La semana pasada Aquarius dejó de ser solo una referencia de bebida isotónica para convertirse en bandera de humanidad y, también, de deshumanidad. Y los medios, en esta materia, jugaron nuevamente un rol dicotómico que nos llevaba a todo tipo de confusiones e inseguridades: informador-desinformador y promotor de conflicto-promotor de convivencia.
¿Qué nos pasa con las personas que vienen de fuera?¿Por qué nos aterran los distintos colores de piel? ¿Tenemos miedo al pobre-o al que pensamos que es el pobre? ¿Qué sabemos de estas personas? ¿Seríamos más acogedores si vinieran de otros países?
Es dificil pensar que estás personas han llegado a las fronteras de la nada. Todas llevan meses o años cruzando países, sometidas a todo tipo de vicisitudes: estafas, explotación, vejaciones, abusos...Leía que todas, repito, todas las mujeres que venían embarcadas en el Aquarius han sufrido violencia o explotación sexual. También un grupo importante de hombres mostraban signos de haber sido violados. Los relatos que traen de su paso por Libia son sobrecogedores. Aquí, algo sabemos de lo que pasa en ese país, aunque creo que aún no somos conscientes de la magnitud. Es un hecho que en Libia, personas están siendo vendidas como esclavas, encerradas en jaulas, sus fotos publicadas en Facebook, tal es la sinrazón y la impunidad del negocio con migrantes, refugiados y desplazados.
Estoy convencida que gran parte de las personas que mostraron su rechazo al Aquarius, a las pateras, al que no conocemos es precisamente fruto de la incertidumbre que causa el no saber, la desinformación, el miedo. En mi entrada anterior hablaba de la importancia de la Educación Intercultural, y en general de la Educación, para romper con esterotipos y falsas ideas sobre la migración. En materia de sensibilización, me parece destacable el trabajo de las plataformas que se hacen llamar “antiRumores” (ZAS! o Stop Rumores) y que promueven una ciudadanía activa e informada a la que no enreden con rumores y estereotipos que dificulten la convivencia. Y este trabajo pedagógico y educativo debería estar acompañado de otras políticas sociales, entre otras, que fomenten la acogida e inclusión.
Me han llamado “buenista”. Un amigo en Facebook hacía una reflexión muy interesante sobre el “buenismo” asimilándolo a una forma de perversión del lenguaje y de excusar nuestra ceguera e inhumanidad. ¿Los que no son “buenistas”, son “malistas”? Si entendemos que lo opuesto de bueno es malo, ¿por qué optamos?
En el Día Mundial de las Personas Refugiadas, y a diario, yo estoy #ConLosRefugiados.
*Para saber más sobre los terminos relacionados con la movilidad humana, os recomiendo estos enlaces:
Preguntas Frecuentes sobre “refugiados” y “migrantes” (ACNUR):http://www.acnur.org/es-es/asilo-y-migracion.html
Diccionario de Asilo (CEAR-Euskadi):http://diccionario.cear-euskadi.org/