28 noviembre 2021 | Publicado : 14:26 (28/11/2021) | Actualizado: 12:59 (29/11/2021)
Fernando Pizarro, (Plasencia 17 de abril de 1975) Nace en el seno de una familia trabajadora, hijo de soldador y ama de casa, pasa los primeros años de su vida en el placentino barrio de Miralvalle, para trasladarse en los años 80 a la Avenida de la Vera.
Es el mayor de dos hermanos, hereda de su familia materna la pasión por la música y realiza sus primeros estudios musicales en el conservatoria García Matos de Plasencia, una pasión que le acompañará durante toda su trayectoria profesional.
Comienza su formación en el Colegio Público Santiago Ramón y Cajal, El I.E.S Gabriel y Galán y en la Universidad de Extremadura donde realizará los estudios de Magisterio en educación musical e Historia del Arte.
Maestro de vocación desarrolla su profesión a partir de 1997 comenzando su labor en C.P Inés de Suárez, IES parque de Monfragüe, Colegio Virgen de Fátima de Carcaboso donde impartirá clases de música a primaria y secundaria.
Compagina su labor profesional con sus devociones, la música, como Director del Coro de Cámara Ars Nova, desde el año 2001 y, la política.
En 1996, toma la decisión de afiliarse a las Nuevas Generaciones del Partido Popular; comienza a formar parte de los órganos internos del partido, primero como secretario general de nuevas generaciones en Plasencia, después será como coordinador de la presidencia regional.
En 1999, forma parte por primera vez de la administración local, donde ocupa los cargos de concejal de educación y personal hasta el año 2003, después pasará a ser portavoz de la oposición.
El 22 de mayo de 2011, el PP gana las elecciones municipales y, se convierte en Alcalde de Plasencia, revalidando la alcaldía en los comicios de 2015 y 2019. Y, en estos momentos, afronta su tercera legislatura al frente del consistorio plasentino.
Desde 2011, este placentino de 46 años, maestro de vocación -realizó Magisterio en Educación Musical e Historia del Arte y, ejerció como profesor en varios institutos- dejó las aulas para afrontar una enseñanza más complicada, estar al frente del Ayuntamiento de Plasencia, ganando aquellas elecciones muncipales, al igual que las de 2015 y 2019.
Ahora, más de una década después, en una conversación con Regiondigital.com, hace balance de logrado, lo pendiente, de la emoción que le provoca haber logrado un campo de cesped de tierra para el barrio San Miguel o, del trabajo que ha supuesto conseguir que la exposición "Las Edades del Hombre" llegue la próxima primavera a Plasencia, porque supondrá un antes y un después, no sólo para la capital de Jerte y, sino para todo el norte de la región.
Comenzamos con lo más reciente, hace unos días, fue 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, creo que la primera pregunta pertinente es...¿cómo afronta Fernando Pizarro este efeméride, tanto, a nivel profesional, como alcalde de Plasencia, como a nivel personal, como ciudadano, como extremeño de a pie?
Se afronta con tristeza, porque cuando un 25 de noviembre, tienes que leer el nombre de todas las mujeres ‘víctimas de’, evidentemente, es un día triste.
Pero, del mismo modo, se une cierta esperanza, la esperanza de saber que el conjunto de la sociedad forma parte de un gran ejército con herramientas en las que creemos de verdad, entre ellas la educación, para que al año que viene, pudiésemos lograr que en ese acto no hubiese que leer nombres de ninguna víctima porque no se han dado víctimas de violencia de género o violencia machista.
La definición de un día como hoy es la tristeza porque ver que en el siglo XXI tenemos que afrontar que ha habido mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas es muy duro y nos hace ver que en la sociedad hay algo que no funciona. No es una sociedad mejor, no es una sociedad buena cuando alguien muere de ese modo… Cualquier tipo de violencia, pero en este caso el de las mujeres, mucho más vulnerables.
