María Gallardo Jiménez
24 octubre 2022 | Publicado : 10:14 (24/10/2022) | Actualizado: 12:35 (24/10/2022)
Una mención aparte merece la pandemia de la Covid-19, la cual supuso un antes y un después en las residencias de mayores de Extremadura y del resto de España. De aquella fatídica época que asoló a nuestros abuelos y abuelas, si tuviera que quedarse con algo positivo, Granado destaca que incluso se podría “sacar una lección”. “Nuestros centros tienen que ser unos centros con mucha vida y la pandemia nos ha venido a decir eso, que no hace falta que tengan que ser centros tan grandes, todo lo contrario, tienen que ser centros donde la atención centrada en la persona -que es el objetivo prioritario a la hora de intervenir-, sea más manejable. Y un gran centro con muchos residentes nos viene a decir que no es un buen sitio para poder atenderlos de la mejor manera”.
Frente a ello, el director gerente del SEPAD borraría, en primer lugar, “todo lo sufrido durante este tiempo”, al tiempo que reconoce haber aprendido a que “hay que tener centros mucho más pequeños de aquellos grandes, mejor sectorizados y donde se puedan atender a las personas con el objetivo prioritario, que es la atención central a ellos”. Es decir, “que en vez de que sean grandes centros residenciales, sean más hogares, donde la convivencia y donde ese aspecto hogareño sea mucho más fácil de tener en estos centros, que no en una gran residencia”.
Así pues, de cara al futuro, el responsable se marca una serie de objetivos como, por ejemplo, a corto plazo, “seguir en el camino de poder dar una buena cartera de servicios para retrasar la institucionalización de las personas y dar una gran calidez a nuestros usuarios en residencias”. A medio plazo espera “poder tener implantado todo el sistema de esos tres niveles” dentro del nuevo modelo de atención residencial. Y, a largo plazo, muestra su deseo de poder ver que las unidades de convivencia y las atenciones en el hogar “fuesen cada día mucho más, porque lo mejor de todo es que una persona no tenga que estar institucionalizada”. Eso sí, para ello, vuelve a insistir en que “son muchos los servicios y recursos que hay que poner en todos los entornos”.
Por lo tanto, Granado incide en que para lograrlo “habrá que dar todos los servicios que sean necesarios para que el día de mañana podamos tener todos esos recursos (como la asistente personal, apoyos de la teleasistencia…) para que lleguen a todas las personas y poder afrontar mejor todas esas necesidades que tienen, evitando así su institucionalización”. “Ese sería, ojalá, el modelo ideal para todo el mundo, porque si tú preguntas a una persona mayor, en una de las últimas encuestas que se han hecho, más del 90 por ciento dice que no se metería en una residencia y muchas veces tienen que entrar porque necesitan una alta intensidad de cuidados y es allí donde se les ofrece; no le quedan más remedio”, sentencia.
La sociedad española, y por ende la extremeña, cambia a pasos agigantados. Solo hay que echar la vista atrás unos cuarenta años y ver cómo familias, la mayoría de ellas numerosas, vivían en un piso de menos de 90 metros cuadrados, en los que ocupaban un lugar más que visible los abuelos y las abuelas. Hoy en día esta fotografía ha cambiado por distintas circunstancias, pero entre ellas sobresale una esencial: la incorporación de la mujer al mercado laboral.
Y es que ésta última es la que siempre se ha encargado -y sigue haciéndolo hoy en día- del cuidado de los mayores en el hogar. Sin embargo, con el cambio de sociedad y del modo de vida actual, en algunas ocasiones la mujer se ve obligada a tener que elegir entre trabajo o familia, con lo que las residencias de mayores se están llenando de abuelos y abuelas –con cierto grado de dependencia-, a los que no les queda otra opción que aceptar esta nueva situación.
Precisamente para atajar de lleno esta realidad, la Junta de Extremadura, y más concretamente el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD) está trabajando día y noche para luchar contra la soledad no deseada de los mayores extremeños. No hay que olvidar que en una de las últimas encuestas que se han hecho, “si tú preguntas a una persona mayor, más del 90 por ciento diría que no se metería en una residencia, y muchas veces tienen que entrar porque necesitan una alta intensidad de cuidados y es allí donde se les ofrece; por lo que no les queda más remedio que hacerlo”.
