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García Bernal traslada a Asamblea "las realidades del proyecto regadío Tierra de Barros"

Ha avanzado la propuesta de la Junta para que éste entre a formar parte del instrumento excepcional de recuperación temporal, 'Next Generation'.

03 diciembre 2020 | Publicado : 13:34 (03/12/2020) | Actualizado: 18:33 (03/12/2020)

Rd./Ep.

El proyecto de regadío de Tierra de Barros permitirá desarrollar el potencial económico de los municipios afectados, mejorando y acelerando el nivel de empleo tanto de carácter agrario como en las industrias y los servicios asociados, y contribuirá al mantenimiento y fijación de la población en el medio rural y mejorará la calidad de vida de sus habitantes, objetivos básicos del desarrollo rural.

Así lo ha defendido este jueves la consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, Begoña García Bernal, durante su comparecencia en la Asamblea de Extremadura, donde ha avanzado la propuesta de la Junta de Extremadura para que dicho proyecto entre a formar parte del instrumento excepcional de recuperación temporal conocido como ‘Next Generation’.

De este modo, según sus palabras, se garantizará una respuesta europea coordinada con los Estados miembros para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de la COVID-19.

Precisamente, uno de estos proyectos a los que la Junta de Extremadura quiere dar prioridad es el del regadío de Tierra de Barros que, además de perseguir la dinamización territorial y desarrollo sostenible de la comarca, mejorará el uso eficiente del agua.

Tal y como informa en una nota de prensa, esta iniciativa es candidata a los fondos ‘Next Generation’ de la Unión Europea, ya que se trata de un proyecto de adaptación y de mitigación al cambio climático, porque se adaptan cultivos como el olivar y la viña, cuya supervivencia como consecuencia del cambio climático, pasa por un riego de apoyo.

Así pues, se trata de un proyecto de mitigación porque se usan energías renovables y contará con una planta fotovoltaica, por lo que la emisión del dióxido de carbono será menor que si se compara con un regadío tradicional con motores de gasoil o del uso de energía tradicional.

Con todo ello, según ha precisado García Bernal, se obtendrá un uso eficiente del agua y el 65% de la energía necesaria para el funcionamiento del regadío será renovable en la parte de explotación del regadío y provendrá de una planta fotovoltaica.

Para finalizar, la consejera ha hecho hincapié en que el proyecto de regadío cumple todas las características que marca el Fondo de Recuperación y Resiliencia.

"Por cohesión social y todo lo que lleva un regadío a la zona: donde hay agua, hay cinco veces más de población que donde no la hay”, ha sentenciado.

CRÍTICAS POR EL RETRASO

Mientras, desde la oposición la diputada 'popular' Mercedes Morán ha señalado que este mecanismo ofrece una "nueva oportunidad" para el sector agrario extremeño, si bien ha apuntado que para la Junta será un "problema", al dudar de su capacidad de gestión para gastar estas partidas presupuestarias teniendo en cuenta el ritmo de ejecución actual, que se encuentra al 50% a falta de tres años y a la espera de partidas adicionales.

Además, aunque la consejera ha señalado que el proyecto está alineado con el programa España Puede, en la Estrategia de Recuperación y Resiliencia que ha enviado la comunidad al Gobierno "no recoge ni una sola línea para la agricultura", y ha insistido en que si las obras no comienzan en 2023 "habrá vuelto a mentir a los agricultores".

En esta misma línea, el diputado de Ciudadanos Fernando Baselga ha subrayado que la consejera "cada vez que tiene la oportunidad de vender algo sale y lo hace", y en este caso, ha añadido, no sabe si verá antes el AVE o el regadío de Tierra de Barros, que ha estimado que al menos no estará hasta 2030.

Por su parte, la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, cree que este proyecto no debe ser una prioridad para los fondos europeos porque "no beneficia a la agricultura social y familiar", y asimismo ha señalado que "el regadío no es un elemento que por sí solo fije población, aumente la rentabilidad y garantice el relevo generacional".

Además, en un "contexto de cambio climático", ha señalado, el regadío es "una huida hacia adelante" porque con una climatología con temperaturas más altas y menos precipitaciones, los cultivos van a tener una mayor demanda hídrica.

Finalmente, el diputado socialista Eduardo Béjar ha subrayado que Extremadura tiene "agua suficiente" para apostar por el regadío, al tiempo que ha reprochado a los 'populares' que cuando gobernaron solo dejaron un anteproyecto para Tierra de Barros, frente al actual Ejecutivo que ha impulsado un proyecto "viable", "moderno" y "real", que cumple con los criterios para recibir financiación del fondo para la recuperación europea.

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