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Región Digital

AMAINA PERO NO ESCAMPA

29 octubre 2013

Imagínense a un pirómano vanagloriarse por haber ayudado a apagar el fuego.

Imagínense a un pirómano vanagloriarse por haber ayudado a apagar el fuego. Algo parecido ocurre cuando tras aplicar durante años políticas de recorte que han destruido empleos por miles y han dejado en la cuneta a miles de empresas, nuestros gobernantes sacan pecho por una bajada trimestral de apenas 1.300 parados.

El discurso optimista del ejecutivo regional que persiste en el cambio de tendencia, en la salida de la crisis, es infundado y ha sido desmentido por la última EPA que cabe calificar de decepcionante. La soflama de la luz después del túnel me resulta especialmente ofensiva para la ciudadanía en general y, en particular, para los más de 170.000 extremeños que queriendo trabajar no pueden hacerlo.

Tratar de encandilar a los ciudadanos con expectativas irreales vinculadas con una subida de una décima del PIB es obsceno. La recuperación de la economía es mucho más que pasar de una tasa de crecimiento negativa a una positiva. Sólo significa que la actividad ha dejado de caer. Y que probablemente lo que nos espera en los próximos trimestres es una etapa larga de crecimiento anémico, es decir, convivir con un dilatado periodo de crisis.

Se quiere hacer olvidar que el enorme crecimiento del desempleo y el amplio deterioro de la calidad en la contratación es consecuencia de las políticas contractivas. Lo que no interesa publicitar a los reyes de la imagen es que la EPA refleja que todo el empleo que se crea es precario y de baja calidad, y que se destruye el empleo indefinido haciendo crecer la tasa de temporalidad. El predominio de la precariedad y la parcialidad en la contratación es ya una tendencia estructural de nuestro mercado de trabajo. Y ha sido propiciado por la reforma laboral impuesta por el Gobierno del Partido Popular.

Si al enorme ejército de personas desempleadas unimos la caída del gasto público, la depresión de los salarios y la pérdida de poder adquisitivo de amplias capas sociales con un tercio de la población extremeña en situación de pobreza, la resultante no puede ser otra que una gran reducción de la demanda doméstica que, no olvidemos, es nuestro mayor motor económico. Si estas variables no mejoran,si persistimos en la reducción salarial y los ajustes presupuestarios, en hundir el consumo, estaremos condenando a la economía extremeña al estancamiento. Por lo pronto no se va a recuperar con unos presupuestos para 2014 que tienen los pies de barro en cuanto a sus ingresos y en los que los gastos se tildan de expansivos con la boca pequeña porque lo único que en realidad crece es el endeudamiento. El bajísimo crecimiento económico que se prevé para 2014 es insignificante para resolver nuestros problemas.

Sí es cierto que comparativamente con periodos anteriores se atisban datos puntuales favorables en materia de empleo y paro. Pero es preciso tener en cuenta que la mejora de estas cifras estadísticas en los últimos meses es más aparente que real, y que un análisis realista muestra cómo nuestro mercado laboral está empeorando, y no mejorando: aún no se crea empleo estable, el paro se está haciendo cada vez más crónico, y las condiciones laborales de quienes aún poseen un puesto de trabajo están empeorando dramáticamente.

La EPA nos dice que el empleo en Extremadura se sigue destruyendo en términos interanuales. Que se sigue produciendo una precarización brutal del mercado de trabajo ayudada por la demolición de los derechos laborales. Que el desempleo de larga duración continúa aumentando con casi 100.000 extremeños que llevan más de un año en desempleo.

Ojalá hubiera razones para el optimismo pero desgraciadamente seguimos inmersos en un estado deplorable de postración económica y, en este contexto, con 170.300 desempleados, con la depresión salarial que están sufriendo los trabajadores que tienen empleo, con la degradación de sus condiciones laborales a la que ha llevado la reforma laboral, y con la inversión empresarial inhibida, la propaganda populista y mesiánica del Gobierno regional al proclamar la recuperación económica como si fuera un nuevo mandamiento se ha convertido casi en un insulto. Me parece evidente que, como muchas de las medidas anunciadas tras el Consejo Extraordinario de Gobierno de Plasencia, se trata de una euforia interesada con claros fines electorales.

Salir del hoyo nos va costar aún muchos años. En 2018 según el FMI. Nuestra economía no puede reanimarse sólo a base de exportaciones, que por cierto según los últimos datos están cayendo con respecto al año pasado. Nuestro modelo productivo sigue siendo ineficiente y no se dan pasos para abordar una mejora. Una economía con un 33% de paro se mire por donde se mire continúa en crisis. Esa es, lamentablemente, la triste realidad, la que ninguno de nuestros gobernantes se atreve a contar. Ellos siguen empeñados en ver la luz. Que Santa Lucía les ayude.

FRANCISCO CAPILLA PIZARRO

SECRETARIO GENERAL

UGT EXTREMADURA

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