Al igual que, dentro de la libertad de expresión, asumo, acepto y respeto las críticas que se hacen a mis opiniones, quisiera resaltar cómo se están acentuando los posicionamientos de algunos periodistas, previsiblemente muy nerviosos, ante el presunto final de ciertas mamandurrías que les trae consigo lo que, pensaron, sería “la era Monago”. Y es que, una cosa es la información y otra la opinión. Por esa razón y dentro de la credibilidad que me merecen la mayoría de los profesionales, me da la sensación de que algunos están actuando como voceros de la derecha extremeña. O más bien como portavoces del PP. Incluso mucho más exaltados ante las actuaciones de la oposición.
Partiendo de la base de los anuncios de recuperación económica, de las macrocifras del empleo (o del paro) tratan de hacernos llegar una Extremadura idílica, allí donde otros vemos pobreza, tiendas cerradas, estudiantes que abandonan la Universidad, gente desahuciada, menús repetidos en los hospitales, calles empantanadas en el Centro de la ciudad en los momentos más inoportunos...
Mientras la gente nos indica tendencias: la izquierda, día tras día avanza, salen fuerzas emergentes que contribuyen a este clima de denuncia o de aviso de fin de microciclo. Se buscan ententes, puntos de encuentro, coincidencias, buenas sensaciones en la apuesta por la recuperación de la felicidad. Que en eso consiste la política.
El recuerdo de malas experiencias pasará factura a determinadas fuerzas de la izquierda parlamentaria no socialista. Y dirán que no se les ha entendido. Que lo hicieron por nuestro bien. Pero la ciudadanía no lo ve.
El PSOE tras su experiencia con las primarias es consciente de que, pese a que todavía no tiene la cultura suficiente para reconocer que se deberían haber hecho de otra manera, que quedan muchos flecos por corregir, que se puede rectificar lo errado, que se tienen que cerrar malas prácticas... es consciente de que está en la obligación de presentar buenas candidaturas. Se lo debe a sus votantes.
Somos un Partido de gobierno: volveremos a dirigir Ayuntamientos, Diputaciones y Junta pues tenemos que converger con el ansia de vuelta a la normalidad perdida por miles de paisanos empobrecidos.
Hay banquillo, formación, experiencia, fuerzas y ganas. Al tiempo.