08 agosto 2022
Plantar lechugas en tu terraza es algo que además de fácil resulta realmente económico. Y es que las semillas ecológicas para plantar lechugas son baratísimas.
El proceso también es muy sencillo. Ni siquiera hace falta que hayas cultivado nada anteriormente, ya que la lechuga se obtiene de manera muy rápida y sencilla. Por si fuera poco, puede crecer sin problemas, incluso en una pequeña maceta.
El espacio tampoco será un problema. La Lactuca sativa, nombre científico de la lechuga, crece perfectamente en cualquier espacio. Si no dispones de terraza o balcón, bastaría con poner la maceta al lado de una ventana soleada (en este caso lo ideal sería optar por las variedades más pequeñas).
Nunca expongas tus macetas a un sol intenso, pues a las lechugas no les va bien y podrían llegar a marchitarse. Procura que al menos puedan tener una buena sombra durante varias horas al día.
¿Qué maceta o jardinera es la adecuada?
Para plantar lechugas en tu casa basta con una jardinera o con unas macetas en las que cabrán una o dos lechugas (con base en eso, ya puedes calcular cómo obtener la cantidad que quieras).
No hace falta que sean muy grandes, ya que a la lechuga le basta con muy poco suelo para crecer adecuadamente. Esta hortaliza tiene raíces cortas, por lo que unos quince centímetros de profundidad serán más que suficientes.
Eso sí, ten en cuenta que cuanto más espacio tengan las raíces, más grandes y sanas serán las lechugas que obtengas, algo que evidentemente se logrará con una maceta de mayor tamaño.
Cerciórate de que la maceta tenga debajo agujeros que permitan drenar bien el exceso de agua. También será preciso poner un plato o bandeja debajo para evitar que esta se derrame.
En el caso de que quieras colocar varias lechugas en una misma maceta, lo mejor es que uses una jardinera alargada, dejando un espacio de al menos 15 o 20 centímetros entre ellas (o, lo que es lo mismo, el ancho final que tendrá la lechuga).
El material
Las opciones a la hora de elegir el material de tus macetas son muchas, cada una con sus ventajas e inconvenientes. Si bien las de metal son bonitas, también se recalientan muy fácilmente. Si te decantas por estas, forra su interior con cartón para aislarlas.
La madera es una mejor alternativa, ya que absorbe mucho mejor el agua, algo que sin duda mantendrá fresca la tierra; pero, por otro lado, también pesará más.
También está el plástico, que, si bien no es muy ecológico que digamos, es más barato y sencillo a la hora de manejarlo.
Las macetas de barro son probablemente la mejor opción en cuanto a versatilidad y precio.
La tierra
Invertir en una buena tierra es una buena idea. Con un sustrato bueno y ligero, tus lechugas obtendrán todos los nutrientes necesarios y, por si fuera poco, tendrás que regar menos, ya que capturará mejor la humedad.
Cuando ya tengas tu tierra, llena tu maceta dejando de 2 a 4 centímetros libres en la superficie. Aplástala bien después para que quede bien firme.
Varios tipos de lechugas
Las clases de lechugas que puedes sembrar son muchas. Por ejemplo, las de hojas moradas, las rizadas, las de trocadero o colocha (la variedad más común y abierta) y hasta de tonalidad rojiza.
Hasta existen algunas alternativas que son muy decorativas y que quedaran muy bien entre tus plantas.
Haz esto y tendrás lechugas durante todo el verano
A la hora de disponer de lechugas durante todo el verano, tienes dos alternativas. Puedes ir semillando cada dos semanas (repitiendo el proceso), o bien recoger las hojas de lechuga a mano a medida que las vayas necesitando.
Con esta última opción tendrás más ventajas, ya que la planta de la lechuga permanecerá joven durante más tiempo.
Como habrás visto, lograr unas lechugas saludables y ricas en tu propia terraza es algo muy sencillo. Nunca faltará este delicioso material para tus platos. Basta con seguir unos sencillos pasos y con hacer una pequeña inversión que rentabilizarás enseguida.
