26 noviembre 2019
La delegada de Educación y Diversidad Funcional, Susana Fajardo, asistió en la tarde de este lunes a la primera actividad realizada por el Foro de Ampas de Mérida, en el curso 2019-2020.
En concreto, la presentación del acto, que tuvo lugar en el Centro Cultural Alcazaba y a la que asistieron un centenar de personas, corrió a cargo del presidente del Foro, Juan Carlos López, quien invitó a las AMPAS de los centros educativos, que aún no forman parte del Foro, a unirse a esta iniciativa y a "trabajar de forma conjunta" con el objetivo común de que estas asociaciones persiguen el bienestar de los niños y niñas.
Actualmente son 17 las AMPAS que participan en el foro. En el acto se presentó el logo del foro de AMPAS que ha sido diseñado, de forma desinteresada, por Rosario Maestre, quien explicó que "con este Logotipo he querido simbolizar la unión de las Asociaciones de Madres y Padres de Mérida, trabajando mano a mano por un mismo objetivo: caminar hacia una Educación Inclusiva".
"Con los distintos colores he querido representar la diversidad de los colegios e institutos de nuestra ciudad", recalcó.
Por último, la delegada de Educación, Diversidad Funcional e Inclusión, Susana Fajardo, invitó a las asociaciones a avanzar en la terminología que utilizamos para nombrar a estas asociaciones y a valorar el cambio de denominación para pasar a nombrarse como AFAS (Asociaciones de Familias).
De la misma forma, agradeció la participación de las familias y asociaciones y puso de manifiesto la importancia del tema a tratar, el bullying, que cada vez se manifiesta a edades más tempranas "y frente al que debemos estar muy atentos y, como adultos, ser ejemplo de respeto y buen trato".
HISTORIA DE SUPERVIVENCIA
La charla fue impartida por María Luisa Payán Navacerrada, técnico en integración social y estudiante de pedagogía, que se trasladó desde Madrid de forma desinteresada y narró a los asistentes su historia de supervivencia, alejada de la victimización y transmitiendo a las familias y docentes participantes la necesidad de la implicación en lo que, a su juicio, “no podemos seguir calificando de cosas de niños".
