No hace falta incidir en la vergüenza ajena que nos salpicó a cada extremeño y extremeña vivir en carne propia los escándalos de Monago y su falso enamoramiento consigo mismo. Tampoco es necesario recordar que en la provincia de Cáceres, diga lo que diga la derecha en un relato vacío de realidad y coherencia, los datos del paro redundan en desesperanza.
Por el contrario, es imprescindible asumir la responsabilidad del año en el que los cambios serán reales y repercutirán inmediatamente en la cotidianidad de la gente. Se acabó la rimbombancia y los estertores de mensajes vacíos. Es hora de gestionar para la ciudadanía y de poner fecha a nuestro compromiso para liderar un viraje decidido hacia la izquierda y además, reconstruir lo destruido con el empleo como efectiva política de igualdad e inclusión.
Desde esta provincia acompañaremos a Guillermo, La agenda del Cambio y su decidida apuesta por el municipalismo. Hemos sido ejemplares para construir región, provincia y pueblo con un modelo rural paradigmático en el que nunca dejamos desprotegidos a nadie y, por el contrario, conseguimos arraigo y progreso allí donde había olvido.
Debemos, por tanto, volver a incidir en el desarrollo equitativo de la provincia de Cáceres, hoy olvidada por una Diputación provincial insensible al drama de los cacereños. Una Diputación del PP que pide el carné de su partido antes de favorecer una inversión, atender a un municipio o de licitar una obra.
Una Diputación que no ejecuta sus presupuestos, ni elabora planes de empleo, ni invierte en infraestructura. Han decidido, al mejor estilo del populismo verdadero, apuntar sus cañones a la promoción propagandística de hechos que no existen, de inversiones que no se ejecutan y de empleo que no generan.
Este año que comienza es el año del cambio. Es el año en el que volveremos a retomar el camino del progreso sin nadie en la cuneta, porque la esencia de la gestión socialista es el progreso que incluye y no índices de mercado que trata a la gente como un número sin replantearse la equidad en la distribución.
Es éste el principio de un tiempo que ha de seguir el transcurso que planteemos entre todas las voluntades progresistas de Extremadura y la Provincia de Cáceres. Lo he repetido hasta el hartazgo y lo vuelvo a repetir: no tenemos adversarios a la izquierda. En eso estamos, en comprometernos en lo que nos une, no en lo que divide. El año del cambio ya está aquí. Lo mejor está llegando.