En el último Pleno de la Asamblea de Extremadura nos encontramos con unas actuaciones, no por sorprendentes menos llamativas. Se trataba de una apelación de las dos derechas: el Partido Popular y Ciudadanos a no cumplir la Ley.
No es menos cierto que el PP en su momento se había pronunciado en contra de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, pero ese hecho no exime de su cumplimiento una vez aprobada. Ya saben ustedes, si una Ley no les agrada existen mecanismos para derogarla: presenten esa medida en su Programa electoral y sobre todo si llegan al Gobierno eliminen la Norma ( todo lo contrario de lo que sucedió en la etapa de M.Rajoy: eso sí la vaciaron de contenido al no dotarla presupuestariamente.
Por eso insisto, me pareció de una irresponsabilidad mayúscula el llamamiento que se hizo a que no se implementaran los contenidos sobre valores democráticos en el curriculum educativo extremeño.
Al parecer no les gustaba que el alumnado de Extremadura sepa diferenciar una Dictadura de una Democracia. Pueda valorar la importancia que tuvo la presencia de las primeras mujeres en la vida pública. Aprendan a ser tolerantes con los que no piensan igual que ellos. Sean conscientes de lo necesario que, en unos momentos donde los brotes de intransigencia surgen con cada vez mayor frecuencia, seamos respetuosos y asimilemos que el pluripartidismo es una riqueza en la lucha contra el pensamiento único.
De eso trataba el debate que las derechas quisieron obstaculizar y lo que más me incomodó, fue la falta de confianza en nuestro profesorado. Intuían que iban a adoctrinar. No se fiaban de la libertad de cátedra, de su formación ni de sus competencias. En definitiva, despropósito tras despropósito.
Y es queríamos denunciar que ante el avance en muchos países europeos de organizaciones que niegan o tergiversan los hechos históricos, como el Holocausto judío, la brutalidad del fascismo y, en España, la dictadura y represión contra quienes defendían las libertades y derechos democráticos, es preciso que los sistemas educativos, incluyan en sus currículos escolares contenidos sobre la memoria democrática, desde una perspectiva crítica que eduque con rigor sobre el conocimiento del pasado, los valores constitucionales y el amplio recorrido que tiene en España la defensa y conquista de los Derechos Humanos.
Con la llegada de la Democracia, el principal objetivo debe caracterizarse por convertir a la educación en un instrumento de desarrollo. Para algunos autores, la relación entre educación y contexto social condiciona su evolución, considerando a hombres y mujeres educados en colectividad hijos de su tiempo y de su medio.
Por estas razones no nos cansaremos nunca de reivindicar la necesidad de educación en valores democráticos que tanta falta hacen. Escuchen, lean, miren las noticias y se percatarán de ello.