El miedo es una sensación primaria que en determinadas situaciones puede ayudarnos en nuestra vida a salvar situaciones del mismo modo que puede obstaculizarnos a conseguir el éxito en otras. Por ello, es importante conocer si el miedo a aquello que nos impide conseguir el logro es ¿heredado o adquirido? Un bebe antes de nacer, según estudios norteamericanos ya puede padecer miedo. ¿Cómo puede suceder esto? A través del olor, las madres transmiten la angustia a sus hijos. La experiencia traumática de la madre, durante o después del embarazo, puede afectar a los niños de manera profunda. De hecho, este temor aprendido es de larga duración, al contrario que aquellos miedos que los niños adquieren en su propia experiencia.
Hasta ahora, se pensaba que los miedos se heredaban mediante la educación y el vínculo madre e hijo, pero con el resultado de los estudios norteamericano vemos la correlación que existe entre las madres que padecen algún tipo de fobia o se encuentran traumatizadas, con trastornos de ansiedad o depresión, con sus hijos, los cuales terminan padeciendo estos mismos síntomas.
Estas conclusiones, nos ayudan a los psicólogos al desarrollo de nuevos tratamientos para los pacientes humanos con fobias y otros trastornos de ansiedad mediante la terapia de exposición, basada en la confrontación gradual al temor o a la experiencia que le causa miedo.
La influencia que los progenitores tienen en sus hijos es determinante, pero gran parte de ella, no sabemos cómo ha tenido lugar porque se organiza a partir de los deseos que van de los padres a los hijos y viceversa.
Los estados de ánimo de la madre poseen, en un primer momento, gran importancia en la constitución psíquica del hijo. Por ello, la responsabilidad de tener un bebé va más allá de alimentarlo y vestirlo. Tener un bebé conlleva tener en tus manos la posibilidad de hacer una persona sana y feliz o por el contrario, una personalidad llena de dudas e incertidumbres en su día a día.
Tal y como se indicaba al inicio del artículo, el miedo es importante en nuestra vida, puesto que es una herramienta que nos ayuda a controlar determinadas acciones perjudiciales para nosotros. Un ejemplo de ello, es –“que un niño tenga “precaución” con la piscina para no caerse a la misma, pero no tenemos que llegar a provocarle la sensación de miedo ante el agua, por si se cae a la piscina”-.
Tenemos que saber medir en su justa medida que es un miedo racional o irracional, ante el hecho de no crear miedos injustificados a nuestros hijos.
¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué tengo miedo a “..”? Ahora quizás sepas la respuesta
PSICÓLOGA @inmaculadacruza
