Badajoz y Provincia

La Archidiócesis de Mérida-Badajoz cuenta con 39 misioneros repartidos en 18 países

Gracias a la generosidad de las personas de la diócesis en 2023 se recaudó para el Domund 171.398,51 euros, que suponen 5.333 euros más respecto a 2022.

Ep.

La Archidiócesis de Mérida-Badajoz colabora con las misiones y, por un lado, en la actualidad cuenta con 39 misioneros, entre 25 mujeres y 14 hombres y tanto consagrados, como laicos, sacerdotes diocesanos y sacerdotes religiosos, que están anunciando el Evangelio y ayudando a los más desfavorecidos en 18 países en cuatro continentes entre África, Asia, América y Europa.

Por otro lado, y gracias a la generosidad de las personas de la diócesis en 2023 se recaudó para el Domund (Domingo Mundial de las Misiones) 171.398,51 euros, que suponen 5.333 euros más respecto al año anterior, en el que el número de misioneros ascendía a 43, según han destacado en la presentación en el Arzobispado de Mérida-Badajoz de esta jornada que se celebrará el próximo domingo, día 20, bajo el lema 'Id e invitad a todos al banquete'.

El Domingo Mundial de las Misiones es el día internacional en el que toda la Iglesia reza especialmente por la labor evangelizadora y organiza una colecta para cooperar con ella.

De este modo, lo recaudado en el Domund se dedica a sostener la presencia de la Iglesia en los 1.126 territorios de misión, y es la forma de ayudar a todas las diócesis misioneras a la vez. La ayuda del Domund es el apoyo anual que permite que la Iglesia pueda presentar la 'Buena Noticia' en todo el mundo y estar con los que más sufren.

Así se ha puesto de manifiesto en la presentación de la jornada del Domund en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, con la presencia del arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, el delegado episcopal para la Cooperación Misionera, Federico Gragera, y el misionero César Caro, que ha contado su experiencia en Perú.

En su intervención, José Rodríguez Carballo ha ahondado en el mensaje del Papa Francisco para el Domund 2024, la jornada mundial de las misiones con motivo de la cual el Santo Padre ha enviado un mensaje en el que desea que todos tomen conciencia de su responsabilidad "como discípulos-misioneros" dado que, al hacerlo, se traducirá en otras formas de colaboración, como la económica.

Un mensaje que empieza con un agradecimiento a los misioneros que "respondiendo a la llamada de Cristo han dejado todo para ir lejos de su patria y llevar la 'Buena Noticia' allí donde la gente no la ha recibido o la ha acogido recientemente", como reza el mensaje del Santo Padre, junto con que ellos son "la expresión tangible" del compromiso de la misión 'ad gentes' que Jesús confío a sus discípulos, "id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos".

Al mismo tiempo, invita a rezar para que haya nuevas vocaciones y "numerosas" vocaciones misioneras dedicadas a la obra de la evangelización "hasta los confines de la tierra", como también invita para este Domund a ponerse al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia para iniciar, como dice el Papa en su mensaje, un movimiento evangelizador, misionero, como al principio del cristianismo.

"El lema de este Domund, 'Id e invitad a todos al banquete', tomado de la parábola de los invitados a la boda, nos hace de nuevo partícipes del compromiso misionero de salir a los caminos para seguir invitando a todos a celebrar, vivir y compartir el mensaje de Jesús", ha resaltado, a la par que ha recordado que los cristianos, por el mero hecho de estar bautizados, son "por vocación y misión misioneros, llamados a evangelizar con el mismo estilo de Jesús", con "gozo, magnanimidad y benevolencia".

Al mismo tiempo, el Evangelio se anuncia "no como quien impone una obligación" dado que "es libertad". "Participemos, pues, con nuestra oración y también con nuestra colaboración económica, pues en este caso el dinero sí es necesario", ha resaltado, "para que la Iglesia pueda, como dice el Papa también en otras ocasiones, crecer, desarrollarse y sobre todo desarrollar la misión del Evangelio".

Además y "si es posible, dediquemos algún tiempo de nuestra vida a la misión de la Iglesia", ante lo que ha hecho una llamada al voluntariado y a dedicar, como hacen muchos jóvenes, parte de las vacaciones para ir a participar en algún proyecto misionero.

MISIÓN Y VOCACIÓN

Sobre el número de misioneros de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, 39 en la actualidad repartidos en Asia, África, América y Europa, y la última recaudación del Domund, Federico Gragera ha puesto el acento en que, en ocasiones, no es tan importante dar "mucho" porque "con muchos poquitos se consigue también bastante".

Al mismo tiempo y sobre las misiones, ha reconocido que "no hay suficientes vocaciones" ni gente y que "hace falta decir que la gente se anime" y, si no puede uno irse "de por vida", existen experiencias "bastante interesantes" y que abren "el camino y el corazón para la misión" en "muchos" jóvenes, que se van en verano para compartir su tiempo y su alegría, también su dinero, con esos lugares que son "siempre mucho más necesitados que nosotros".

Gragera también ha incidido en que la gente sea "generosa, como lo es siempre" porque Extremadura "es siempre una tierra generosa", y en que se puede ser tanto en la oración, como a la hora de compartir el tiempo y de "rascarnos el bolsillo".

LA MISIÓN EN PERÚ

Sobre las misiones, César Caro ha explicado que la campaña del Domund hace posible que los que están en las mismas puedan vivir y trabajar, y ha indicado que trabaja en Perú en el Vicariato Apostólico San José de la Amazonas, uno de los territorios de misión que existen oficialmente en el mundo y que son iglesias "jóvenes" que están comenzado y no tienen las condiciones para ser diócesis.

Situado en la frontera con Brasil, Colombia y Ecuador, es un territorio de unos 150.000 kilómetros cuadrados y "bastante" despoblado, en el que trabajan unos 68 misiones actualmente, unos 12 de ellos sacerdotes.

Una de las líneas de trabajo del Vicariato es ayudar a la recuperación de la identidad cultural de los pueblos indígenas, en una experiencia en la que tratan de caminar "juntos" y de interculturalidad en la que se anuncia el Evangelio "siempre respetando mucho la espiritualidad propia y la cultura de los pueblos a los que somos enviados".

Además de la parte formativa y evangelizadora, también se implican en las distintas problemáticas sociales que degradan la calidad de vida de la gente, tales como la salud, la seguridad alimentaria, la educación o la "extrema pobreza" en una zona en la que hay madereros o minería ilegal o "mucho" narcotráfico, especialmente en el Bajo Amazonas, que acarrea violencia, trata de personas o empleo de la población local en la cosecha de hojas de cocaína.