Con toda la prudencia que aconseja la situación y sobre todo con el aprendizaje inherente de las penalidades que hemos atravesado, se abren en los próximos tiempos algunas ventanas para afrontar el futuro inmediato, con al menos algo de esperanza y confianza en que, como en un espectáculo deportivo, podemos, gracias a nuestro trabajo y esfuerzo, remontar.
Tendríamos que apuntar un buen número de factores, pero nos vamos a quedar con los más significativos: la llegada de los fondos europeos y la universalización de las vacunas.
Cualquiera que lea estas afirmaciones se percatará de lo ilusos que podemos llegar a ser si nos planteamos que son verdades absolutas.
Efectivamente, tanto uno como la otra necesitan hacerse entera realidad y que en caso contrario, prescindamos de egoísmos y saquemos de dentro la auténtica fuerza de un carácter eminentemente solidario y cooperador. Como indicaba Guillermo Fernández Vara, “ ¡hay tantas causas por defender!”.
Se habla, por consiguiente, de la buena o mala gestión de los políticos y no se pone el acento en el hecho de que, afortunadamente vivimos en Democracia. Nuestros responsables públicos están ahí porque ganaron unas elecciones y así lo decidió la mayoría de la ciudadanía. Cuando terminen sus mandatos tendrán que rendir cuentas. Por lo tanto, aunque cueste entenderlo, tienen que cumplir, en la medida de lo posible, con las promesas electorales. Y ello incluye, evidentemente ideología dentro de sus programas.
Pero es la recuperación de la actividad en calles y en lugares públicos la que nos hace ahora ser más felices. El paso siguiente, si seguimos con escrupuloso cumplimiento las instrucciones emanadas de las autoridades sanitarias, así como las restricciones que nos indiquen, será el vernos en colectividades.
Manifestaciones que hoy en día no hemos podido vivir como nos gustaría. Sin embargo, igual que nos hemos adaptado en un sinfín de aspectos de nuestra vida, hay que reconocer que tanto la imaginación como la potencialidad que ofrecen el avance tecnológico, nos ha permitido diversas formas de manifestarnos: desde la vía telemática, hasta las expresiones o llamamientos en los grupos de washaps y en las redes sociales. Ya sea de forma simbólica, ya sea de manera individual, ya sea de tipo grupal.
Seguimos, paulatinamente, dando pasos adelante. No lo estropeemos.
Quizás, tengamos que poner el acento en la educación en valores democráticos. Este concepto merece la pena una profundización mayor. Nos pondremos a ello.