La Agencia Tributaria elabora, en función de las declaraciones que los empleadores presentan anualmente, la estadística Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias. Los datos recién publicados referidos a 2013 son una nueva muestra del proceso de empobrecimiento, desigualdad y divergencia que atraviesa la región desde que comenzó la crisis.
Si nos aproximamos a las principales magnitudes se puede observar que, mientras que en 2008 el salario medio declarado anual de un asalariado extremeño era de 14.640 euros, en 2013 ha bajado hasta los 13.626€, esto es, ha pedido casi un 7% nominal en Extremadura frente a un 2,58% menos en la media española.
Si en 2008 había 448.919 asalariados, en 2013 hay 408.743, es decir, un 9% inferior. Si el total de percepciones declaradas era entonces de 6.572 millones de euros, ahora es de 5.569 millones, es decir, un 15,26% menos de renta declarada, o lo que es lo mismo 1.000 millones de euros de riqueza volatilizados en esta crisis.
Si en 2008 el 51,3% de los asalariados no alcanzaban 1,5 veces el salario mínimo, este porcentaje hacía crecido hasta el 58,38% en 2013.En Cáceres 106.251 personas de 150.523 asalariados cobraron menos de 1.289 euros brutos al mes. En similar situación en Badajoz estaban 185.092 personas de 258.220 asalariados. En conjunto siete de cada diez asalariados no pueden considerarse ni mileuristas.
Si el 23,3% de asalariados extremeños en 2008 no alcanzaba la mitad del salario mínimo, en definitiva no tenía un contrato general de un año, o era a tiempo parcial, ahora uno de cada tres trabajadores por cuenta ajena no alcanza esa cuantía (33,89%), es decir se agranda el fenómeno del precariado ya que en este mayor peso de los salarios de menor cuantía tienen cada vez más relevancia los trabajos a tiempo parcial y los temporales.
El salario medio en Extremadura supone el 73,6% del salario medio nacional, lejos de las remuneraciones alcanzadas por los trabajadores de otras comunidades como Madrid o Cataluña, habiendo caído desde el 77,06% que representaba en 2008. Y todo ello sin tener en cuenta la variable de género que supone un plus de negatividad añadido.
Por su parte, la prestación media anual por desempleo es de 3.422 euros en Extremadura, el 89% de la media nacional. Y la pensión media se sitúa en 10.987 euros, la más baja del país, representando el 84,8% de la pensión media anual, similar porcentaje al de 2008, con lo cual no se ha avanzado en absoluto en este periodo en la convergencia entre la media regional y la nacional de nuestros pensionistas.
Y así sucesivamente, se evidencia de forma nítida los efectos perversos y devaluadores que la crisis ha tenido sobre las rentas del trabajo en los colectivos más débiles de nuestra Comunidad.
Y no sólo en los perceptores, también en los pagadores. Entre 2008 y 2013 han desaparecido 1.200 pymes conjuntamente con 36.397 asalariados. Y 125 empresas han dejado de tener la consideración de grandes dejando de emplear a 19.807 personas asalariadas.
Los salarios tienen un papel principal en la calidad de vida de las personas por lo que constatamos la elevada proporción en nuestra Comunidad de los trabajadores asalariados en los que se ceba la precariedad y el riesgo de pobreza. En este sentido UGT ha solicitado al Gobierno un aumento sustancial del SMI que lleva varios años congelado, hasta los 800 euros en 2015, dado que en la actual situación el Salario Mínimo resulta determinante en la remuneración de muchos trabajadores y de forma creciente en los que trabajan a tiempo parcial.
Los salarios tienen que crecer imperiosamente. Gobierno y patronal tienen que tomar conciencia de que una mayor retribución para los trabajadores tiene efectos beneficiosos para el conjunto de la economía de forma inmediata. El incremento del consumo interno genera más empleo, más recaudación fiscal y, con ello, una reducción del déficit y la posibilidad de emprender nuevos proyectos inversores.
Incluso los negociadores contamos ya con el placet del Banco de España, para el que ya se da el escenario para una diferenciación salarial, de forma que las empresas más dinámicas puedan registrar un comportamiento salarial más positivo.
El aumento de los salarios en Extremadura es garantía de crecimiento económico, de empleo y de justicia en el reparto de la renta y la riqueza y, en la actualidad, es impepinable si queremos salir definitivamente del agujero.
