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Gema Cortés: 'Existen muchas razones para que las mujeres extremeñas alcen la voz'
La 'popular' dice que 'a la situación de la mujer en el mercado de trabajo se le da la vuelta abriendo el foco, conjugando medidas de distintos sectores'.
"La mayor desigualdad de las mujeres extremeñas es no tener las mismas oportunidades que las mujeres madrileñas, andaluzas o gallegas". Así de tajante se muestra la portavoz de Igualdad del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Extremadura, Gema Cortés Luna.
Esta extremeña criada en Jerez de los Caballeros, pero nacida en Badajoz en 1985, ha hablado con Regiondigital.com con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, este martes, 8 de marzo. Una efemérides que afronta "con más reivindicaciones si cabe que en años anteriores".
La diputada 'popular' insiste en que "las administraciones hagan su trabajo e impulsen las herramientas necesarias para revertir los datos que nos azotan desde hace muchos años"; considera que las últimas cifras de paro femenino en la región "son inaceptables para cualquier gobierno"; y defiende "un cambio transversal de políticas" más que necesario para poder cambiar estos datos tan dramáticos.
- Tras la crisis sanitaria que se vivía por estas fechas el año pasado en Extremadura y el resto de España a causa de la pandemia por la Covid-19, ¿cómo afronta este año la celebración del 8M?
G.C.: Con más reivindicaciones si cabe que en años anteriores. No es que sigamos teniendo los mismos problemas de siempre, es que los que ya teníamos se han visto acrecentados con el paso de una crisis sanitaria para la que nadie estaba preparado, pero mucho menos una tierra como la nuestra, donde las mujeres extremeñas partían de una situación de desventaja con respecto a las mujeres del resto de nuestro país.
Y es que las mujeres extremeñas seguimos liderando las tasas de paro femenino con respecto al resto de comunidades autónomas, en nuestro caso la segunda más alta; seguimos encabezando la brecha salarial; la brecha en las pensiones sonroja; y no tenemos oportunidades para las que quieren emprender. A ello hay que añadir que las más jóvenes se marchan por miles cada año de nuestra tierra, algunas porque deciden hacerlo y la inmensa mayoría porque no tienen más opción que esa.
Las que trabajan soportan el peso familiar, los cuidados y la falta de medidas de conciliación, que en muchos casos las sitúan en la difícil disyuntiva de trabajo o familia, o trabajo de mayor responsabilidad o no, dificultando la permanencia en el mercado laboral o la carrera profesional dentro del mismo. Por tanto, desde luego que hay motivos suficientes para reivindicar el 8-M, pero también el resto de los 364 días. Queda mucho por hacer.
- ¿Qué significa para usted participar en el acto institucional que celebra la Asamblea de Extremadura, como portavoz de Igualdad de su grupo parlamentario?
G.C.: Significa que el Partido Popular representa en ese acto a miles de mujeres que no necesariamente tienen la misma visión de la igualdad que el resto, en el sentido integrador frente a disgregador, ni aceptan el pensamiento único, ni aceptan la supremacía de género, si pretenden segregar en función del mismo, ni obtener ventajas no justificadas, ni toda esa serie de construcciones ideológicas artificiales en torno a algo que no puede ser de unos pocos, sino de todos.
Lamentablemente, el concepto de igualdad integrador, liberal, de suma de mujeres y hombres, responsable, de resultado y no de ideología, de respeto a quien piensa distinto, es un concepto que implica actualmente el señalamiento por parte de otros partidos. Que te digan que tu posición no defiende a las mujeres porque solo aceptan una posición o que te digan que por ser del PP no estás legitimada para hablar de determinados temas, es desalentador. Da rabia y tristeza, pero estoy segura de que estamos en el camino correcto.
Las mujeres de mi partido seguiremos trabajando por conseguir una igualdad efectiva, que creemos debe abordarse desde muchos aspectos, desde muchos puntos de vistas y, por supuesto, desde distintos enfoques ideológicos, si queremos que sea una igualdad para todos. El hecho de que los distintos grupos parlamentarios nos pongamos de acuerdo en la elaboración de declaraciones institucionales me parece una declaración de intenciones para trabajar de la mano en los temas importantes, pero debe ir a más, debe llegar a un reconocimiento mutuo que lamentablemente aún no percibo en determinados aspectos.
- ¿Por qué cree que tiene que alzar la voz la mujer extremeña?
