En los próximos días se colgará en la Galería de Ministros del Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, el retrato oficial de José Manuel García-Margallo, quien desempeñara la responsabilidad de dicha cartera en el anteúltimo Gobierno de Mariano Rajoy.
El cuadro, que ilustra este trabajo, es obra del prestigioso pintor Augusto Ferrer-Dalmau, especializado en temas militares, pinturas de historia y cuadros de batallas.
El retrato del Ministro tiene como fondo la imagen de su bisabuelo el cacereño Juan García-Margallo (Montánchez, 1839-Melilla, 1893), que, tras una brillante carrera y trayectoria militar, fue nombrado general de brigada y comandante general de Melilla, donde el mismo realizó una extraordinaria defensa de España, tal como consta en los tratados de la Historia.
Juan García-Margallo, considerado un héroe, murió, víctima de un balazo en el pómulo derecho, cuando defendía, de forma ardorosa, el fuerte de Cabrerizas Altas, donde la guarnición española se encontraba sitiada por seis mil miembros de las tribus bereberes en lo que fue denominada la Guerra de Margallo, y, también, como la Guerra del Rif, en la que se libraron durísimos episodios y combates, y que dio comienzo cuando las fuerzas españolas trataban de levantar una fortaleza defensiva para evitar los ataques indígenas en las cercanías de la tumba de un morabito o santón de los rifeños. Concretamente de Sidi Guariach.
En el Fuerte Cabrerizas Altas hay una placa en la que se lee: "En la puerta de este fuerte murió heroicamente el 28 de octubre de 1893 el bravo y pundonoroso Comandante General de Melilla y presidente de la Junta de Arbitrios D. Juan García Margallo".
Entre sus condecoraciones figuran la Cruz de San Fernando, la Cruz Roja del Mérito Militar, la Cruz de Carlos III del Mérito Militar, la Medalla y Cruz de San Hermenildo, la Medalla de Alfonso XII.
Poco después de su fallecimiento, a principios del mes de noviembre, el Ayuntamiento de Cáceres, bajo la presidencia de José Trujillo Lanuza, decidió incorporar el nombre del General Margallo al callejero cacereño, y cambuando el rótulo en la que hasta entonces era calle Moros. Una calle que nació para acoger a los moriscos que Felipe II deportó desde Las Alpujarras.
Juan García-Margallo fue bisabuelo del ex ministro de Asuntos Exteriores y que, al incorporar la figura de su antepasado, le rinde un homenaje a su figura, a su trayectoria y, sobre todo, a su valor.
Ferrer-Dalmau, miembro de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, cuenta con numerosas distinciones y obras, entre otras, en el Museo de la Guardia Real, en el Museo del Ejército o en el Museo de la Academia General Militar de Zaragoza.
Ya en su día Augusto Ferrer-Dalmau había realizado su obra titulada “La Guerra de Margallo”, con el general cacereño dirigiendo a sus tropas en uno de los combates.
Un cuadro, pues, el de José Manuel García-Margallo que sirve para rememorar y reivindicar, una vez más, la figura del cacereño General Margallo.
NOTA: La fotografía está captada del digital “moncloa.com”.