Y, por otro lado, no debemos dejarnos caer solo por el abatimiento de la tristeza, sino que tenemos que tener la esperanza de que la unión de la Justicia, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, las administraciones públicas, las asociaciones de mujeres, las asociaciones de la discapacidad, los medios de comunicación… todos sumamos para que esto al final desaparezca.
Desde lo municipal...¿cómo afronta el Ayuntamiento de Plasencia esta lacra social?
Nosotros, evidentemente, trabajamos en red, porque las Oficinas de Igualdad, como herramientas sobre todo educadoras-preventivas, trabajan en red en Extremadura, pero a ellas se les suman directamente los recursos municipales, en este caso, la coordinación de la Policía Local con la Policía Nacional.
Estamos ya a las puertas de poder conseguir estar dentro del Sistema VioGén del que tanto se habla, y teniendo ese archivo, esa información y, muchos recursos humanos al servicio de esto, permitirá la implicación directa de la Administración en la salvaguarda de las mujeres.
Además, nosotros tenemos dos recursos. Uno muy importante que se ofrece al realizar la denuncia y que cuando llegamos no existía. Es un piso donde las mujeres que han sido víctimas de maltrato y hoy denuncien, puedan pasar con sus hijos hasta que pasen ya a las disposiciones de la Junta, la Casa de la Mujer en Cáceres o a cualquier otro recurso.
De este modo, pueden estar en ese piso el tiempo que la Justicia considere oportuno que deben estar. Es un sitio muy controlado, muy discreto, donde pueden estar con total tranquilidad.
Y, luego hay otro recurso, que son unas casas donde las mujeres pueden vivir, en virtud del propio informe que hacen las Oficinas de Igualdad, los Servicios Sociales y el seguimiento que hacen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y la Justicia, una vez pasado todo ese calvario -porque es un calvario- como paso previo a la reinserción.
Las casas están en el Centro de Menores ‘Valcorchero’, donde ellas puedan tener durante uno o dos años una vida medianamente de transición hasta la inserción definitiva, con las ayudas pertinentes tanto económicas como de inserción profesional, que son fundamentales para que uno pueda hacer su vida.
La verdad es que, en esta ciudad, se concitan muchos recursos en pro de mejorar la calidad de vida de mujeres que han sido víctimas de violencia, de la prevención que para nosotros es fundamental; y luego en ese tránsito intermedio, pues tener recursos para que ellas puedan iniciar una vida con cierta normalidad.
Siguiendo con lo municipal, estamos en su segunda legislatura al frente del consistorio placentino, sabiendo que es complicado... ¿que balance hace del trabajo hecho?
El balance inicial, hay que ser objetivo, comienza diciendo que durante estos casi doce años ya –porque nos queda año y medio ya para terminar la tercera legislatura- ha habido dos terribles crisis.
Nosotros llegamos aquí en la crisis terrible de 2010/2011, con las listas de desempleo desorbitadas, el cierre de empresas espectacular, las ayudas en el ámbito de los Servicios Sociales había que multiplicarlas de una manera intensísima.
Hay que recordar que Plasencia había sido una ciudad donde se concentraban algunas de las más importantes constructoras, Uno de los ejes de desarrollo de Plasencia y del norte extremeño, eran precisamente esas constructoras -Magenta, Placonsa,…- un montón que trabajaban aquí, pero que trabajaban mucho fuera, sobre todo por nuestra cercanía a Madrid y, sobre todo, porque había sido una zona, un territorio -no solo Plasencia, sino Malpartida de Plasencia-, que había formado a muchos y muy buenos oficiales en el ámbito de la construcción -albañilería, fontanería, cerrajeros, etc., etc.-.
Entonces, todos los trabajos de la construcción estaban muy bien representados aquí, había mano de obra suficiente, se iban a Madrid los lunes a las 5:00 de la mañana y regresaban los jueves por la noche. Un albañil cobraba 3.000 euros.
Eso hacía de Plasencia un foco económico fundamental, eso unido a que si hay ese elemento dinamizador de la economía, el comercio crece, porque Plasencia siempre ha sido una ciudad muy comercial, todos los pueblos de alrededor vienen aquí a comprar. Pero claro, teniendo esas posibilidades económicas, el comercio creció de una manera importante y todos los servicios anexos.