G.C.: Como le decía, existen muchas razones para que las mujeres extremeñas alcen la voz, en muchos aspectos con mayor intensidad que en el resto de regiones, no solo de nuestro país sino también de Europa.
La mayor desigualdad es no tener las mismas oportunidades que las mujeres madrileñas, andaluzas o gallegas. Me refiero al acceso al primer empleo, el abandono de las listas del paro, la permanencia en el mercado laboral, la conciliación entre la vida laboral y familiar, el acceso a puestos de responsabilidad, la brecha salarial, la brecha en las pensiones o la brecha en el emprendimiento.
- A su juicio, ¿qué le falta todavía a la mujer extremeña para lograr equipararse con las del resto del país?
G.C.: Que las administraciones hagan su trabajo e impulsen las herramientas necesarias para revertir los datos que nos azotan desde hace muchos años. La mujer extremeña está en igualdad de condiciones que el resto de mujeres de nuestro país en preparación académica, sin embargo no tiene las mismas oportunidades en las cuestiones que le decía anteriormente.
El Partido Popular, que es un partido de alternativa de gobierno, no se queda sólo en el diagnóstico del problema, sino que propone medidas concretas para caminar hacia la mejora real y efectiva que hemos venido debatiendo en la Asamblea de Extremadura sin acogida favorable por parte del Grupo Socialista. Básicamente, porque si lo que se hace no funciona, si las medidas que la Junta de Extremadura lleva poniendo en marcha durante décadas nos tienen en las peores posiciones de todos los rankings, quiere decir que hay que cambiarlo, que hay que adoptar otras medidas. Y eso lo entiende cualquiera, pero la Junta se empeña en seguir haciendo lo mismo. Mismas recetas, mismos resultados.
Esto nos lleva a pensar algo que quizás a muchos les haga llevarse las manos a la cabeza, pero que después de tantos años parece consolidarse. Los gobiernos socialistas no quieren mujeres libres -ni hombres- en el más amplio sentido de la palabra, sino tuteladas dentro de determinados límites que a la persona le haga sentir cierta libertad. Y en una economía con escasa presencia del sector privado, donde los tentáculos de la Administración llegan a límites insospechados, el objetivo del feminismo socialista es mucho más fácil, pero no sucumbimos. Seguiremos defendiendo la libertad y la igualdad real y efectiva.
- Según los últimos datos de desempleo en Extremadura, correspondientes al mes de febrero, de los 94.270 desempleados que hay en la región, el 62,5% son mujeres. ¿Qué medidas cree usted que hay que activar para cambiar de una vez por todas estas cifras?
G.C.: Estas cifras son inaceptables para cualquier gobierno, y más aún para un gobierno que se vanagloria de ser fiel defensor de la igualdad y que cuenta con una Consejería de Igualdad que nos cuesta a todos 77 millones de euros al año. No se entiende que en la Comunidad Autónoma con la segunda mayor tasa de paro femenino de España apenas se escuchen voces reivindicativas. El cambio de cifras debe venir necesariamente de un cambio transversal de políticas. Desde educativas a laborales, pasando por políticas de familia, de maternidad, de natalidad, de fiscalidad, de prioridad en materia de inversión, de emprendimiento, de formación para el empleo, de infraestructuras, etc.
Es decir, a la situación de la mujer en el mercado de trabajo se le da la vuelta abriendo el foco, conjugando medidas de distintos sectores. Quien pretenda arreglarlo a base de parches, a base de medidas individuales desconectadas unas de otras, se equivoca. Y eso es justo lo que lleva pasando demasiados años.
- El pasado 22 de febrero se conmemoró el Día de la Igualdad Salarial, una iniciativa con la que se pretende concienciar a la sociedad española sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres por la realización del mismo trabajo o por un trabajo de igual valor. De hecho, en el último informe del INE correspondiente a 2019, el salario anual más frecuente en las mujeres ascendió a 13.514,8 euros y representó el 73,0% del salario más habitual en los hombres, cuyo efectivo se situó en 18.506,8 euros. ¿Qué suponen para usted estos datos en pleno siglo XXI?
G.C.: Sobre esta cuestión llevamos años advirtiendo, también en la Asamblea de Extremadura, donde ya solicitábamos que se impulsara un Plan para combatir la brecha salarial, sin ningún tipo de éxito.
