Dado que vivimos inmersos en la inmediatez, no podemos sustraernos a exigir, reivindicar, solicitar, que aquellas cuestiones que consideramos importantes tengan una respuesta, una solución urgente.
Ya no se mide el paso del tiempo como hace tan sólo unas décadas. Rodeados de tecnología por todas partes, buscamos información, comparamos estados de la cuestión o incluso, en ocasiones, queremos presumir desde las Administraciones o desde las empresas, de lo pioneros que somos en según que tema.
Y esto que comentamos es válido también para la comunicación de los datos. Hasta escasamente unos años, nos fiábamos de los únicos canales que teníamos para recibirlos: los medios de comunicación tradicionales, especialmente la prensa y la televisión.
Sin embargo, hoy desde el móvil tenemos acceso a cualquier prisma que se quiera dar sobre lo que buscamos. Cierto es, que vivimos rodeados de bulos. Cierto es, también que cada vez vamos aprendiendo más sobre la corrección de errores en ese sentido y poniendo en duda determinados mensajes de escasa credibilidad.
Por todo ello y tratando de poner algún caso concreto reciente, me parece imprescindible no fiar todo al medio plazo. Hay momentos en los que la solución a la que apelábamos al principio, no sólo tiene que ser urgente, sino a su vez, inmediata, ya que si dejamos pasar el tiempo, posiblemente ya no sirva para nada.
Por ejemplo, hemos escuchado todos estos días la inmensa dejadez que tienen las entidades bancarias con nuestros mayores. Escasos en su mayoría de una profunda alfabetización tecnológica, quedan al albur de lo que las sucursales de estas empresas deciden hacer con ellos. En definitiva, dejan de prestarles los servicios a los que estaban habituados, sabedores de que no están, ahora, preparados para afrontar las medidas que les ofrecen ( y no sólo los mayores, he vivido en primera persona las inmensas dificultades de gente de mediana edad para hacer alguna gestión telemática ante un cajero automático).
Otro caso que podríamos citar es el de las bajas médicas para madres y padres con niños con Covid. Hace unas décadas tan sólo se concedían unos días de permiso por maternidad, hoy padres y madres disfrutan de varios meses para dedicarse al cuidado de un recién nacido. ¿Por qué, sin embargo, no podemos dar solución inmediata al hecho de que un niño enfermo no pueda quedarse en casa sólo enfermo?
Quizás, responsables públicos y empresas busquen respuesta para estos temas más adelante. Sin embargo es ahora cuando su sensibilización debería hacerse notar. Es lo que hemos convenido en denominar siempre empatía. En ese sentido, la labor de medios y redes sociales es fundamental.
A problemas urgentes, soluciones inmediatas.