A pocos metros del Monasterio de Yuste, donde acabara sus días Carlos I de España y V de Alemania, encontramos este curioso lugar. Nadie espera encontrar un cementerio en mitad de la montaña, pero resulta un paraje extraordinariamente bello que rebosa paz.
Y quizás la Volksbund Deustche Kriegsgräberfürsorge (Organización Alemana para la Conservación de Cementerios de los Caídos de Guerra) apreció, no solo esta característica, sino que de alguna manera pareció buscar la protección del “César”, del que también fue su emperador...
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