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Jose Troncoso: 'En el Teatro Romano de Mérida, hay algo que es único, que te envuelve'
Creo que algo pasa con el Teatro Romano de Mérida que yo comparo con el Teatro Falla de Cádiz, y es que son entidades, tienen algo de ser vivo y responden
José Troncoso, gaditano de nacimiento y corazón, es actor, escritor y director y, ha estado al frente del que ha sido primer estreno teatral de la 69 Edición del Festival de Mérida, pisando por primera vez dirigiendo la arena del Teatro Romano con "Las Asambleistas (Las que tropiezan)" pues, ya formó parte el año pasado de la programación del Teatro María Luisa con "Las bingueras" de Eurípides.
Sobre este montaje, que ha sido un éxito de público, con más de 13.000 espectadores en cinco días, Troncoso ha afirmado que, cuando se acercó al texto original supo que quería suprimir esa elipsis tan grande, y mostrar el camino que tienen que recorrer.
El director recalca que, en esta versión, se ha mostrado cada una de las piedras con las que las protagonistas tropiezan para acceder a la asamblea, y que son las mismas que se interponen en el camino de todas las mujeres. “Nos inventamos este bosque que para nosotros completa este texto de Aristófanes”.
En una conversación con Regiondigital.com, José Troncoso nos habla de los detalles de este trabajo, que parece tendrá continuidad más allá del Festival de Mérida, como llegó a sus manos, como ha sido afrontarlo y, los retos de futuro.
¿Cómo ha sido pasar de actor a director?... fue una decisión meditada, si fue una casualidad y, sobre todo, ¿qué prefieres: actuar o dirigir?
Lo de dirigir fue porque cuando empecé a hacer teatro, cuando empecé a hacer obras -digamos que se exponían de cara al público-, que fue realmente cuando estudiaba Bellas Artes en Sevilla, el director que había en el grupo, que se llamaba Ángel Quiñones, dejó de serlo, se marchó de la compañía.
Entonces, de repente, dije ‘alguien tiene que hacer esto’ y me lancé y le cogí el gusto.
Y luego, entre actor y director, me cuesta mucho decidir. Siempre digo que depende del proyecto, si el proyecto es bonito, disfruto mucho ensayando, no sé, no puedo decidirme por una de las dos profesiones.
En Mérida, has estado como actor, pero es la primera vez que vienes como director a la arena del Teatro Romano, enclave muy significativo, ¿cómo llegó este proyecto a tus manos?
El Teatro de Mérida es ‘EL ENCLAVE’. Pues en todo este proceso hay una maga loca que es Toni Acosta, una maga maravillosa, con la que yo estaba haciendo una función y ella empezó a venir a ver mis cosas y tal… Y de repente, Sílvia Abril y El Terrat estaban buscando un director precisamente para el proyecto de Mérida y a Toni se le ocurrió, ella pensaba que Sílvia y yo podíamos hacer un buen tándem. Y así fue… ella fue la que nos puso en contacto y me llamaron de El Terrat.
Eso fue en octubre del año pasado, empezamos a tener conversaciones, a reunirnos, a darle vueltas al proyecto, hasta hoy que hemos estrenado en Mérida.
La gente conoce El Terrat sobre todo por su producción audiovisual, en realidad, su trayectoria en teatro no es tan conocida… ¿cómo fue ese compendio de juntarte con una productora que, en teatro, iba por la puerta grande con este proyecto?
Es que son maravillosos. Creo que lo he dicho ya en alguna ocasión, me han permitido trabajar desde la libertad creativa. Es una productora tremendamente creativa, puede que su puntal no sea el teatro, pero todos son amantes del teatro y creo que los proyectos de El Terrat se caracterizan por su teatralidad, incluso los audiovisuales…
Entonces, creo que no hay salto ninguno de estilo entre el teatro y la televisión. En este caso, ha sido muy fácil.
Hablando ya de ‘Las Asambleístas’..... ¿crees que parte del éxito que ha cosechado en Mérida, se debe a la temática que trata en un momento actual que parece que no diverge tanto de cuando se escribió, aunque hayan pasado hace cientos y cientos de año?
Creo que era un arma de doble filo, pero había que hablar de lo que había que hablar. Cuando nos enfrentamos a ‘Las Asambleístas’ de Aristófanes nos dimos cuenta que, en realidad, era un poco, sobre todo, en el segundo acto, los hombres riéndose de que las mujeres hubiesen votado, se reían de sus leyes y decidimos entre todos y todas que no era posible.
