienen crediblidad. Uno de los temas “estrella” ha sido la migración y así hemos escuchado, a modo de repiqueteo, sobre supuestas o promesas de ayudas que reciben migrantes y refugiados, solo por el hecho de serlo. Desde Newtral o Maldito Bulo han publicado en reiteradas ocasiones datos que desmienten esas “desinformaciones”. Sin embargo, los comentarios a ese ejercicio de contrastación son de desconfianza:
“Nos quieren tachar de racistas, y no es ser racista .Simplemente es que no somos tontos. Aquí hay mas gente NECESITADA de la que se dice. Yo me considero con mas derechos que los inmigrantes .Por que soy nacido aquí, residente y CONTRIBUYENTE”
“En España, en Madrid hay un comedor social sólo para inmigrantes, eso es racismo, en este caso racismo contra los españoles, hay muchas ONGs que ayudan sólo a inmigrantes, eso también es racismo contra los españoles”
“Si la inmigración supone el 10% de la población española y el 15,17% de los usuarios de los servicios sociales fueron extranjeros, aquí hay algo que no cuadra”
¿Cómo hemos llegado a esta situación?¿Cuál es la responsabilidad de los medios en ello?
Distintas investigaciones universitarias hablan sobre la capacidad del “bulo” o “rumor” de propagarse rápidamente y de mantenerse durante horas antes de que llegue a “corregirse”. Desde 2016, en Estados Unidos, la Universidad de Indiana trabaja con sistemas automatizados que analizan la difusión de información falsa y sus desmentidos: Hoaxy.
“Encontramos, en términos absolutos, que la desinformación se produce en un cantidad mucho mayor que los contenidos contrastados”.
En el marco de las elecciones europeas y para combatir conjuntamente las “fake news” nace Factcheck. Eu, formado por 19 medios europeos de 13 países que tienen como objetivo verificar el discurso político y público y ofrecer una información veraz a la ciudadanía. Desde hace algunos años, Facebook permite denunciar noticias falsas y discursos de odio publicados en páginas o desde cuentas personales.
Con respecto del controvertido asunto de la movilidad humana, desde plataformas como Stoprumores se han venido lanzando infografías con recomendaciones simples que invitan a la reflexión sobre la información que nos llega y a valorar nuestra responsabilidad en la propagación de información falsa. CEAR-Euskadi lanzó entre 2013 y 2017 la campaña “No te dejes enredar” para sensibilizar sobre los rumores falsos que se han ido replicando sobre la población migrante.
Son muchos los esfuerzos y cada vez más las herramientas para que profesionales y ciudadanos de a pie nos pongamos las pilas con los bulos. A la fecha, el número de periodistas que se dedican a la verificación, aunque va en aumento, no es muy elevado. En España esta tarea la llevan a cabo las ya mencionadas Newtral y Maldito Bulo, además de France Press.
Muchas de las informaciones falsas compartidas fomentan la crispación y el odio hacia “el otro” -como hemos visto y escuchado, las personas migrantes no salen muy bien paradas de está vorágine de “fakes”. Como ciudadanos y ciudadanas, tenemos la responsabilidad de ser críticos y reflexionar sobre las informaciones que nos llegan, sobre cómo nos afectan o como pueden afectar a otras personas. Y depend de nosotros y nosotras no dejarnos enredar por los hilos de los bulos y los rumores falsos.
