22 septiembre 2021 | Publicado : 19:32 (22/09/2021) | Actualizado: 19:34 (22/09/2021)
Internet ha revolucionado multitud de sectores. De hecho, salvo en el caso de pequeños comercios de barrio, hoy en día es imposible imaginar negocios que operen exclusivamente online. El mejor ejemplo de ello nos lo ofrecen los operadores de juegos de azar. Un sector que, desde que fue regularizado en España, ha experimentado un crecimiento muy notable. Aquí queremos analizar su situación actual y su importancia dentro de la economía nacional.
A finales del año 2019, el sector de juego representaba el 0,9 % del PIB español gracias a sus 8500 millones de euros de ingresos. Sin embargo, tras el auge experimentado en 2020 y 2021, es posible que se quede cerca del 3 %. Actualmente, los mejores casinos online de España dan empleo a casi 90 000 personas de forma directa y a otras tantas de manera indirecta.
Evidentemente, de todo ello, las administraciones autonómicas y estatales sacan un rédito económico en forma de impuestos. Sin embargo, como veremos más adelante, se ha puesto el foco sobre el sector. ¿El motivo? El 95 % de esos ingresos procede de las casas de apuestas deportivas, ante las cuales son especialmente vulnerables los jóvenes.
Pero seguimos con los datos. El número de jugadores activos ronda los 1,5 millones. Esto convierte a España en uno de los países con mayor volumen de juego online de todo el mundo. En este sentido, el fútbol es el deporte preferido de la mayoría de ellos.
En 2020, los operadores de juego online gastaron casi 400 millones de euros en publicidad. Muchos de esos anuncios aparecían en Internet, en prensa y, sobre todo, en televisión. Sin embargo, desde el 1 de septiembre de 2021, esa cifra se ha visto reducida de forma ostensible. La razón es la ley 'Garzón' (denominada así por su principal valedor, Alberto Garzón, Ministro de Consumo).
El texto prohíbe que las casas de apuestas y demás operadores de juego se publiciten fuera de otro horario que no sea entre la 1:00 y las 6:00 horas. Es decir, de madrugada. Las únicas excepciones son sus perfiles en redes sociales y sus páginas web oficiales. También suprime los bonos de bienvenida como elemento de captación de nuevos clientes y elimina la posibilidad de usar a personas famosos en los anuncios. Ni siquiera pueden patrocinar a equipos de fútbol en sus estadios o equipaciones.
En definitiva, la Ley del Juego de 2011 dio a los operadores de juego las herramientas necesarias para triunfar dando la seguridad que los usuarios necesitaban. Sin embargo, la reciente ley publicada por el Ministerio de Consumo pone cotas a su propuesta de expansión. El objetivo es proteger a los más vulnerables, pero también es previsible que suponga un impacto económico negativo en muchos aspectos.
