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Gema Cortés: 'Hay que poner el foco en la debilidad de la mujer ante el mercado laboral'

Para la diputada del PP, 'la principal desigualdad que vivimos en Extremadura es la de que la mujer -y además joven- quiera trabajar y no pueda'.

"Es el momento de poner el foco en la debilidad de la mujer ante el mercado laboral que tenemos en Extremadura, en cómo la brecha salarial o la brecha laboral se han acentuado". Así de tajante se muestra la portavoz de Igualdad del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Extremadura, Gema Cortés Luna, cuando se le pregunta sobre cómo se debería haber conmemorado este año el Día Internacional de la Mujer.

Para esta extremeña criada en Jerez de los Caballeros, pero nacida en Badajoz en 1985, hay que incidir también "en el hecho de que la conciliación es muy deficitaria y ha puesto en verdaderas dificultades a las familias y especialmente a las mujeres; o en el hecho de hayan asumido una vez más el cuidado de mayores y dependientes como colectivos más vulnerables ante el COVID-19". 

No obstante, para esta Técnico Superior en Desarrollo y Aplicación del Proyectos de Construcción, ciclo de grado superior que cursó en Don Benito, el 8 de marzo "debe servir como punto de inflexión para abrir debates que ya se daban por cerrados", tal y como asegura en una conversación con Regiondigital.com, en la que alza la voz porque "no puede haber más responsabilidad laboral sin conciliación y sin corresponsabilidad".

Y es que, a su entender, "lo que realmente nos aleja de lo importante es este ruido interesado que se suscita por unos y por otros; es el de la ideología que intentan imponer al feminismo, que segrega a las mujeres en función de lo piensen, en lugar de ser el camino que una a las mujeres con independencia de lo que piensen".

También se pregunta, lamentándose, "¿qué futuro tiene Extremadura, donde las mujeres, y además jóvenes, no tienen las mismas oportunidades que el resto?". A su juicio, "ésta es la principal desigualdad que vivimos en esta tierra, la de querer trabajar y no poder".

Por tanto, Cortés considera que "la mujer no va a tener más oportunidades en esta tierra si no hay un verdadero cambio, una aplicación correcta de los fondos que nos llegan, unas infraestructuras que conecten adecuadamente a nuestra región y una especialización en áreas donde tenemos mucho que decir", concluye. 

Se acaba de celebrar el 8-M, una fecha señalada en el calendario por ser el Día Internacional de las Mujeres. Sin embargo, la situación de crisis sanitaria a causa de la pandemia por la Covid-19 ha marcado este año la conmemoración de esta efeméride. A su modo de ver, ¿cómo cree que es la mejor forma de celebrarlo este año?

G.C.L.: Que no se haya podido salir a la calle no significa que este día deje de ser reivindicativo. Este 8 de marzo debe servir como punto de inflexión para abrir debates que ya se daban por cerrados. Esta pandemia ha evidenciado que el debate no puede estar en poner toda nuestra atención en el lenguaje sexista, o centrar los esfuerzos de un Ministerio en pagar informes que digan que el color rosa oprime a las mujeres, que la postura sentada de las niñas en el catálogo de juguetes refuerza la desigualdad, o que el consentimiento de la mujer debe venir precedido por la firma de un documento.

El debate debe estar en las carencias que esta situación ha hecho aflorar con más fuerza de la que nunca nos habíamos imaginado. Es el momento de poner el foco en la debilidad de la mujer ante el mercado laboral que tenemos en Extremadura, en cómo la brecha salarial o la brecha laboral se han acentuado; en el hecho de que la conciliación es muy deficitaria y ha puesto en verdaderas dificultades a las familias y especialmente a las mujeres; o en el hecho de que hayan asumido una vez más el cuidado de mayores y dependientes como colectivos más vulnerables ante el COVID-19.

Desde su punto de vista, y teniendo en cuenta que no ha estado exento de polémica, ¿considera que todo lo hablado sobre el 8-M ha hecho que se aleje de lo que realmente nos importa, que es la situación actual de la mujer en el mundo?

G.C.L.: Creo que siempre se genera polémica alrededor del 8-M, porque hay una parte de nuestra sociedad, esa corriente radical, interesada en que esto suceda. Y lo que realmente nos aleja de lo importante es este ruido interesado que se suscita por unos y por otros; es el de la ideología que intentan imponer al feminismo, que segrega a las mujeres en función de lo piensen, en lugar de ser el camino que una a las mujeres con independencia de lo que piensen.

Con este gobierno se pretende coartar la libertad a las mujeres, la libertad de pensamiento, la libertad ideológica, la libertad económica, la libertad política, para dejar en manos del Estado su tutela. Hemos pasado de estar tuteladas por el hombre durante gran parte del siglo pasado, a pretender estar tuteladas por el Estado durante este siglo.