La brecha salarial se da por la suma de varios factores. Como vengo recordando cuando tratamos este asunto, hay que tener en cuenta que los puestos de trabajo con mayor precariedad o los puestos a media jornada son ocupados fundamentalmente por mujeres; que son éstas las que en un alto porcentaje frente a los hombres renuncian a su carrera laboral para ocuparse de los hijos; que son éstas quienes optan por medidas de reducción de jornada o excedencias con el mismo objetivo; o que son éstas quienes asumen la carga en el cuidado de mayores; todos ellos, elementos distorsionadores que habría que tener en cuenta a la hora de abordar la cuestión.
No sólo eso, sino que también encontramos determinados convenios colectivos que diferencian puestos de trabajo con tareas muy similares, de tal forma que los que mejor retribuidos están son los generalmente ocupados por hombres, y viceversa.
O la propia Administración, donde es evidente que hay determinados sectores con mayor presencia de hombres que cuentan con una mayor remuneración a través de determinados conceptos, sin que esto sea discriminatorio, por supuesto, pero sí objeto de estudio.
Todo lo anterior no resta significado al resultado del estudio aludido, porque lo cierto es que existe este problema, pero sí es necesario abordarlo teniendo en cuenta este tipo de cuestiones, y lamentablemente la Junta de Extremadura no está por la labor.
- Usted, mujer del siglo XXI, diputada en la Asamblea, con familia, un hogar… ¿Cómo logra conciliar la vida laboral con la familiar?, ¿qué esfuerzo le supone?
G.C.: Los políticos no estamos para hablar de nosotros ni de nuestros problemas. Estamos para tratar los problemas de los demás. Por mucho que efectivamente la conciliación laboral y familiar sea un reto al que me tengo que enfrentar diariamente con dos niños de nueve y veintisiete meses, sin jornada de trabajo fija y con la familia viviendo en otros municipios, lo cierto es que ese problema, y mucho más agravado, lo viven miles de familias. Y es el que debe ocuparnos.
Me pongo en la piel de las madres solteras, en las mujeres con jornadas laborales a turno, en las que tienen niños que se ponen enfermos y no pueden llevarlos a los colegios y guarderías, las que tienen personas dependientes a su cargo, en las familias numerosas, en las que renuncian a desarrollarse como profesionales porque se ven obligadas a elegir entre su familia o su carrera. En la piel de las madres y de los padres, que no se nos olvide.
Y por supuesto, desde aquí un reconocimiento a los abuelos. Quienes tienen la fortuna de contar con ellos, saben que es la pieza fundamental ante situaciones imprevistas. Lo dieron todo para cuidar de sus hijos y hoy lo dan todo para cuidar de sus nietos. Una generación irrepetible que merece nuestro reconocimiento.
Sin embargo, lamentablemente estamos muy lejos de tener medidas de conciliación que ayuden a las familias y sobre todo a las mujeres para poder compaginar la vida familiar y laboral. Con esta situación entiendo que cada vez más mujeres se planteen el hecho de ser madres, porque es francamente difícil y no se están poniendo las medidas necesarias para ello.
- Y, para finalizar, ¿qué logro –o a qué mujer- destacaría -desde el punto de vista de las políticas de igualdad o que crea usted que ha sido satisfactorio en este ámbito- que se haya producido de un año para acá?
G.C.: Huyo de individualismos. No me gustan. Pero si tengo que destacar a una mujer que ha tomado medidas ambiciosas en esta materia tan transversal, esa mujer ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con su Estrategia 2022-2026 de Protección a la Maternidad y Paternidad y de Fomento de la Natalidad y la Conciliación. Se trata de destinar un 5% del presupuesto a medidas de maternidad y paternidad, conciliación, vivienda, transporte, independencia económica de las madres jóvenes, educación infantil de 0 a 3 años, etc.
La igualdad debe afrontarse, como le decía anteriormente, desde una visión transversal para que dé resultados, y creo que la presidenta madrileña defiende la libertad de la mujer con esta estrategia. También la de los hombres y familias, en esa visión de suma y no de resta, de conjunto y no de segregación.
Y en el lado opuesto, la mujer que ha contribuido a todo lo contrario es la ministra de Igualdad, Irene Montero, que gestionando un Ministerio que nos cuesta 500 millones de euros al año obtiene los peores resultados, pretende etiquetarnos a unas mujeres frente al resto por el hecho de pensar distinto, darnos legitimación para hablar de igualdad o feminismo o enfrentarnos a los hombres.