11 enero 2022
Ep
Así, lo refleja un estudio realizado por Almas Industries B+safe, añadiendo que la Comunidad de Madrid se sitúa al frente con más de 7.800 desfibriladores instalados, doce por cada 10.000 habitantes.
En el extremo opuesto, aparece Castilla-La Mancha, con un total de 278 desfibriladores, 1 por cada 10.000 habitantes. Estos equipos han pasado de los 10.239 desfibriladores en 2019 a los 33.145 en 2021, con una media nacional de 7 desfibriladores por cada 10.000 habitantes.
Por comunidades autónomas, tras Madrid, se sitúa Navarra con 709 desfibriladores, once por cada 10.000 habitantes. Con un ratio de diez equipos por cada 10.000 habitantes aparecen Aragón (1.388) y
Cataluña (7.945).
Les siguen Extremadura, con nueve desfibriladores por cada 10.000 habitantes (996), País vasco con 8 equipos por cada 10.000 habitantes (1.724) y Galicia (1.800) y Cantabria (406) con siete equipos por cada 10.000 habitantes.
En el ratio de cinco desfibriladores por cada 10.000 habitantes se sitúan Andalucía (4.346), Castilla y León (1.158), La Rioja (153), la Comunidad Valenciana (2.310) y Murcia (820).
La lista continua con Baleares (478) y Melilla (36), con cuatro equipos cada 10.000 habitantes, Canarias (757) con tres cada 10.000 habitantes y Principado de Asturias (238) y Ceuta (16), con 2 desfibriladores cada 10.000 habitantes.
Sin embargo, a nivel internacional, España está muy por detrás de los más avanzados en este campo como EE.UU, Japón y algunos países europeos.
El uso del desfibrilador, tal y como apunta Almas Industries B+safe, ante una parada cardiaca aumenta hasta un 90 por ciento las posibilidades de supervivencia sin secuelas graves.
Por eso, es clave poder actuar en los cinco primeros minutos para poder salvar la vida de una persona que ha sufrido un accidente cardiaco, realizando la RCP y aplicando el desfibrilador más cercano.