Así lo asegura el director gerente del SEPAD, José Vicente Granado, en una conversación con Regiondigital.com, en la que subraya que Extremadura en estos momentos es la Comunidad Autónoma que más plazas dispone en centros residenciales de mayores “con 6,8 por cada 100 habitantes”. De hecho, indica que las plazas para centros residenciales de mayores en la región crecen este año en 220, mientras que lo hacen en 540 más para centros de día. Todo ello dentro de la apuesta del Ejecutivo regional por un cambio de modelo de atención residencial, en el que prime la estancia en el hogar “el máximo tiempo que sea posible”.
GRAN IMPULSO DE LOS FONDOS EUROPEOS
Para poder hacerlo realidad, la llegada de los fondos europeos ha sido primordial, ya que han sido “un impulsor”. En primer lugar, según sus palabras, se debe reconocer “el gran impulso” del Plan de Choque en Dependencia 2021-2023 que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno de España ha tenido con la Administración autonómica. De hecho, a su entender, este primer impulso ha valido para que “la Ley de Dependencia empiece a tener la partida presupuestaria que debería de tener”. En este caso, “hemos conseguido y estamos consiguiendo bajar esas listas de espera para poder dar una respuesta, porque si no valoras una persona y no tiene un grado de dependencia, no puede acceder a ninguno de los recursos que ofrecemos”.
De ahí que la apuesta de entrada de este programa del Ejecutivo nacional sea la valoración, es decir, “valorar a esa persona y resolver un Programa Individual de Atención (PIA) para ella, bien en una prestación económica para que pueda acceder a algunos de los recursos existentes o bien en una plaza pública”. Precisamente, en relación a la cual “estamos creciendo de manera considerable en este último año o año y medio”, apostilla Granado, quien insiste en que todo esto “nos lo ha dado el impulso del Plan de Choque en Dependencia, que también viene de esos fondos europeos”.
A colación de esto último, subraya que para recuperar el nivel acordado que el Gobierno de España había derogado en 2012, Extremadura ha conseguido que vuelva a estar otra vez en funcionamiento, “y el nivel mínimo esté mejor dotado”. “Esto está haciendo que podamos crecer en plazas socio-sanitarias en más de 1.100 plazas y se han puesto casi 20 millones de euros para que estas plazas socio-sanitarias que están con empresas -en este caso privadas-, puedan ofrecerse a nuestros mayores extremeños y extremeñas”, apostilla.
Además, con este Plan de Choque en Dependencia, el año pasado fueron más de 500 plazas en centros públicos-municipales “y este año subiremos a otras 220 plazas”. “Y lo más importante, para poder atender a la gente y quedarlas en sus propios hogares, para que tengan el apoyo de los centros de día, vamos a crecer en más de 700 plazas en el último año”. De este modo, según Granado, “hemos conseguido que esto tenga un impulso de más de 25 millones que se van a poner en funcionamiento para poder atender todos estos servicios que se han puesto públicos”.
A ello hay que sumar que a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) un total de 25.749.000 euros están ya en funcionamiento para “reformar y adaptar nuestras residencias como centros de referencia en las distintas áreas de salud”. Entre ellas se encuentran ‘El Cuartillo’ en Cáceres, ‘El Prado’ en Mérida, ‘La Granadilla’ en Badajoz o ‘San Francisco’ en Plasencia, a las que el director gerente del SEPAD suma también el Centro de Atención a Discapacitados Psíquicos Gravemente Afectados (C.A.M.P) de Plasencia y el de ‘Nuestra Señora de las Cruces’ en Don Benito, los cuales se están adaptando.
A su vez, para los ocho centros de referencia en las áreas de salud que hay repartidas por la geografía extremeña, los Mecanismos de Recuperación y Resiliencia de los fondos europeos han puesto a disposición de la Comunidad Autónoma 39 millones de euros para poder ejecutarlos de aquí a 2026, lo que ha sido también “un gran impulso”. Así pues, a día de hoy, “los ayuntamientos están teniendo que ceder los terrenos para licitar ya los proyectos”.
Por si esto fuera poco, el SEPAD ha firmado un convenio con las diputaciones provinciales de Badajoz y Cáceres, gracias al cual se han puesto sobre la mesa casi 7 millones de euros para que varios municipios de ambas provincias puedan también adaptar sus centros residenciales municipales y estos puedan disponer de plazas de dependientes.
“ENTRAR EN UN CENTRO RESIDENCIAL LO MÁS TARDE POSIBLE”
Con todas estas inversiones, la Administración autonómica defiende la "necesidad" de que los mayores vivan en sus propios domicilios el "máximo tiempo que sea posible". “Ese es el primer objetivo, que la gente intente entrar en un centro residencial lo más tarde posible”, recalca Granado, quien explica que personas autónomas -como hasta ahora venía pasando- “no deben de estar en los centros residenciales, deben estar en sus casas, entre otras cosas porque todos queremos estar en nuestras casas”. Eso sí, advierte de que para conseguir esta máxima “hay que poner los recursos y los servicios necesarios”.