Junto a todo ello, Plasencia es una ciudad de servicios como tal, hay muchos funcionarios, los dos hospitales, los centro de salud, los casi 25 centros de educación, incluido el Centro Universitario, el Conservatorio... Es una ciudad que en aquel momento pasar de eso a esa terrible crisis, fue un duro golpe.
Y, cuando nos comenzábamos a recuperar un poco llega la Covid-19 que es un mazazo y también económico, sin ningún tipo de duda. Y, en ciudades como la nuestra, aquí hay un empresariado -podemos hablar de emprendedores-, pero lo que tienen es mucha fortaleza para afrontarlo. Son gente que no abandona el proyecto empresarial a la mínima dificultad, sino que está acostumbrada a que ayudas hay pocas, casi es músculo propio y eso hace que haya cierta fortaleza. Por lo que hay gente que se reinventó.
Pongo el ejemplo de una empresa de grúas, Eugenio, que pasó de alquilar sus aparatos para la construcción fundamentalmente, a alquilarlo para el cine, creando una empresa coincidente con las necesidades del cine y con las grandes productoras. Lo pongo como ejemplo de que la gente se reinventa y eso casi va en la genética de la ‘alta Extremadura’, no solo de Plasencia.
Por tanto, creo que la principal definición de este balance son las dos crisis sobre las que se han ido desarrollando los acontecimientos. Pero, si bien es cierto que eso sucede, también tenemos una cuestión para nosotros muy importante que nos ha servido de desarrollo sobre todo para crear infraestructuras que los ciudadanos nos pedían, que facilitaban la vida, pero que también creaban empleo.
Nuestra fuente de financiación fueron los Fondos Europeos, y de ellos conseguimos el máximo dinero como ciudad en nuestras estrategias.
Además, llegamos a conseguir con la Diputación de Cáceres, algo que no se había dado en España nunca y que no era fácil -dos administraciones diferentes y dos partidos diferentes gobernándolas-, ponernos de acuerdo y lograr 2 millones de euros para la provincia, de los cuales el 40% nos lo quedamos nosotros como ciudad.
Así pues, al final, hemos logrado unos 15 millones de euros en Fondos Europeos, que son con los que se han ejecutado mejoras urbanísticas, aparcamientos, las residencias de mayores en los pabellones militares, entre otras cosas. Quizá esto sea lo más visible.
Por tanto, a nosotros nos tocó gestionarlos desde el principio, es decir, hacemos los proyectos, los consensuamos con la sociedad civil, los presentamos a Europa, nos los aprueban y a partir de ese momento comenzamos a ejecutarlos.
Yo no tuve la herencia de un gobierno anterior que dejó Fondos Europeos, sino que a lo largo de doce años nos ha dado tiempo de iniciar el proceso y terminarlo.
Quizá eso y todo lo que conlleva, no sólo de inversión, entre ellos, un millón de euros solo para el turismo -la digitalización de la Oficina de Turismo y otro montón de cosas que van a unido a este sector-, sino el hecho de haber conseguido firmar un pacto casi histórico entre dos administraciones para poder conseguir fondos.
En resumen, y por definición rápida, me quedaría con esas dos cosas, la buena y la mala.
De todo lo realizado..... ¿cuál destacaría como el mayor logro de su corporación?
Yo podría hablar de la depuradora nueva que vale 30 millones de euros y es la obra más importante económicamente. Posiblemente, es una de las que menos se vea, porque es como una infraestructura que mejorará nuestra calidad de vida, pero que se valora poco socialmente.
Hemos conseguido 15 millones de euros en inversión a través de la UTE del agua, que conseguimos gracias a mil rollos judiciales, pero al final lo están haciendo, y consiste en cambiar todas las redes de saneamiento que estaban estipuladas.
