23 junio 2021
Consumir bebidas alcohólicas y conducir un coche es un delito bajo la legislación de España y de la mayoría de los países del mundo. Esto se debe a que, los efectos del alcohol sobre el organismo disminuyen la capacidad de conducción de las personas, y afectan a su criterio para tomar decisiones.
Conducir mientras se está embriagado puede ocasionar daños a personas y bienes, por lo tanto, la ley establece sanciones y multas para castigar a quienes lo hacen.
En JR Abogados son especialistas en delitos por alcoholemia y delitos contra la seguridad vial, de forma que aconsejan a los conductores, informarse de todos los aspectos referentes a los delitos por alcoholemia.
La alcoholemia es la presencia de alcohol en la sangre y es la evidencia de que la persona ha consumido alcohol. La tasa de alcoholemia es la concentración de alcohol en la sangre.
Estos abogados alcoholemias explican que, a nivel jurídico, es muy importante la tasa, debido a que la concentración de alcohol en la sangre tiene que ver con lo afectado que esté el conductor debido al consumo. La sanción puede ser muy distinta de acuerdo a si hay una mayor o menor concentración.
Hay dos maneras para medir la tasa de alcoholemia: el etilómetro y un análisis de sangre.
El etilómetro es el aparato que llevan consigo los agentes oficiales para hacer una medición rápida en un conductor, esto mide la cantidad de alcohol en miligramos por litro de aire respirado.
No solo la medición con el etilómetro puede llevar a sanciones, si el conductor presenta síntomas de estar bajo los efectos del alcohol y se niega a la medición, esto sería un delito por desobediencia por negarse a realizar la prueba de alcoholemia, y este sería un delito mucho mayor, ya que sería castigado con penas de prisión y privación de la conducción temporal (de 1 a 4 años).
A partir de una tasa de 0,25 mg/lt, y sin llegar a 0,6 mg/lt, puede haber sanciones administrativas, siempre dependiendo del caso. Si el conductor fue captado en un control de rutina, no está involucrado en ningún incidente y no tiene antecedentes penales, lo más probable es que le impongan una multa o trabajos en beneficio de la comunidad, con la retirada del carnet por un tiempo determinado.
Si el conductor arroja un resultado menor a 0,6 mg/lt, pero presenta síntomas de estar muy bebido, como los descritos más arriba, puede ser presentado ante un juzgado por el delito de alcoholemia.
Negarse a los controles de alcoholemia es un delito, así que los conductores que lo hacen, se enfrentan a un cargo adicional. Asumir los hechos, no solamente evita el juicio, sino que la ley premia al conductor con una reducción de un tercio de la pena que corresponda al delito.
Las penas de prisión ocurren cuando hay reincidencia en el delito de alcoholemia o cuando el conductor se ha visto involucrado en un incidente vial con heridos, fallecidos o ambos.
Si ya se está involucrado en un control de alcoholemia que ha resultado positivo, es necesario buscar asesoría con un abogado especialista. Hay muchas acciones que se pueden hacer, e incluso, hay casos en los que la prueba del etilómetro puede ser anulada.
En el momento en el que una persona es detenida en un control de alcoholemia, la mejor decisión es cooperar con las autoridades.
Siempre va a ser mejor evitar la conducción del coche u otro vehículo, estando bajo los efectos del alcohol. Un taxi, quedarse en el sitio o llamar a alguien para que recoja, son mejores alternativas que ponerse tras el volante. Hay que recordar que se trata de la seguridad personal propia, de los acompañantes y de las demás personas en la vía.
Para atender casos por delitos de alcoholemia, lo mejor es dejarse asesorar por los profesionales expertos de JR Abogados.
