Quién no se ha planteado un día ¡mañana salgo a correr! Ahora lo denominamos“running o entrenamiento”, pero realmente nuestro deseo, objetivo o planteamiento a cumplir en el mes de enero es llegar a tener una resistencia corriendo sana.
Si para todo ser humano, es importante sentirse bien y mantener una dinámica de ejercicios constante. Más aún para todo deportista de élite, dónde la competición suele ser una situación límite e implica estar al máximo de sus capacidades, tanto físicas como psicológicas. Las presiones del entorno y las preocupaciones del atleta sobre el resultado de la competición, pueden hacer que no se encuentre suficientemente concentrado, haciendo que el rendimiento disminuya.
En los deportes de resistencia, hay una serie de aspectos psicológicos que pueden poner en peligro el rendimiento. Entre estos encontramos el estado de ánimo, el exceso de ansiedad antes de competir, la falta de motivación y de autoconfianza, la falta de concentración, el exceso de preocupaciones y sufrimiento, y la falta de apoyo en carrera y de autocontrol emocional. Es en ello, donde la figura del psicólogo deportivo tiene su papel fundamental. Necesita enseñar al deportista que estratégicas y técnicas ha de emplear para estar en su máximo potencial psicológico y por tanto físico.
El estado de ánimo se ha de tener en cuenta, ya que los problemas de la vida diaria pueden disminuir la motivación y la concentración durante la competición.
La excesiva ansiedad y miedo a la competición hace que no se esté suficientemente preparado para afrontarla con garantías de éxito. Los músculos se ponen rígidos y los movimientos se fuerzan, aumentando la posibilidad de que la fatiga aparezca prematuramente.
La fatiga física es uno de los aspectos más importantes que determina el resultado de la competición. Dicha fatiga aparece al sobrepasarse el umbral anaeróbico. Por ello, el secreto de una buena competición consiste en conseguir un mayor rendimiento, sin sobrepasar este umbral.
El tiempo que se puede aguantar una vez sobrepasado el umbral anaeróbico varía de unos atletas a otros. La motivación, es uno de los factores más importantes que se trabajan en consulta, ya que es un aspecto básico en la resistencia. Atletas bien entrenados y altamente motivados pueden resistir, al menos, quince minutos, aunque la mayoría se han de parar después de cuatro o cinco minutos. Esta variabilidad pone de manifiesto lo importante que son los procesos psicológicos cuando el nivel de esfuerzo es considerable.
Antes de que un deportista abandone, primero se abandona con el pensamiento, y sólo después se deja de correr. En esta situación, los pensamientos se vuelven ambivalente y oscilan entre la duda y la esperanza. La lucha por resistir se realiza a través de ellos; si se tiene la capacidad psicológica para regularlos en el sentido de poder resistir con esperanza de éxito, se dispone de la habilidad fundamental para superar estas situaciones.
En resumen, el objetivo final de la Psicología del deporte es dotar al atleta de recursos para hacer frente a las demandas psicológicas derivadas de la competición y el entrenamiento, para que el atleta consiga aumentar su rendimiento y disfrutar más de su actividad deportiva.
PSICÓLOGA CLÍNICA Y DEPORTIVA @inmaculadacruza