A raíz del último artículo que escribí “El boom de los pensamientos positivos”, he querido mencionar algunos de los motivos por los que algunas relaciones resultan tan fáciles y agradables y otras no.
Se habla demasiadas veces de los síntomas de aquellas cosas que van mal: Gente tóxica, vampiros energéticos, personas negativas, y una larga lista de tecnicismos parecidos. Realmente, lo que ha de primar en nuestro día a día ha de ser una relación sana tanto con los demás cómo con nosotros mismos.
Para ello, quiero reflejar un corto cuento que leí una vez y que hace fiel reflejo de lo que hoy quiero destacar.
-“Un pueblo, en un oasis. A las afueras, un anciano observando a unos niños que juegan. Llega un viajero que le pregunta al anciano:
Hola, ¿cómo es la gente de este lugar?”
-¿Cómo es la gente del lugar de dónde vienes?, le preguntó a su vez el anciano.
Pues mira, de donde vengo la gente es egoísta, antipática, mentirosa y malvada, dijo el viajero. Por eso me voy de alí.
El anciano contestó: - lo mismo vas a encontrar aquí. Entonces no entro, dijo el viajero… Y siguió con su viaje.
Llegó otro viajero al oasis, y viendo al anciano, preguntó: ¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta: ¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
Y el viajero respondió sonriente: “Mi pueblo es estupendo, y su gente maravillosa: son honestos, amigables y hospitalario… tengo ganas de volver allí”.
Lo mismo encontrarás aquí, respondió el anciano. Y el viajero entró a descansar en el pueblo.
Entonces, los niños preguntaron al anciano: -“¿Por qué a uno le has dicho que aquí la gente era mala y a otro que era buena?”
El viejo respondió: -“cada uno ve a los demás con su corazón. Si llevas bondad en tu corazón, sabrás ver bondad a tu alrededor. Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí. No importa donde vayas ni que gente conozcas, te rodearás de la gente que tu corazón conozca. Si desconfías de las personas, encontrarás gente desconfiada, si les das una oportunidad, encontrarás personas bondadosas y otras que no, pero te quedarás con las bondadosas y desecharás a las que no lo son. Todo depende de tú corazón.”-
Después, de esta breve lectura lo primero que deberíamos pensar es en comenzar el cambio por nosotros mismos. Deberíamos de ser la persona con la que nos gustaría relacionarnos. Debemos desarrollar las cualidades que valoramos más importantes, porque si no eres una buena compañía para ti mismo, es difícil que lo seas para otra persona.
Un ejercicio que de vez en cuando deberíamos realizar es, hacer un balance y apostar por las relaciones en las que damos lo mejor de nosotros mismos y donde nos sentimos enriquecidos, con más energía, reconfortados y queridos.
¿Lo haces? ¿Empezamos a ser nuestra mejor versión tanto para nosotros como para los demás?
PSICÓLOGA CLÍNICA Y DEPORTIVA @inmaculadacruza
