Una cosa es que en momentos concretos o en situaciones particulares de las empresas sea necesaria la moderación salarial y otra muy distinta que se pretenda consolidar un modelo productivo basado en salarios de miseria.
La crisis económica ha invertido la situación de la fase expansiva, provocando un deterioro progresivo, deterioro que solo puede ser neutralizado con una estrategia de confluencia de la mayoría social, la gran mayoría damnificada.
Era evidente la necesidad de llegar a un acuerdo sobre Estrategia Industrial para Extremadura. Las organizaciones sindicales (CCOO y UGT) y la patronal (CREEX) están muy interesadas en el desarrollo industrial en nuestra región, que tanto lo necesita.
La gran dificultad para Izquierda Unida a lo largo de toda esta legislatura es intentar explicar que un pacto contra natura tenga como resultado “Pi menus erre”.
Nuestro modelo productivo y la concatenación del la fase expansiva del “ladrillo” con la contractiva, que ha seguido con su agotamiento, han supuesto un grave mazazo para el sistema educativo.
Recientemente se han publicado los datos de la encuesta de condiciones de vida definitivos de 2013.
Creo que hay unanimidad en las conversaciones de calle, las que se oyen en los parques, en las tiendas o en los bares. Esas conversaciones, espontáneas, critican las consecuencias de las políticas que se están aplicando.
Si trabajas por cuenta ajena, estás en el paro, has tenido que optar por el trabajo autónomo, tienes un pequeño negocio, te has jubilado, eres joven, has tenido que recurrir a la emigración, tienes una profesión liberal, eres artista...
Asistimos a un repunte muy preocupante de la violencia de género. Este mes han sido asesinadas 4 mujeres en dos días y a la semana siguiente 5, también en dos días. ¿Cómo podemos explicar la pasiva respuesta social? ¿Por qué no saltan todas las alarmas?
A medida que pasa el tiempo y no se aplican políticas de creación de empleo, se incrementa el desamparo hasta el punto de que en febrero de este año alcanzamos la cantidad de 70.000 personas en Extremadura sin ningún tipo de prestación.