De ahí que desde la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, y más concretamente desde el SEPAD, lo primero que se está haciendo es “trabajar con los pequeños centros de día, con las pequeñas residencias o antiguos pisos tutelados –porque también va a desaparecer la figura del piso tutelado-, para convertirlos en lo que conocemos como centros polivalentes; el lugar y el espacio desde donde hay que dar todos los servicios que sean necesarios a la población para que pueda estar en su casa”, asevera.
Así, por ejemplo, Granado pone el ejemplo de una persona mayor, que es hombre y queda viudo, mencionando que en la mayoría de los casos no sabe hacer las cosas de casa, viéndose obligado a ingresar en una residencia. Ante este caso, desde el Ejecutivo regional, “vamos a intentar tener un servicio de catering y un servicio de lavandería en su entorno, en su propia casa, para evitar así que esta persona tenga que ser institucionalizada”, especifica.
En el caso de una mujer mayor, “muchas veces entran en una residencia cuando quedan viudas, por miedo a la soledad, pues vamos a evitar que ésta ingrese o esté institucionalizada”. Para ello, “necesitamos un buen sistema de teleasistencia avanzada, donde esa persona tenga la seguridad de que al otro lado hay una persona de su entorno, desde su población, que la pueda atender en caso de urgencia, que pueda tener el control de sus constantes vitales, que tiene el control de errantes, que tiene una geolocalización por si se cae o le pasa algo…”, argumenta.
De este modo, poniendo todos esos dispositivos a su disposición, “evitamos que las personas mayores tengan que ser institucionalizadas lo más tarde posible”, de ahí la importancia de tener un servicio de transporte accesible, adaptar el espacio de la casa donde vive el usuario, tener una teleasistencia avanzada que pueda controlar todos los parámetros, un buen servicio de comida, un servicio de lavandería…
“En definitiva, un buen servicio de ayuda a domicilio, que se pueda prestar desde los centros de día o desde los pequeños centros residenciales, lo que denominamos un centro polivalente. Esos son los servicios con los que estamos trabajando”, insiste Granado, al tiempo que cita la importancia de “crear todos los centros de día que sean posibles en nuestros municipios, para prestar desde ahí -como centros neurálgicos- toda la necesidad que tenga la persona en el domicilio y evitar que se institucionalice cuando están siendo autónomos todavía”, remarca.
“EVITAR QUE LA PERSONA SE INSTITUCIONALICE”
En los últimos tiempos, la Junta de Extremadura ha puesto en marcha un nuevo modelo residencial, cuya máxima es “evitar que la persona se institucionalice” y, tras lo que ha definido tres niveles. El primero de ellos tiene que ver con “esos centros polivalentes que sirven para evitar que la persona intente estar institucionalizada y darle uso a muchos de nuestros centros de días, pisos tutelados o pequeños centros residenciales, para que sean unos centros donde se prestan todas las necesidades que tiene una persona mayor en su hogar, con el objetivo de que éste se quede allí”, especifica el responsable.
A continuación llega el segundo nivel, una vez que ya la persona tiene una situación de dependencia y que las condiciones –“muchas veces”- le impiden estar en su casa, “porque necesita ciertos apoyos y no tiene familia, ni ninguna otra persona externa, bien por Ley de Dependencia o por otros motivos que no puedan ya ser atendidos en el hogar, porque la situación de dependencia está ya elevada”. En este caso, “se convertirían los centros residenciales en unos centros donde puedan tener un apoyo, ya sea de enfermería o de auxiliares y que sean institucionalizados, pero que tengan un aspecto más hogareño”. Por eso, “vamos a intentar animar a que muchos de estos centros se presten a eso que se conoce hoy en día como unidades de convivencia”, señala Granado.
No obstante, según sus palabras, en este segundo nivel “también para aquellos que tengan ya una necesidad más sanitaria, en coordinación con las atenciones primarias, vamos a reforzar estas residencias con las enfermerías”. De hecho, en el nuevo decreto en el que el SEPAD está trabajando “va a ser reforzada” la figura del enfermero, así como la del terapeuta ocupacional, entre otras.
