CSIF alerta de falta de walkie-talkies y mamparas de protección en Policía Local Cáceres

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas en Extremadura y primer sindicato en el Ayuntamiento de Cáceres, advierte de que la "falta" de walkie-talkies para el uso de las patrullas de la Policía Local de la capital cacereña ha puesto en "serio riesgo" la seguridad de los agentes.

En concreto, se trata de un hecho que, según el sindicato, se confirmó la noche del pasado viernes, 23 de septiembre, durante una intervención en la barriada de Aldea Moret, y en la que resultó "herido" un policía local al "fallar" los dispositivos de comunicación para pedir apoyo a otras unidades.

Y es que la dotación policial, que estaba de servicio ese día, tuvo que solicitar, a través de los walkies, la presencia de otras patrullas ya que se había producido un "problema" con un ciudadano que mostraba una actitud "violenta" hacia los agentes, y se agravó la situación ya que "se formó una aglomeración de personas de la zona que increpaban a los policías".

Así pues, a través de una nota de prensa, CSIF indica que actualmente sólo hay disponibles seis walkie-talkies para la unidad operativa, que "al no funcionar correctamente ocasionó una demora importante para que se le prestara ayuda a la unidad que se encontraba en el altercado".

Además, considera un "despropósito" que ante el "escaso" número de aparatos de comunicación algunas unidades se vean obligadas a realizar patrullas "sin emisoras".

"Y las que pueden disponer de esos pocos walkies tengan que enfrentarse a problemas de fallos de transmisión por el deterioro que acumulan. Hasta el extremo de que se quedan fuera de servicio en multitud de ocasiones", recalca el sindicato.

A este respecto, añade que durante la intervención efectuada en Aldea Moret se detuvo a la persona implicada en los hechos, con el "agravante" de que el coche patrulla en el que se le trasladó "carecía de mampara protectora y separadora de los asientos delanteros", por lo que "al tener que ir acompañado de un agente en el asiento trasero se puso en riesgo constante su seguridad por la actitud agresiva del detenido", concluye.