La nueva igualdad es la que pretende decirnos lo que está bien y mal, lo que es bueno y malo, lo que es decoroso y lo que es escandaloso. En definitiva, la nueva igualdad es aquella en la que el Estado pretende ver a infantiles a proteger, en lugar de mujeres a las que dar oportunidades desde la libertad. Y todo este proceso se ha acelerado con la pandemia.

Por otro lado, resulta llamativo que cada vez tengamos más recursos para atajar las políticas de igualdad, pero a la vez tengamos peores resultados. Resulta llamativo tener un Ministerio de Igualdad, donde por cierto la titular del mismo votó en contra del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, pero es el momento en el que menos avances estamos experimentado en esta materia. Todo lo contrario a lo que debería esperarse.

Por tanto, quiero decir con esto, que menos ruido y más medidas. Hay muchas mujeres que esperan mucho de nosotros. Me refiero a las mujeres de la vida real; autónomas, las que levantan las persianas de sus negocios, las currantas, las madres trabajadoras, las que quieren trabajar y no vivir subsidiadas, las que quieren una oportunidad…. y si nos distraemos en lo que no es importante, nunca abordaremos lo que sí lo es.

¿Cómo ha celebrado usted el 8-M?

G.C.L.: Como siempre lo hago, trabajando. Me considero una privilegiada, como fiel defensora de la igualdad entre mujeres y hombres, de poder estar dedicada al servicio público.

Como diputada autonómica tengo la oportunidad de conocer las historias en primera persona y de plantear medidas para poder cambiar las cosas. Nosotros somos el poder legislativo, y aunque creo que hemos avanzado más en la igualdad legal que en la igualdad real, le decía al principio que esta pandemia ha evidenciado que aún queda mucho por hacer también en este ámbito.

Este 8 de marzo lo he celebrado con la satisfacción de saber que lo que venimos defendiendo es lo correcto; que los problemas reales de las mujeres no son los problemas que pretende plantear el nuevo feminismo.

Pese a que en febrero han bajado las cifras del paro en la región, el número total de desempleados asciende a 113.938. De ellos, atendiendo al sexo de los parados en la Comunidad Autónoma, el 39% son hombres y el 61% mujeres, una tendencia que lamentablemente no cambia. ¿Qué cree que habría que hacer para que estas cifras de desempleo femenino bajen de una vez por todas, o al menos sean más equiparables con las de desempleo masculino?

G.C.L.: En Extremadura tenemos un mercado laboral muy frágil. Lamentablemente nuestra tasa de paro femenino es del 26%, rondando siempre los diez puntos por encima de la media y encabezando muy asiduamente el primer puesto de las CCAA con mayor desempleo femenino. Un desempleo que nos azota desde hace 40 años, y que nadie espere lo contrario cuando ante un mismo problema se reiteran las mismas medidas equivocadas.

Hay un titular de prensa que describe perfectamente lo que digo: “El trabajador que menos gana en España: Mujer, Joven y de Extremadura”, y que sin embargo no ha variado ni una coma las medidas que se vienen aplicando. ¿Qué futuro tiene Extremadura, donde las mujeres y además jóvenes no tienen las mismas oportunidades que el resto? Esta es la principal desigualdad que vivimos en esta tierra, la de querer trabajar y no poder.

La mujer no va a tener más oportunidades en esta tierra si no hay un verdadero cambio, una aplicación correcta de los fondos que nos llegan, unas infraestructuras que conecten adecuadamente a nuestra región y una especialización en áreas donde tenemos mucho que decir, por ejemplo. Solo de esa forma pueden crearse nuevas oportunidades.

Un informe de UGT Extremadura ponía de manifiesto recientemente que la Comunidad Autónoma registra una brecha salarial de más de 3.800 euros entre hombres y mujeres. En esta misma línea, un informe de Gestha evidenciaba que las mujeres extremeñas cobran casi 2.800 euros menos que los hombres. ¿Qué es lo que está fallando para seguir siendo menos valoradas, pese a tener mismos estudios o formación?

G.C.L.: Hemos solicitado durante años en la Asamblea de Extremadura que se impulse un Plan para combatir la brecha salarial, partiendo de la elaboración de un estudio para detectar dónde está el problema. Lamentablemente la respuesta del Partido Socialista siempre ha sido la misma: no. La brecha salarial es una suma de múltiples factores. Por ejemplo, una de las razones reside en el hecho de que los puestos de trabajo con mayor precariedad o los puestos a media jornada son ocupados fundamentalmente por mujeres.

Otra razón reside en el hecho de la conciliación laboral y familiar, donde son también principalmente las mujeres las que asumen los cuidados de menores y mayores acogiéndose a fórmulas de reducción de jornada, por ejemplo, lo que implica la aparición de elementos de distorsión.

E incluso encontramos verdaderos problemas en los convenios colectivos, donde se establecen epígrafes distintos a puestos con tareas muy similares, ocurriendo que los puestos peor remunerados son los ocupados por las mujeres y los mejor remunerados los ocupados por los hombres.