En mi caso, teniendo una sobrina a la que amo, que se llama Martina y tiene 8 años, pensando en su futuro, no podía abordar el proyecto de una manera arqueológica, mostrando el texto ese tal cual.
Entonces decidimos empezar a cambiarlo, asumiendo el riesgo que suponía precisamente la vigencia del tema. No nos olvidemos de que estamos haciendo una comedia y poder reír unos con esto, pero reflexionar a la vez ha sido quizá lo que más me ha ocupado.
¿Y también te ha preocupado?
Bueno, quiero dejarlo en ocupado. Preocuparse tiene algo de anticipación y era, no, vamos a ello… vamos a ocuparnos de que esto sea posible, de que el espectador pueda estar riéndose con los tropezones de nuestras asambleístas, y a la vez le entre información.
Siempre pienso que cuando el espectador se relaja, se deja caer en la butaca y está con la boca entre abierta, con la sonrisa, la información le entra de otra manera.
¿Crees que el público de Mérida ha recibido bien ese mensaje que te ha ocupado?, ¿te ha entendido bien?
Creo que algo pasa con el Teatro Romano de Mérida que yo comparo con el Teatro Falla de Cádiz, y es que son entidades, tienen algo de ser vivo y responden, aprueban o rechazan con mucha claridad…
No sé si es por la disposición del espacio, porque de repente hay algo que es único, que te envuelve como espectador, porque también he sido espectador en muchas ocasiones aquí… No sé, creo que se ha dado la magia en esta ocasión, pero tampoco sé, eso siempre es un gran misterio.
De los seis personajes que tienen ‘Las Asambleístas’, ¿cuál fue tu posición a la hora de elegir a las actrices?, ¿crees que esa conexión entre el personaje y la actriz a la que se ha elegido, responde realmente a lo que tú querías?
Teníamos un grupo primero más reducido de actrices, pero cuando empezamos a hacer los talleres -una cosa muy inglesa que me ha encantado que El Terrat me permita hacer, que es hacer talleres con mucho tiempo de antelación a lo que son los ensayos de la función.
Empezaron a hablar y empezaron a surgir los arquetipos, yo estaba empapándome por aquel entonces de Aristófanes y veía que trabajaba mucho en el teatro griego y en él se fundamentan arquetipos, y entonces empezaron a aparecer arquetipos de mujeres.
De este primer núcleo de mujeres, digamos que nacieron otras que se adecuaban a estos arquetipos.
¿Te entristece en cierta manera que aún hayan esos arquetipos en la sociedad actual?.....que todavía ‘la fiestera’ sea considerada que como va de fiesta y está por ahí a las cuatro de la mañana, autoriza o da permiso a ciertas cosas… o que todavía haya mujeres que estén sirviendo en sus casas y nunca sean atendidas… que en pleno siglo XXI aún haya reductos.
Yo creo que a todos y a todas nos pasa. Creo que como se nombra en la función … ‘¿o es que no tienes hermanas?’… parece increíble también, como dice Sílvia en la función, que ‘en el año 400 antes de que venga Cristo, el hombre y la mujer todavía sean distintos’…Y, fíjate, han pasado 2.400 años y la obra sigue teniendo vigencia.
No lo sé, yo solo pienso en mi sobrina y en las mujeres que como ellas tienen que venir… Bueno y en vosotras y en mí… Esto es una cuestión de todos y de todas, pienso que como sociedad tenemos que reflexionar, que tenemos que trabajar en equipo, nosotros, vosotras y todos.
Tras el éxito de Mérida,...¿‘Las Asambleístas’ tiene continuación más allá del Festival? ¿cuál es la previsión de futuro?
Tiene un futuro prometedor, del que todavía no puedo darte datos concretos pero que sí que tiene un futuro prometedor.
Parece que Aristófanes nos acompaña, o las voces de entonces y las de ahora piensan que esta función debe ser contada, y entonces se está proyectando una bonita y larga vida.
Y, junto a ‘Las Asambleístas’, ¿cuáles son tus proyectos más inmediatos?
Estoy escribiendo una obra sobre la verdad… Bueno, en realidad, tengo abiertas varias carpetas. Una obra sobre la verdad, otra obra sobre Cádiz -quiero hacer una obra, no sé si un homenaje, a partir de mi propia memoria, lo que para mí es Cádiz-. Estoy arrancando también un proyecto televisivo y estoy escribiendo televisión.
Y, como actor, estaré en ‘La madre de Frankenstein’ de Almudena Grandes, dirigido por Carme Portaceli, en el María Guerrero en Madrid, a partir del 29 de septiembre.
Este año ya está cerrado, voy a dedicarme a escribir y a interpretar.