MADINA
La primera vez que escuché en directo a Eduardo Madina fue en la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Extremadura en Cáceres. Quedé totalmente impactado. Un auditorio repleto y al que se fueron sumando, hasta prácticamente no caber más público, cada vez más jóvenes estudiantes que asistieron impresionados a la lección magistral sobre la Historia de España desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.
Allí me percaté que estaba delante de un político tremendamente formado, con una habilidad para transmitir pasiones, con una sensatez en sus planteamientos de futuro que hizo que no tuviera ninguna duda: es lo que necesita, anhela, mi Partido para volver a conectar con la gente y para liderar una nueva época.
Estos días ha vuelto a Extremadura. Ha vuelto a impulsar la esperanza. Ha vuelto, como diría el propio Eduardo, a repetir obviedades: el PSOE es de izquierdas. Ha insistido en que invertir en los pilares de nuestro Estado del bienestar: la educación, la sanidad…. no es gasto público: es inversión. Propicia desarrollo.
Ha reiterado los referentes que le mueven en una apelación constante a la Historia y lo sintetiza en el concepto de que su compromiso con el futuro del Partido es el compromiso con el futuro del país. Y, créanme, no se trata de lugares comunes.
Señalaba que ha visto sonreír a Guillermo Fernández Vara. Y yo le respondo que eso lleva consigo la alegría a Extremadura
Parafraseando al propio Madina, disculpen las molestias, si como responsable del Análisis de la Historia del PSOE en la provincia de Cáceres pronto tenga que incluir en el objeto de mis análisis la figura de Eduardo, como principal dirigente del Partido que en breve gobernará España.
Sí, Eduardo, somos de izquierdas, no necesitamos recurrir a ambigüedades sobre tener nuestro espacio en el espectro.