Y, por último, en el tercer nivel, las personas tienen ya un grado muy elevado de dependencia y tienen que ser atendidos por los servicios de psico-geriatría ante la intensidad alta de cuidados que requieren. Para ello, “vamos a construir ocho centros que hemos determinado como centros de convalecencia o cuidados continuados, que no van a ser una residencia al uso; van a estar ubicados en cada área de salud de las ocho con las que cuenta Extremadura, las cuales van a tener una gran coordinación con los servicios hospitalarios”. Y es que, “van a estar cerca de donde estén los hospitales del área de salud del usuario, dando una atención a quienes estén en un proceso de cronicidad o enfermedad aguda que requieran unos cuidados de medio o de larga estancia, pero que sean unos cuidados muy intensos. De ahí que vayan a ser unos centros más sanitarios”, recalca.
Es más, tal y como reconoce Granado a Regiondigital.com, estos centros también van a servir, aparte de para dar esta respuesta a las personas mayores, “para estimular mucho la economía y la generación de empleo en comarcas rurales, porque van a estar ubicados en las zonas rurales –no en las ciudades- para evitar esa despoblación”. “Y, sobre todo, para poner un recurso al alcance de muchas de nuestros mayores que ahora mismo están entrando y saliendo constantemente de los hospitales, porque tienen una cronicidad de una enfermedad muy elevada. Se evitará así que tengan una estancia y una atención, para no tener que moverlos constantemente o bien desde una residencia o bien desde su propia casa, a un hospital”, detalla.
LA INVERSIÓN DEL SEPAD SUPERARÁ LOS 450 MILLONES EN 2023
En el plano más económico, en datos muy globales y de cara a este año, el SEPAD, incluidos los servicios y las obras, cuenta para toda la dependencia, con 407 millones de euros, mientras que para el año que viene, según adelanta Granado, “estamos en unos números de crecimiento de un 10%”. De esta manera, “vamos a superar los 450 millones de inversión” que va a hacer la Junta de Extremadura de cara a los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma (PGEx) para 2023.
Dicha inversión servirá también para estabilizar o aumentar el número de plazas que oferta la Administración autonómica desde el punto de vista de las residencias de mayores. Concretamente, a día de hoy, cuenta en su haber con 222 residencias públicas -de ayuntamientos y de la propia Administración autonómica-, a las que se suman otras 81 de empresas privadas. “Pero ahí tenemos también esas más de 1.000 plazas. Y de esas residencias que tenemos nosotros, ahora mismo tenemos a disposición de la población más de 1.800 plazas”, según precisa el responsable.
Se trata de un número que desde el Ejecutivo regional se tiene previsto aumentar con inversiones en distintos centros de la región. Prueba de ello es que en estos momentos, Extremadura cuenta con “13 centros y medio por cada 10.000 habitantes en personas mayores de 64 años, que son los que pueden acceder”, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “nos exige que tenemos que tener 5 plazas en residencias por cada 100 personas mayores de 65 años”.
A esto hay que sumar que “Extremadura es la Comunidad Autónoma que más plazas dispone con 6,8 plazas por cada 100 habitantes en centros residenciales”, un dato “significativo” para que la ciudadanía pueda corroborar “la apuesta que está haciendo Extremadura para tener el mayor número de plazas disponibles”. De hecho, “de todas las plazas que tenemos para gente mayor, este año vamos a crecer en 220 plazas más para centros residenciales y en 540 más para centros de día”, subraya.
Tampoco se olvida Granado de otro dato muy importante para la región y que tiene que ver con el tema de retener o no institucionalizar a nuestros mayores. Para ello, desde el SEPAD “vamos a poner 4.000 dispositivos de teleasistencia avanzada, que empezamos a ponerlos ahora en el mes de noviembre y hasta el 2023, consistentes en luchar contra la soledad no deseada de esas personas y evitar que una persona tenga que ingresar en una residencia porque no tiene los apoyos necesarios en su hogar”.
13.000 MAYORES INGRESADOS EN RESIDENCIAS PÚBLICAS DE LA JUNTA
En estos momentos, unos 13.000 mayores viven ingresados en las residencias públicas que el Ejecutivo regional tiene repartidas por la geografía extremeña. Eso sí, Granado aclara que se trata de un dato “aproximado” que “no es real”, puesto que el SEPAD no controla el dato de las residencias privadas, donde las plazas “no son públicas”.
