En estos tiempos en los que algunos eligen difamar, otros representar lo que no pueden y otros justificar lo injustificable, mientras la ciudadanía espera, el socialismo extremeño sigue trabajando como siempre por y para la gente. La realidad construida es incuestionable; pocas lecciones nos pueden dar los que aún están por llegar.
Por ello nos vemos en la obligación de poner un freno a la interminable reconstrucción de la historia cuando lo que en realidad se persigue es ocupar espacios de poder para hacer lo que ya hemos hecho los socialistas y las socialistas en Extremadura.
Nadie nos puede dar lecciones de igualdad porque nuestra bandera ondea con hechos, con paridades, con consejerías y presidencias, con equilibrios, con listas electorales llenas de mujeres y con leyes que han hecho posible que este país de un salto a la contemporaneidad.
Tampoco nos pueden emplazar cuando sabemos lo que necesita la gente en cada rincón de nuestra región. Entendemos lo complejo de la situación que heredamos y del saqueo de lo público para intentar torcer la historia y reemplazar un modelo de crecimiento equitativo por otro con víctimas colaterales en las cunetas.
No podemos admitir que la discrepancia desemboque en la injuria y en la falta de diálogo. No, no hablamos con otro partido, hablamos con quienes representan a miles y millones de votantes que esperan ser atendidos porque sus problemas y los de nuestros votantes, en líneasgenerales, son los mismos.
Por tanto, debemos construir una democracia sana, sin vetos ni ataduras, con fluidez en el diálogo y con estrategias colectivas, un modelo social que apunte a cumplir y superar los retos que nos pone este presente atomizado y carente de caminos unívocos.
Necesitamos presupuestar el cambio y poner en marcha las políticas que ayuden a la gente a salir de lo malo y a mejorar lo bueno. Basta de intentar poner a los territorios como trincheras partidistas en lugar de cohesionar con desarrollo e inclusión.
Todo es debatible menos la injusticia y en este sentido, el socialismo extremeño, nos pongan las etiquetas que nos pongan, ha conseguido plasmar en las urnas las propuestas de futuro garantizadas por la credibilidad del pasado. No vamos a defraudar a la gente y la gente nos votó y no nos votó. Que los representantes entiendan que no son ellos, ni nosotros y que, por el contrario, son los y las ciudadanas quienes nos exigen acordar para crecer.