05 noviembre 2018
Una inquietud que a muchos les pasa por la mente, es cómo los especialistas económicos comentan que una de las mejores formas de prosperar es el crédito como método de crecimiento económico.
Desde que se estableció la moneda como método de pago y símbolo de reserva el mundo se convirtió en un medio de intercambio entre el gasto y el ingreso. Lo que para uno es un gasto, para otro es un ingreso. Así es como las economías prosperan y como se mide el crecimiento económico.
Sin embargo, hay otro lado que no se ha explorado tanto y es cómo actúa el crédito en una nación. Ya que en la actualidad la economía de un país está conformada por 90% de crédito y tan solo el 10% de liquidez monetaria, técnicamente todos los países están quebrados.
Pero entonces, si esto es así, ¿cómo puede ser que países como Estados Unidos (que son adictos al crédito) no caigan en una depresión económica constante?
La respuesta está, en la capacidad de pago de la sociedad. Como todo consiste en una dinámica de ingresos y egresos, las personas cuando tienen poder adquisitivo y posibilidades de pagar sus deudas, siguen endeudándose.
Por ejemplo, al adquirir un crédito hipotecario, crédito vehicular, para compra de móviles y cualquier otro producto que las personas deseen adquirir con deuda.
Sin embargo, este crecimiento económico es en parte ficticio debido a que el crédito tiende a crecer más rápido que la producción y poder adquisitivo de un país. Por ejemplo, la gran depresión de los años 30 y la depresión de 2008 en Estados Unidos se debieron a esta situación. Las personas y las empresas no pudieron pagar la gran cantidad de deuda que existía, llegando a ser decenas de miles de dólares por persona y miles de millones por empresa.
Esto quiere decir, que el crédito en exceso también es malo, no solo porque lleva a una nación entera a la catástrofe, dejando a las personas deudoras en la calle y sin posibilidades al corto plazo de surgir.
Por lo tanto, debe ser controlado mediante filtros por parte de los entes financieros que pueden emitir deuda o préstamos. Por ello es que los bancos mantienen un control tan estricto al momento de aceptar solicitudes de préstamos, para evitar que las personas que puedan incurrir en impagos no tengan esta posibilidad.
Lo mismo sucede con las empresas, pero aquí los filtros son más estrictos.
En esencia, la vida en base a la deuda se gana con los intereses, ya que el retorno de inversión se verá más pronto que tarde mientras más altos sean estas tasas. Por ello se hace notar que existen intereses anuales de hasta un 10% o más dependiendo del monto del crédito.
Y mientras más deuda haya mayor será el interés a pagar. Aunque también depende mucho de la credibilidad que cuenta la persona o la nación que lo solicita.
Por ejemplo, Venezuela no puede recibir préstamos sin tasas de interés de hasta el 70% anual debido al alto riesgo que genera una inversión en esta nación. Por otro lado, en Estados Unidos, una inversión del mismo monto solo genera un interés anual de 3%.
Como podemos ver, la situación de crecimiento económico en base al crédito es un acto ficticio que puede ser mantenido gracias a la capacidad de los gobiernos de pagar deudas y de la resiliencia de los ciudadanos para lograr la producción y pago de intereses.
Es importante entender lo que a gran escala el crédito le hace una nación y las finanzas personales de los ciudadanos de un país. Si bien ayuda mucho para lograr una estabilidad y comodidades, a largo plazo puede generar miseria e incursión en impagos.