La entrada centro a la ciudad, que es el desdoblamiento de la carretera de Monterhermoso, hoy Avenida de la UNED, es una obra de 12 millones de euros que ha dado un cambio a una de las entradas a la capital del Jerte. También el Arroyo Niebla con un fantástico paseo, que costó 12 millones de euros en aquel momento en plena crisis o las rehabilitaciones del patrimonio.
Podría hablar de muchas cosas que, desde el punto de vista económico y ,también de lo que supone para la ciudad, sin ningún tipo de cambio de imagen, mejora de la calidad de vida, creación de empleo… pero me quedo con una mucho más pequeña.
Para mí, emocionalmente, es la más importante, no es porque sea una gran inversión, sino por lo que significa de la relación social que hemos mantenido estos doce años entre la Administración y la gente de la calle. Lo cuento en muchas ocasiones.
Cuando yo llegué a ser alcalde, me mandaban a las redes sociales las madres del barrio de San Miguel -que está al sur, al otro lado del río, al otro lado de la vía- fotos de sus hijos jugando en el campo de fútbol de tierra que se convertía en barro cuando llovía.
En esta barriada de la ciudad, viven familias de gente muy trabajadora, como por ejemplo peones de albañil, de hecho mi padre trabajó allí porque conecta directamente con el polígono industrial.
Por aquel entonces, era un campo de fútbol de tierra, pequeño, mientras que en la actualidad el barrio tiene equipo propio, el Club San Miguel, que además ahora tiene un club femenino que está en Primera Liga. Está situado en una de las entradas a la ciudad, antes del puente de Gutiérrez Mellado, y hay una pequeña Ciudad Deportiva, con un pabellón de baloncesto y el propio campo de fútbol ya con césped artificial, porque además lo utiliza el colegio de San Miguel por las mañanas para las clases de Educación Física.
Pues bien, antes de que todo esto fuera realidad, cuando las madres me lo pidieron era el año 2011 y estábamos sin un duro. Yo les daba mucho cariño, mucho abrazo, iba a todas las cosas y a todo el mundo tenía que decirle: “hijo mío, pues lo apunto”. Pero, al mismo tiempo, me preguntaba a ver de dónde sacaba la financiación para hacerlo.
Así que, un día hablando con el delegado de Hacienda, le comenté que a ver si hacíamos primero el proyecto para ver cuánto costaba, simplemente convertir el campo de tierra en un campo de césped artificial, y ascendía a 300.000 euros.
Al final, pudimos hacerlo con mucho esfuerzo y desde entonces se utiliza de una manera desorbitada. Yo decía: “es la mejor inversión, que los muchachos jueguen al fútbol en un barrio con estas características, que posiblemente tengan otros estímulos y no buenos”.
Esto fue en la primera legislatura, la obra que más me ha hecho emocionarme, sobre todo porque al final te preguntas “¿por qué lo hacemos?”. Pues, porque la gente te lo pide, a lo mejor tú en ese momento tenías otras prioridades y no pensabas ni en un campo de fútbol… pero al final las madres te inoculan el virus de ‘cómo van a jugar ahí los niños; mira la ropa de mis hijos; cuando lavo la ropa no se quita la tierra de cómo se ponen’… y lo pudimos hacer.
Nosotros, en ese barrio, que es una zona de Plasencia cuyos vecinos no votan al PP, es de gente trabajadora cuyo voto habitualmente es más socialista, ganamos en todas las mesas, pero prometo de verdad que no lo hicimos por eso, porque tú no piensas cuando haces una obra en un rédito electoral y menos con tiempo de sobra hasta que lleguen las elecciones. Pero sí que es verdad que eso nos permitió tener un ‘feeling’ especial con la gente del barrio.
Luego, hicimos también allí una obra mucho más cara, de 1,5 millones de euros, arreglando una calle entera y seguramente no tuvo el mismo rédito político o la repercusión de sentirte del barrio. Por eso, me quedo con esa actuación.
