A pesar de que cada día es más frecuente hablar, oír o tratar con alguien que conoce o ha trabajado con Psicólogos deportivos aún se escuchan frases como:
“Soy débil psicológicamente, necesito un Psicólogo Deportivo”
Esta frase recuerda mucho a la tan extendida “¿Psicólogo deportivo? ¡Yo no estoy loco!”.
Es cierto, que están desapareciendo las ideas preconcebidas de este tipo de frases. A pesar de ello, los psicólogos deportivos somos conscientes de las barreras que aún tenemos que superar por la asociación errónea que se da entre el trabajo psicológico y la debilidad o lasitud como deportista.
Es tan dispar esta asociación, y se ve tan claramente como si te respondes sinceramente a esta pregunta: ¿Consideraríamos que el deportista que vemos entrenándose en el gimnasio está físicamente débil? Probablemente la respuesta sería NO.
El psicólogo del deporte no hace un tratamiento, sino un entrenamiento. La función más importante y primordial del Psicólogo del Deporte, es entrenar con deportistas, entrenadores y equipos, las capacidades mentales que les facilitan desarrollar el mayor rendimiento.
Se trabajan capacidades como la atención, la comunicación, el control del pensamiento, la concentración, el estrés de los resultados, y un largo etcétera.
Estas funciones, al igual que las físicas pueden ser en mayor o menor medida innatas en función de la persona. Y por ello, exactamente igual que las físicas hay que entrenarlas y mantenerlas en el estado óptimo para alcanzar los mejores resultados deportivos.
Tenemos que tener muy claro que la mente precede a la acción. Por eso, un deportista tiene que educar su mente para alimentarla de pensamientos adecuados. El deportista, necesita pensamientos positivos. El cuerpo hace lo que la mente dice, si la mente dice “no puedes hacerlo”, el deportista no lo va a hacer. Porque su mente le dice a su cuerpo que no es posible lograrlo, pero si la mente dice: “tú puedes hacerlo”, automáticamente el rendimiento se incrementa.
Lo bueno de todos los aspectos del trabajo psicológico con deportistas es que se pueden trabajar, y trabajándolos se mejoran de forma acentudada.
"NADA HACE MÁS FELIZ A UN DEPORTISTA QUE PODER MEJORAR."
Conclusión tal y como muy bien dijo Josef Ajram sobre el límite, les termino el artículo diciendo “no sé que es la “lasitud mental, pero sí sé lo que no es”.
PSICÓLOGA CLÍNICA Y DEPORTIVA @inmaculadacruza
