Lo he escrito en diversas ocasiones. A lo largo de la historia, no fueron habitualmente pacíficas las relaciones entre el Reino de España y el Reino de Portugal y también fueron frecuentes los enfrentamientos armados y las luchas entre españoles y portugueses, entre portugueses y españoles, que se ayudaban, en ocasiones, de tropas extranjeras que, como mercenarios, llegaban a las tierras rayanas de la Frontera, a combatir y, en incontables ocasiones, a dejar sus vidas en las tierras extremeñas y alentejanas.
La ciudad de Badajoz, a lo largo de todos los Tiempos Modernos y, con seguridad, cuando menos en los siglos finales del Medievo. Se constituye -o es obligada a convertirse- en la capital de la región, en la que se va a concentrar el poder político y el poder militar, por lo general superpuestos, siempre en las manos y en las decisiones del Capitán General de Extremadura.
No todo fue lucha y desamor. No todo era la permanente búsqueda de la destrucción y la muerte del “enemigo”, fuera castellano o lusitano.
Hubo períodos, tiempos y momentos de pacífica convivencia. La Raya, la Frontera, cumplía y presentaba una ambivalente funcionalidad. Porque ligada a la proximidad de la Frontera, la ciudad presenta, en tiempos de paz, una función de transitoria acogida a las gentes que comercian con el reino portugués. Así, cuando en 1563, ya pasada la mitad del siglo XVI, la hacienda regia pretende aumentar el encabezamiento de las alcabalas, una de las preguntas formuladas a los testigos que deponen en la información que a pedimento del Procurador de la ciudad se efectúa es la que sigue: “Si saben que antes, como dicho es, que la dicha aduana se pusiese en esta ciudad, se traía mucho ganado libremente de Portugal y los granjeros lo compraban y lo llevaban a las ferias… por lo que alegando la reducción derivable del establecimiento de la aduana, se pretende reducir la presión fiscal que el incremento de las alcabalas representa.
A otros muchos momentos de paz y de pacífica convivencia podríamos referirnos. Pero voy a centrarme en una minúscula iniciativa que en el verano de 1921 va a convertirse en un puntual momento de estrechamiento de relaciones entre extremeños y alentejanos, entre españoles y portugueses.
A mediados de julio de 1921, mientras que la situación en el Protectorado español de Marruecos, como consecuencia de la sublevación de los naturales había conducido a una grave, sangrienta y hasta desesperada situación, con la pérdida de numerosos efectivos de las tropas españolas, mientras desde los acuartelamientos de la ciudad de Badajoz se desplazaba urgentemente a Melilla sendos Batallones de los dos Regimientos en ella ubicados, Castilla y Gravelinas.
En ese mediados de julio de 1921, en las páginas de NOTICIERO EXTREMEÑO, uno de los periódicos publicados en Badajoz, bajo sendos títulos –En la festividad de Santiago, La fiesta a la portuguesa- se decía: “Como ya saben nuestros lectores, distinguidos jóvenes de la mejor sociedad portuguesa han organizado una tourada que se celebrará en nuestra plaza de toros en la tarde del próximo día de Santiago.”
Los redactores de la noticia continuaban informando de cómo la fiesta se desarrollaría de la misma manera que es costumbre en tierra portuguesa asegurando será una fiesta de lujo, de valor y de arte que gustará al público español.
Pero, además, por los elementos organizadores y por sus integrantes, la fiesta ha despertado gran entusiasmo en Portugal y se espera, si el Gobierno concede a los portugueses ese día el libre tránsito, Badajoz volverá a recibir y se verá muy honrada con su visita a la fiesta.
Por su parte, la guarnición de Badajoz, a la que los organizadores se la dedican y ofrecen, agasajarán a los representantes del Regimiento 35, de Elvas, y a su Banda, que durante el espectáculo alternará con la Banda del Regimiento Gravelinas. Además, los músicos portugueses pedirán autorización al Ayuntamiento para ofrecer un concierto en el Paseo de San Francisco. De manera semejante, se espera la organización en los Salones del Casino una recepción o baile de honor.
Se detallan también los artistas portugueses que intervendrán, el Avisador¸ los Caballeros en plaza, los Banderilleros y los Forcados de Santarem, así como las Profesionales portugueses que dirigirán la lidia. Además, para tomar parte en la fiesta llegarán otros profesionales que desempeñarán los cargos de clarines, lacayos, mozos de estribo, pajes, carecas…
Más adelante, NOTICIERO EXTREMEÑO de 15 de julio, informaba como en Badajoz, el proyectado espectáculo había despertado gran interés y hasta en la provincia había cundido la animación, transmitiendo sus noticias de que serán muchas las personas de la provincia que se desplazarán a presenciar la tourada, en la que también, por dos espadas portugueses, se torearán, a la española, sendos novillos.
Se recalca como el Día del Patrón de España va a vivirse en Badajoz un verdadero día de fiesta para todos lo que hará que los lazos de cordialidad entre España y los vecinos portugueses se hagan más estrechos.