También tengo que recordar que a todo ello se une una nota dramática, porque cuando se estaba haciendo el campo de fútbol, uno de los entrenadores –Javier-, perdió a su hijo de 7 años en un accidente de coche. Se habían ido a jugar a Jarandilla de la Vera y la madre llevaba al niño en su coche para llegar al final del partido. El niño no iba a jugar, iba a jugar su hermano mayor, pero él estaba también en el club.
Fue, en las Navidades de 2012 y, entonces se decidió que el estadio llevara el nombre del niño Daniel García Mauricio, en su recuerdo.
De todo lo pendiente,.... ¿qué es lo que quiere dejar hecho sí o sí?
Yo quiero dejar acabado sobre todo la residencia de mayores de los pabellones militares. Es uno de mis propósitos. Hemos tenido muchos problemas con la empresa que está realizando la obra y de hecho por la Covid-19 se ha parado la obra por completo.
Así que, hemos aprovechado para hacer una reforma del proyecto y es verdad que ya funciona la obra bien. Ahora sí, pero claro con un año y pico de retraso. Entonces es una de mis promesas también, porque los pabellones militares están al lado del Centro Universitario, el edificio de la Universidad. Como era el antiguo cuartel, los edificios de al lado de los años 40 y 50 eran las viviendas de los oficiales y suboficiales.
Después de un pleito larguísimo con el Ministerio, en la época de mis antecesores, la sentencia definitiva dijo que era propiedad del Ayuntamiento, y empezaron a deteriorarse, una ruina, pero en el medio de la ciudad.
Entonces, cuando yo voy a ver a la Asociación de Vecinos de Miralvalle, que es a la que pertenecen esas viviendas, yo le digo al presidente: “mi idea es que esto se convierta en un anexo a la Universidad”. Y él me dice: ‘no, ese no es nuestro objetivo; nuestro objetivo es que sea una residencia de mayores’.
Yo dije, madre mía y de dónde sacamos el dinero para hacer esto, si esto es imposible. A partir de ahí, dijimos: “vamos a trabajar conjuntamente para hacerlo”. Y al final hicimos el proyecto, optando a los fondos europeos, éste se consensuó, todo el mundo dijo que era el primero que había que hacer y empezamos a hacerlo.
Con esto, quiero decir que no era mi objetivo, pero evidentemente tú tienes que adaptar tu objetivo a lo que te pide la gente de la calle y empezamos con todas las dificultades del mundo y ahí está.
Por eso, yo quiero verlo acabado, porque esto es un reto que nos planteamos en 2011.
Y, la segunda cosa, es la Avenida de Martín Palomino. Es verdad que en estas legislaturas con todas las dificultades habidas y por haber, conseguimos que el Gobierno de Mariano Rajoy presupuestara la parte correspondiente, Guillermo Fernández Vara también presupuestó la parte correspondiente y nosotros también, por hacerlo entre los tres.
Y, con muchas dificultades ya hemos dado un paso más, ya es titularidad de la Junta, y ahora tiene que sacar la redacción del proyecto a licitación.
Éso yo no lo voy a ver acabado como alcalde, seguramente, porque queda muy poco tiempo de legislatura. Pero sí que avance y que al final de esta legislatura tengamos el proyecto, porque teniendo el proyecto, sabemos lo que vale realmente, y sabiendo el precio tenemos que buscar la financiación.
Esas dos cuestiones, una más personal que la otra, que la otra es una cuestión más de ciudad, creo que son los grandes retos.
Hablando de infraestructuras, en Plasencia, como en el resto de Extremadura, el AVE y todo el tema ferroviario ha sido la asignatura pendiente las últimas dos décadas… ¿Qué opina al respecto?
Para nosotros, es una herramienta fundamental de comunicación, pero con todo esto que se ha hecho hasta el momento no estamos en desacuerdo, en ningún caso. Nuestra comunicación con Cáceres, Mérida y Badajoz es muy importante.
Pero, nuestra verdadera comunicación es Madrid y es que de aquí a Navalmoral y a Madrid no hay nada. Entonces tenemos estaciones buenísimas, que la nuestra ya se ha acabado -imagino que se inaugurará en breve-. Tenemos la jaula, el pájaro no lo tenemos, pero tengo la esperanza de que el pájaro llegue.
