Hace ya algún tiempo, haciéndome eco de la actualidad informativa de nuestro país, instaba a los poderes públicos, a que con los mismos argumentos que utilizaban para solicitar una reforma del Régimen Electoral General que permitieran a las “minorías” obtener representación en el Congreso de los Diputados, promovieran las iniciativas necesarias en el ámbito sindical.
Y es que, si se solicita la modificación de la Ley Electoral General, en el sentido de reducir el porcentaje de votos exigido para que una candidatura sea tenida en cuenta, con la intención de incrementar la pluralidad en el Congreso de los Diputados en los mismos términos, se debería solicitar la modificación de la Ley Orgánica de Libertad Sindical, pues ésta produce un efecto similar, impidiendo la participación en la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los trabajadores a organizaciones sindicales suficientemente representativas.
Dicha Ley excluye, a las organizaciones sindicales que no reúnen las condiciones para recibir la denominación, de “más representativos”. Traduciéndose en que, la voz de sectores importantes de la sociedad no se escuche en los foros de diálogo social, no tomándose en consideración la opinión de numerosos ciudadanos que han depositado su confianza en otras organizaciones sindicales que apuestan por un nuevo modelo sindical, que la sociedad comienza a reclamar, y que tienen mucho que aportar al bienestar y al progreso de la sociedad española.
Como especificaba al comienzo, habiendo pasado ya algún tiempo, vuelve a estar de actualidad, por deseo de algunas fuerzas políticas, la reforma de la citada Ley de Régimen Electoral, manteniéndose los argumentos que en su día la motivaron.
En este contexto CSIF, como organización sindical más representativa en el ámbito de la función pública y suficientemente representativa en el ámbito privado, quiere seguir la senda iniciada en su momento, y ante la falta de reacciones por parte de los poderes públicos, vuelve a solicitar la reforma de la Ley de Libertad Sindical, corrigiendo derechos históricos que no hacen justicia a los tiempos actuales, y nos sitúan en el pasado, poniendo fin a un modelo sindical sustentado en tratos de favor para aquéllos sindicatos con la condición de más representativos y en la exclusión de esas “minorías” que también quieren y deben ser escuchadas, participando en todos y cada uno de los foros de diálogo social.
Por lo tanto, recuerdo a aquéllos que piden la reforma del Régimen Electoral que no se acuerden de Santa Bárbara solo cuando truena y, en atención a sus motivos, sean coherentes con sus peticiones y, en los mismos términos y con los mismos argumentos, pidan y tomen las iniciativas oportunas para que se reforme la Ley de Libertad Sindical, permitiendo que aquellas organizaciones sindicales que obtengan una representación considerable, y por tanto resulten suficientemente representativas, estén presentes en los foros de diálogo social, con el resultado de la presencia en los mismos de la voz de sectores importantes, en términos cuantitativos que no cualitativos, de nuestra sociedad.