El perfil del mayor extremeño que hoy en día ingresa o entra en este tipo de centros “está cambiando mucho” con el paso de los años. “Es verdad que hace unos años atrás cada vez eran muchas personas autónomas las que estaban ingresando en los centros residenciales. Sin embargo, ahora cada vez es un perfil mucho más de personas dependientes, viudas o viudos -también hay parejas-, con un elevado grado de dependencia. Y es que cada vez entran más personas con un Grado II o un Grado III (grandes y severos dependientes), que es para lo que están los centros residenciales”, especifica.
En la actualidad, el primer servicio que más se demanda por parte de los usuarios o de sus familias es la ayuda a domicilio, “pero sí que es verdad que todo depende” de la valoración que se haga de un caso concreto por parte del técnico de turno que se encarga de valorar a la persona y ofrecer una cartera de servicios. “Dependiendo de ésta, va el grado de dependencia que te den. Así, si tú tienes un Grado I no te va a ofrecer un centro residencial, aunque tengas ya capacidad para poderlo tener, siempre te va a decir que busques una alternativa como es la ayuda a domicilio, buscar unas horas en tu entorno, un centro de día en donde durante el día puedas tener los servicios cubiertos y después te vayas a dormir a tu casa…”.
Después de la ayuda a domicilio, los servicios que más se demandan son los centros de día y los centros residenciales. Precisamente, en relación al servicio de ayuda a domicilio, ahora mismo en Extremadura “está prácticamente todo en manos de empresas privadas, aunque son prestaciones vinculadas al servicio y se le da el dinero al usuario para que él ‘compre’ el servicio en una empresa privada”. También es cierto que en la región “tenemos 35 ayuntamientos que sí tienen sus servicios públicos de dependencia de ayuda a domicilio, que hay una inversión de 4 millones de euros al respecto, pero el resto está todo en manos de empresas”. De hecho, en la Comunidad Autónoma hay más de 300 empresas que se dedican a este sector.
LUCHAR CONTRA “LA SOLEDAD NO DESEADA”
Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 33,4 por ciento de los hogares de Extremadura estarán ocupados por una sola persona en el año 2037, lo que supone cinco puntos más que en la actualidad, cuando los hogares unipersonales suponen el 28,3 por ciento del total. A este respecto, desde el SEPAD se está acometiendo un estudio sobre la soledad en la Comunidad Autónoma que lo quieren tener listo para el año que viene, “pero así y todo, ya estamos también trabajando en varios proyectos pilotos sobre soledad no deseada para gente mayor, porque hay mucha gente que vive sola, pero que no son mayores”.
Una iniciativa que se está acometiendo en varias de las ciudades y pueblos de la geografía extremeña -Mérida, Almendralejo, Cáceres, Cabeza del Buey, Villanueva de la Serena, Puebla de la Calzada, San Pedro de Mérida y Casas de Castañar-, para la cual solo de cara a este año se cuenta con una inversión de 654.500 euros. Se trata de “experiencias pilotos que estamos llevando a cabo en estos municipios para, a partir del estudio que estamos haciendo sobre la soledad no deseada, poder implantar un Plan Libre de Sujeciones sobre la soledad para intervenir en ella –al igual que hemos hecho con nuestros centros residenciales-“, explica el responsable.
Y es que para Granado, en la Comunidad Autónoma “tenemos una gran ventaja y es que la gran mayoría de nuestras residencias de mayores son residencias pequeñitas, porque muchas de ellas son municipales, y es muy difícil que éstas tengan más de 50 residentes”. De hecho, en la región “no tenemos grandes incidencias graves”, a tenor de lo que le dan cuenta desde el equipo de inspección, por lo que se podría decir que “no hay grandes intervenciones o sanciones” en este sentido. Con lo cual, daría la nota de un 7 a las residencias en Extremadura. “Siempre hay margen de mejora como en todos los lados, pero es verdad que en la región, tanto en el sector privado, como en el municipal y en el nuestro, es un sector que cada día trabaja mucho más en lo que hoy se conoce como la atención centrada en la persona”, asevera.
Tanto es así que en la Comunidad Autónoma ya todas las residencias del SEPAD están trabajando en el Plan de Liberación de Sujeciones, para que desde el punto de vista tanto físico como farmacológico, “nuestros residentes no estén sujetos de esa manera”. Y es que, parece como que “al final les estás privando muchas veces de libertad, no siendo lo más oportuno a la hora de velar por los derechos de las personas”. Por ello, defiende que “en Extremadura hay un buen compromiso en el sector privado, un buen compromiso por parte de los municipios y un buen compromiso por parte de la Junta, para que cada día vaya siendo una experiencia donde la calidad y la calidez vayan creciendo”, concluye.
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