En estos días hemos conocido la encuesta de población activa del tercer trimestre del año.
La política, gobernada por la mediática, olvidada de las personas, obsesionada por mantenerse en el poder ha decidido centrar el foco en la economía y buscar a toda costa crear la ilusión de que estamos mejorando y que esta mejora es consecuencia de las políticas de recortes del estado de bienestar que ellos llaman en su argot “reformas”.
En esta situación de guerra mediática y de “lenguaje manipulado” es difícil hablar con tranquilidad, exponer reflexiones, hacer uso de la razón, sin que antes de empezar a hablar se tache de aguafiestas a quienes no dan el parabién.
Ya nos ocurrió en 2005 cuando nadie hablaba, ni quería hablar de problemas en nuestra economía a nivel nacional, pero los datos eran preocupantes: el modelo productivo no era sostenible. Las cuentas en el informe que presentó al parlamento CCOO ante los Presupuestos Generales indicaban datos sobre la debilidad que estaba detrás del modelo de burbuja que era adorado como un becerro. Desde entonces hemos perdido ocho años preciosos.
Pues volvemos a las mismas. Se quiere hacer creer que basta lanzar un slogan, repetirlo mil veces para pretender convencer a la gente que todo es cuestión de sugestión, de que tenemos que creernos que todo va a ir bien. Mientras tanto seguimos sin hacer los deberes.
Como va a mejorar la economía extremeña si no se hace una apuesta por la industrialización, la innovación, la investigación, por la activación de la economía. Como nos van a hacer creer que la economía basada en el “emprendimiento en bares” va construir la “Extremadura del futuro”.
Escrutando el avance del raquitismo del modelo productivo, los datos económicos y el tipo de empleo que se crea y se destruye, si somos rigurosos, la situación avanza en la irreversibilidad y para ilusos ya se desfenestró a Zapatero.
Nuestro modelo productivo en lugar de diversificarse se está simplificando dejando sectores en Extremadura en una situación moribunda, no podemos hablar siquiera de estancamiento. Hay ejemplos notables por toda la región que ilustran este desmantelamiento de nuestro tejido empresarial: Fuentecapala en Navalmoral de la Mata o los EREs sucesivos de la Siderurgia Balboa en Jerez de los Caballeros; el cierre de Monprint en Plasencia, Lusográficas en Olivenza, Pizarras de Villar del Rey, la Planta de Biodiesel de Valdetorres y del Grupo Herrera de Puebla de la Calzada; la práctica desaparición de Induyco en Cáceres y tantas y tantas empresas que ya han terminado o están al borde del abismo, con unas consecuencias terribles para el empleo regional, que oscurecen el futuro de Extremadura y que en nada se parece al escenario virtual de recuperación que nos están intentando vender.
¿Son pesadillas mías? Si soy aguafiestas pido que desde quienes están vendiendo humo que citen otras tantas empresas de dimensiones comparables a las que he dicho que las hayan sustituido o que se estén poniendo en marcha. Es difícil entender que el Gobierno de la región siga impasible ante lo que está ocurriendo, también que la organización patronal extremeña, que representa a una parte que también está sufriendo esto en sus carnes, este “haciendo la clá” en un incomprensible seguidismo partidario.
El consumo interno está por los suelos, y seguimos dale que dale con medidas que lo tira más abajo: la reducción de salarios, los recortes en pensiones, el escenario de gastos en servicios que antes eran gratuitos como medicinas o educación. El número de personas en paro sin prestación crece y ya son más de 62 mil en Extremadura, un 18 por ciento más que hace un año.
Y en todo este escenario disminuye el desempleo y redoblan las campanas, estamos de fiesta.
En un trimestre con fuerte componente estacional (campo y vacaciones) se ha reducido en 1.300 personas el desempleo. Al mismo tiempo, lo que no se dice es que 2.600 personas que tenían un contrato indefinido en el segundo trimestre del año lo han dejado de tener, (que son el termómetro de la solidez del empleo) mientras que los que crecen son los empleos temporales (6.400 más en un solo trimestre). ¿Esto es una buena noticia o estamos ante un castillo de naipes que a la menor brisa se desploma?
No perdamos más tiempo. Cada año que pasa se posicionan mejor las economías que están haciendo bien las cosas. Los que viven pensando en los “pájaros”, mis maestros decían en “las musarañas”, dejan pasar el tren de las posibilidades. Es necesario un plan de activación de la economía, con compromisos concretos de creación de puestos de trabajo, para romper este círculo vicioso, destructivo, diabólico y de regresión ideológica en que estamos inmersos.