Tengo esperanzas de verdad de que un tren mejor nos una con Cáceres, con Mérida y con Badajoz, pero es que necesitamos, sí o sí, la conexión con Madrid, es decir, nuestro desarrollo y las oportunidades que podemos tener en conexión con la capital del reino es eso.
Lo demás a mí me facilita y que las empresas también estén conectadas en Extremadura, pero al final de nada nos sirve estar aislados, si no tenemos conexión ni con una capital ni con la otra, y en nuestro caso por cercanía es Madrid.
Entonces, nuestra reivindicación permanente es que se inicien cuanto antes los proyectos de comunicación con Madrid. Además, el trazado nos lleva hasta Toledo y para nosotros eso no es una cosa mala, no solo para Plasencia, sino también para Cáceres, para Mérida…, porque al final es una ciudad turística muy importante y la gente desde Toledo puede dar el salto a los Patrimonio de la Humanidad y a los Conjuntos Históricos y Artísticos de Extremadura si ese es su objetivo.
El tren es un medio de comunicación fundamental para el turismo de manera especial, pero para el desarrollo empresarial de una manera decisiva.
A corto plazo, en 2022, Plasencia tiene una cita cultural importante con la exposición ‘Las Edades del Hombre’, que llega a la capital del Jerte, cuando nunca había salido antes de Castilla y León. ¿Cómo afronta el Consistorio la organización del evento?... ¿qué cree que va a significar para la ciudad?
Pues, va a significar un antes y un después, en palabras de mis compañeros alcaldes de las 25 ciudades en las que se ha hecho, todos coinciden, sean del signo político que sean.
Así, por ejemplo, antes de tener ‘Las Edades del Hombre’ venían 20, durante ‘Las Edades…’ vinieron 100 y después de ‘Las Edades…’ vienen 40, 45 o 50. Es decir, que hay una transformación, sobre todo vinculada a la promoción.
‘Las Edades del Hombre’ nos permiten que nos conozca un tanto por ciento de personas que hasta el momento no había caído en nosotros, nos van a visitar, van a ser embajadores de esta ciudad. Por tanto, mucha gente volverá o comunicará que sin ‘Las Edades del Hombre’, merece la pena visitarnos.
No sólo hablo de Plasencia, porque al final ‘Las Edades del Hombre’ ubicadas en Plasencia, son un instrumento de desarrollo y de promoción turística de toda Extremadura, evidentemente de la zona más cercana aquí más. Porque nosotros no tenemos capacidad de metabolizar a toda la gente que venga a Plasencia, en hostelería sobre todo.
Entonces, habrá mucha gente que venga a ver ‘Las Edades del Hombre’, a ver Plasencia y que ese día coma aquí, pero que se quede en un alojamiento rural en el Jerte, en La Vera, en el Ambroz, en Las Hurdes, Trasierra, Tierras de Granadilla, en la Sierra de Gata o en Monfragüe.
Por éso, hemos hablaco con todos los presidentes de las Mancomunidades y las agencias de desarrollo que tienen éstas para que compartan con su empresariado, que se organicen y se preparen porque indiscutiblemente nosotros vamos a poder asumir parte, pero la otra se va a ir al resto.
Es lo que pasa siempre, nosotros tenemos claro que quien viene al norte, muchos se quedarán aquí y otros muchos se irán a otros sitios, pero al final, quedan dinero en las dos. Es decir, si un tipo se queda en una casa rural en Cuacos de Yuste, a Plasencia va a venir seguro, donde va a comer, se va a tomar un café, va a comprar en una tienda…, va a quedar dinero y la otra parte se va a quedar en Cuacos de Yuste y creo que eso es el verdadero desarrollo que debe tener el norte.
Que somos un territorio en su conjunto. Que la gente no viene a ver solo Plasencia, viene a ver el Monasterio de Yuste, Cáparra, Hervás y Plasencia. Y otros dirán que van a ver Robledillo de Gata, Coria, el Parque de Monfragüe y después llegan a Plasencia, es decir, tenemos de todo, durante todo el año.