Y algo muy llamativo, en la Administración también hay brecha salarial. Los puestos que tienen pluses por guardias, disponibilidad, fines de semana, noches o festivos pertenecen a sectores con más presencia de hombres. No quiere decir que sea siempre discriminatoria, pero sí que haya que analizar sector por sector para suprimir una posible discriminación o por el contrario incentivar una mayor presencia de mujeres.

El pasado 22 de febrero, con motivo del Día para la Igualdad Salarial, la Junta de Extremadura mostraba su "firme y decidido compromiso" por avanzar hacia la eliminación de la brecha de género, una cuestión que se ha agudizado por la crisis sanitaria debido a la pandemia por la Covid-19. A su entender, ¿qué medidas hay que tomar para de una vez por todas conseguir esta meta?

G.C.L.: La Junta de Extremadura ha mostrado su compromiso en muchas cosas desde que tengo uso de razón, pero la realidad es que los años pasan y en Extremadura tenemos los mismos problemas históricos legislatura tras legislatura. Como le decía anteriormente, el Partido Popular le ha presentado en multitud de ocasiones medidas y alternativas, y la respuesta siempre es la misma.

En resumen, corresponsabilidad, conciliación de la vida laboral y familiar equiparando a mujeres y hombres, incentivo de la presencia de la mujer en determinados sectores y puestos de trabajo, análisis sobre posibles distorsiones en la legislación laboral, etc.

Cuando se cumple un año del inicio de la pandemia por la Covid-19 en nuestro país, según Podimo, una plataforma de podcast, cerca del 30% de las mujeres sufre estrés y depresión, el doble que los hombres. De hecho, el Instituto de Psicología de Emoción y Salud (IPES) alerta que la pandemia ha agudizado un problema social latente, donde el estrés y los cuadros depresivos se ceban con el colectivo femenino, prácticamente doblando las cifras de los hombres. ¿Cómo hay que abordar esta problemática?

G.C.L.: Es comprensible que esto suceda cuando estamos hablando que la mujer es la que asume en gran parte la carga familiar, es ella la que renuncia a su carrera profesional para el cuidado de la familia y además se ha evidenciado que no tenemos medidas de conciliación familiar y laboral. Por eso, hemos planteado a lo largo de este año las medidas de las que le hablaba anteriormente.

En la mayoría de los casos, -y se ha evidenciado durante la crisis sanitaria que estamos padeciendo-, la mujer lleva a sus espaldas la responsabilidad del hogar, los hijos, familiares dependientes, trabajo… ¿qué medidas más sociales y dirigidas a la mujer deberían abordar las distintas administraciones?

G.C.L: Fundamentalmente medidas enfocadas a la conciliación y la corresponsabilidad. La reducción de jornada laboral para el cuidado de menores y familiares recae en la mujer, y esta crisis ha puesto sobre la mesa que hay una desigualdad manifiesta en ese ámbito. Las administraciones tienen que ser sensibles a esa circunstancia y proponer medidas específicas, y, evidentemente, dotarlas luego en los presupuestos para que no se quede en un titular.

En esta pandemia algunas normas en pleno confinamiento, como el cierre de colegios, conllevaron más responsabilidades para miles de mujeres extremeñas que se vieron obligadas a redoblar esfuerzos para salir adelante. Ahí es donde toca establecer mecanismos de ayuda social; y en su momento, desde el PP lo abordamos en el seno de la comisión parlamentaria del Covid-19.

Propusimos, entre otras medidas, ayudas y bonificaciones fiscales concretas para la contratación de personas destinadas al cuidado de menores en edad escolar en los hogares, así como la bonificación en la cuota de la Seguridad Social, o ayudas directas para la contratación de graduados en Educación para ayudar en las tareas escolares.

¿Qué le falta a la mujer extremeña para llegar a puestos de responsabilidad y equipararse al resto de féminas del país?

G.C.L.: Lo primero que le falta es un cambio de gobierno. El socialismo ha demostrado que después de 40 años no hay oportunidades. Partimos de la base de que para que las extremeñas lleguen a puestos de responsabilidad y podamos equipararnos al resto de mujeres de nuestro país, lo primero que tenemos que tener es un trabajo y ya hemos podido hablar de la situación tan precaria que históricamente hemos vivido. Es decir, Extremadura siempre tendrá una tasa muy baja porque tenemos a muy pocas mujeres trabajando.

No podemos reivindicar más puestos de responsabilidad cuando no va acompañado de una apuesta decidida por la conciliación y la corresponsabilidad. Tendemos a visibilizar los puestos de responsabilidad como el ideal para la carrera profesional de la mujer, pero nos olvidamos de las importantes renuncias que hacemos para poder conseguirlo. No puede haber más responsabilidad laboral sin conciliación y sin corresponsabilidad. Cada vez la mujer es madre en edades más avanzadas porque se ve en la tesitura de tener que elegir maternidad o carrera profesional.

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