Hay viajes que no se olvidan y hay destinos que tampoco. Si juntas ambas cosas nace en ti el deseo de volver a algunos lugares que te cautivaron y que piden a gritos, dentro de tu cabeza, volver a ser visitados.
Si a esto le sumas mi idea “hay que dejar siempre una fotografía por hacer para volver a los sitios que te llaman”, entonces lo único que te falta es o tiempo o medios para recorrer de nuevo esos lugares que duermen en el rincón de tu cerebro donde se guarda también el entusiasmo y la pasión. Y en este viaje me dejé muchas fotografías...
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