A todos nos ha pasado alguna vez que de repente nos viene a la cabeza un pensamiento, si es bueno puede que nos lleve a otro bueno y sonriamos o directamente se quede ahí. Pero si el pensamiento es negativo lo más probable es que te lleve a otro negativo, y este a su vez a otro más y así sucesivamente, hasta haber modificado tu estado de ánimo por un solo pensamiento.
Igual ocurre, cuando tenemos a una persona a nuestro lado, pensamos que por el tiempo que llevamos juntos vamos a estar unidos para toda la vida. Es un craso error, si no cuidas las cosas se estropean y si no mantienes viva una relación se marchita como las flores. En ocasiones, damos por hecho que si algo ha acabado es porque así tenía ser, pero sin embargo, puede ser que haya acabado porque lo hemos dejado morir, cuando realmente no queríamos. Dejamos de fijarnos en las cosas que nos gustan de esa persona, para poner la atención en las cosas que menos nos agradan. Dejamos de decir te quiero para recordar que ha dejado la pasta de dientes abierta.
Si analizamos todas estas conductas y pensamientos desde un punto objetivo vemos que realmente, dejamos decaer la situación por el simple hecho de no cuidar los pequeños detalles.
Una vez acabada la relación, tomada distancia de la misma y analizado cada por qué sucedido en la relación, puede ser que descubras que realmente no has sabido reconducir la situación. Que tu día a día y tu actitud hizo que tus pensamientos y acciones derivaran a la orilla errónea en lugar de hacerlo en el lado de la orilla correcta. Ante esto, la pregunta sería ¿es bueno volver a intentarlo o dejar las cosas tal y como han acontecido?
¿Por qué tenemos tanto pudor a la hora de pedir perdón? ¿Por qué nos cuesta pedir otra oportunidad?
Quizás la otra persona haya pasado página, quizás no. Probablemente, ese miedo a la incertidumbre, al pudor es lo que en situaciones como la comentada anteriormente y en otras muchas nos haga no avanzar.
Es imprescindible salir de nuestra zona de confort para progresar tanto a nivel personal como profesional.
La zona de confort, es ese lugar mental en el que estamos a gusto con todo, y no pensamos en cambiar nada de nuestra vida.
Pero estar bien con todo, no necesariamente es bueno. Algunas personas están simplemente a gusto con la falta de valores, motivación, unión, etc.
El problema de la zona de confort es que nunca nos podemos liberar de ella. Es decir, en vez de salir de nuestra zona de confort, lo que hacemos es expandirla en muchos casos. Que realmente, no es algo negativo puesto que la amplitud de la misma, nos hacen realizar actividades que nos incomodan pero que son las que nos llevan a la consecución de un éxito.
El éxito incluye por momentos incomodarnos con actividades difíciles, que nos producen pereza o que requieren mucho trabajo. Por ejemplo, un emprendedor que quiere montar su propio negocio.
Esto será mucho trabajo, esfuerzo y nada de resultados al principio. Algo, sinceramente bastante incómodo. Pero, vale la pena intentarlo. Vale la pena, resetear nuestra mente de vez en cuando para empezar de nuevo.
Es justo esto lo que busca conseguir el Desarrollo Personal, el que cada vez más contemos con capacidades mayores para sentirnos cómodos en nuestra vida.
Aumentar nuestra zona de confort será entonces: sentirnos cómodos cada vez más con tareas difíciles o actividades complejas que nos lleven al éxito.
Es importante lograr salir de nuestra zona de confort, para que el éxito personal y profesional deje de ser un sueño o un pensamiento en lugar de nuestro estilo de vida.
Yo estoy en ello, ¿y tú?
PSICÓLOGA @inmaculadacruza
