Ahora que llega el verano, y los gimnasios están llenos debido a que queremos poner todos nuestros músculos en su lugar para afrontar de la mejor manera posible nuestra presentación en playas y piscinas. He de decir, que para entrenar nuestro cerebro cualquier época del año es idónea.
En Psicología, tenemos una asignatura fundamental que es Neurociencia, y que hoy nos va a ayudar a entender un poco mejor cómo funciona el entrenamiento del cerebro.
Se ha comprobado, que en el cerebro existen una serie de impulsos eléctricos que generan ondas cerebrales. Estas ondas tienen diferentes frecuencias dependiendo de la actividad que estemos realizando. Por ello, para que nuestro cerebro esté lo más en forma posible, debe haber un equilibrio entre todas las diferentes frecuencias de las ondas.
Las ondas más importantes que se producen en el cerebro a lo largo del día son:
Ondas Beta. Presentes cuando estamos despiertos, trabajando o centrados en alguna actividad. También, se relacionan con los estados de alerta o cuando estamos realizando alguna actividad que nos produzca estrés.
Ondas Alfa. Se producen cuando estamos más relajados. Tenemos, en esos momentos, una atención baja.
Ondas Theta. Es la onda que aparece cuando estamos a punto de dormirnos o cuando estamos soñando despiertos de manera inconsciente.
Ondas Delta. Aparece cuando estamos dormidos profundamente.
Ondas Gamma. Son las ondas más rápidas del cerebro. Se asocian a la intuición, creatividad y a estados de máxima atención. Estas ondas parten de estados de tranquilidad.
En este momento, es cuándo nos preguntamos, ¿cuál es el estado óptimo? Es sencillo, el estado óptimo es, cuando se corresponden las ondas producidas con la actividad que estamos llevando a cabo. Cuando esto no ocurre es cuando se producen los estados de estrés y ansiedad.
Es importante, que a lo largo del día se produzcan diferentes tipos de ondas y que si hay unas mucho más predominantes que otras, es cuando puede haber un problema. De ahí, la importancia de saber gestionarlas.
Por ello, doctores como David Rock y Daniel J.Siegel diseñaron la “dieta mental”, que es la que dota al cerebro de todo lo que necesita para su buen funcionamiento.
Estos doctores nos hablan de siete nutrientes que tenemos que aportar al cerebro de forma diaria, y son:
Dormir. Favorece las ondas Delta y Theta. Hay que dormir al menos seis horas diarias para que nuestro cerebro descanse y se prepare para seguir aprendiendo.
No hacer. Se potencian las ondas Theta y Alfa. Significa no estar centrado en nada en concreto. De esta manera conseguimos que nuestro cerebro se relaje.
Vivir el presente. Se generan ondas Alfa y Gamma. Son momentos de reflexión, pasear, etc. Así conseguimos rebajar el estrés, presión arterial y la tensión muscular.
Conexión. Significa establecer relaciones con otras personas. De esta forma estamos generando todo tipo de ondas, ya que dependerá de la forma cómo nos estemos relacionando. De ahí que la amistad tenga una gran importancia en nuestra vida.
Juego. Momento para reírse, divertirse, ser creativos…para que potenciemos las ondas Gamma. Son momentos de disfrutar.
Ejercicio físico. El deporte es fundamental, entre otras cosas, para el buen funcionamiento de nuestro cerebro para su plasticidad. Generador de ondas Gamma y Beta.
Hacer. Trabajar, realizar tareas, hacer funciones que nos hayamos propuesto. En estos momentos estamos generando ondas Beta. También se producen cuando estamos en estado de alerta.
Ahora que ya sabemos los ingredientes necesarios para alimentar de forma correcta el cerebro y así mantenerlo en un estado saludable. ¿Empezamos el entrenamiento?
PSICÓLOGA CLÍNICA Y DEPORTIVA @inmaculadacruza