Somos una tierra de la abundancia, lo que pasa que nosotros, durante siete meses, vamos a tener un elemento generador de proyección europea, no voy a decir que es internacional hasta el extremo de que todo el mundo sepa qué es ‘Las Edades del Hombre’, pero sí a nivel europeo es conocido.
Ha sido una consecución que nos ha costado diez años, lidiando con la Iglesia por un lado y con los políticos de Castilla por otro.
Al final hemos conseguido que se alineen los astros y tengamos la posibilidad de acogerla. Para esta convocatoria, la primera fuera de Castilla y León, lidiábamos con centros de interés tan importantes para la propia exposición como Lisboa, Toledo o Bilbao.
De hecho, si yo soy el presidente de la Fundación a lo mejor veo más lógico que estuviera en Lisboa por la proyección que da a la propia Fundación, mucho mejor que cualquier otro sitio. Sin embargo, han elegido Plasencia, donde existe un vínculo muy importante porque Béjar, que es Salamanca, es Diócesis de Plasencia.
A eso hay que unir también los vínculos políticos con el presidente de Castilla-León, Alfonso Fernando Fernández Mañueco, con el que llevo hablando de esto diez años, y el Obispo de Plasencia que es de Ávila.
Así pues, entre todos lo hemos logrado al final, y destacar también que hemos tenido la complicidad del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, porque si no hubiera sido imposible, ya que esta película cuesta 2 millones y medio de euros.
Por tanto, es verdad que es un proyecto sin matices políticos, porque al final hemos estado todos a una, unos llevamos luchando mucho más, pero sin la aportación de otros hubiera sido imposible.
A medio plazo, queda poco más de año y medio para las próximas elecciones...¿volverá a ser Fernando Pizarro candidato a la Alcaldía de Plasencia?
Yo, en principio, ya lo he dicho, no puedo engañar. Creo mucho en la interinidad de la política, entonces mi postura al respecto es no volverme a presentar, no por otra cosa más que porque son doce años, dos crisis, tres legislaturas y tres mayorías absolutas…la verdad que me siento muy orgulloso por los equipos que he tenido en momentos políticos muy difíciles.
Creo que son un reto conseguido. Entonces, mi idea es no volverme a presentar en el 2023, lo dije el 27 de mayo después de las últimas elecciones, pero nunca se puede decir de esta agua no beberé.
¿Qué opina acerca de los rumores que dicen que puede ser el nuevo líder del PP extremeño, en un futuro próximo?
Primero que se convoque el Congreso y luego ya veremos. En todo esto, al final, no es una decisión solo personal, sino también de la propia organización, entonces hay que calibrar muchos aspectos para tomar una decisión u otra.
Para acabar, a largo plazo, ¿qué huella le gustaría dejar a Fernando Pizarro en el Ayuntamiento de Plasencia?, ¿cómo le gustaría que le recordaran?
Hago alusión a una cosa que me dijo un buen alcalde socialista de esta casa, Cándido Cabrera, que decía: ‘las elecciones no se ganan con grandes obras, las obras se hacen porque es tu obligación conseguir la financiación y hacerlas, pero la gente al final te vota si tú has estado cerca de ellas, si las has escuchado, si has conseguido arreglar sus problemas o no, o al menos interesarte por ellos’.
Yo es lo que he intentado hacer, seguramente no lo he conseguido en muchas ocasiones, pero es lo que he intentado hacer, hemos intentado mantener abiertos todos los canales de comunicación con la ciudad.
Espero que me recuerden como el alcalde que escuchaba, al menos, y que afrontó situaciones –entre todos- muy importantes, muy difíciles, y que al final, librando la batalla, salimos con éxito.
Y, sobre todo, que te recuerden con cariño, porque al final es la cuestión que uno quiere siempre, en política y en cualquier otra cosa, que tus alumnos te recuerden con cariño, pues aplicado a esto es lo mismo.
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