Señalaba el historiador y filósofo, Yuval Noah Harare, que el verdadero antídoto contra una epidemia no es la segregación, sino la cooperación. Dado que es imposible aislarnos totalmente, tiene mucho más sentido que compartamos la información.
De ahí que cobre importancia la necesidad de contar con un Estado fuerte frente al liberalismo político y económico que lo adelgaza y prima el individualismo.
Estamos habituados a escuchar que de esta crisis, al igual que de otras de similares perfiles por las que hemos atravesado, sólo podemos salir adecuadamente si actuamos unidos.
Puede parecer retórica hueca. Palabras para rellenar en discursos grandilocuentes. Pero si bajamos a la realidad concreta. Si buscamos ejemplos concretos, nos percataremos que es precisamente la actuación conjunta la que logra obtener mejores resultados y de una manera más rápida y eficaz.
Eso sí, siempre que no nos dejemos llevar por el egoísmo y se produzcan beneficios inmediatos o rentabilidades efectivas para sólo una parte del todo.
Esta semana en el Debate del Estado de la Región, hemos tenido, de nuevo la oportunidad, de escuchar miradas hacia aquellos que no tienen las mismas oportunidades que nosotros.
El Presidente de la Junta de Extremadura nos ha pedido que pensemos en cómo han debido ( están) pasando estas situaciones tan dramáticas en muchos lugares donde no tienen, ni de lejos, las mismas oportunidades que nosotros.
Somos consientes de las enormes dificultades para sobrellevar las consecuencias de toda índole que lleva aparejada la pandemia. Sin embargo, también hemos sido capaces de esforzarnos para ayudar a aquellos que no podían afrontarla de la misma manera que nosotros.
Lo hacemos ahora, como lo han hecho antes por nosotros en otras circunstancias, sociedades más desarrolladas.
Por esa razón, cuando oigamos hablar de reconstrucción económica y social, acordémonos de valores internacionales, como la cooperación al desarrollo.
Ya sabemos hacia dónde nos ha conducido en determinadas épocas de nuestra Historia, apostar por la segregación. No lo repitamos.