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Alternativas

12 marzo 2019

Acabo de leer el interesante nuevo libro de Guillermo León sobre la construcción de la alternativa socialista en los primeros años de la Transición en la provincia de Badajoz...

Acabo de leer el interesante nuevo libro de Guillermo León sobre la construcción de la alternativa socialista en los primeros años de la Transición en la provincia de Badajoz. La Historia, tanto la reciente como la más distanciada, es una buena muestra de cómo, aparte de aprender de ella, nos ilumina con anécdotas que hacen que sepamos apreciar lo que tenemos. También lo que hemos avanzado. También lo que se repite y no nos hace únicos. Ni en lo bueno, ni en lo malo.

Así, entre 1974 y 1978, convivían 3 opciones, tanto a nivel nacional, como regional del ideario socialista: el PSOE Histórico ( fundamentado sobre todo en la fuerza del exilio), el Renovado ( con el empuje de los jóvenes del interior) y el PSP ( que gravitaba en torno a la personalidad del profesor Tierno Galván).

Todos ellos tuvieron una singladura especial y terminaron en la unión en la fuerza que se llegó a denominar “del cambio”: el PSOE.

Resulta curioso ver las circunstancias en las que se desenvolvieron. Las discusiones entre sus primeros dirigentes. La celebración de sus primeros Congresos y elección de cargos de responsabilidad en una Democracia recién estrenada.  

La creación de las nuevas Agrupaciones locales ( muchas de ellas herederas de la Segunda República). Las dificultades, por el miedo, para lograr implantarse. Y su reverso, la ilusión.

Los primeros mítines. Las primeras elecciones. Las relaciones con los viejos veteranos y con los sindicatos, en especial con la UGT.

El poder de la memoria y de la represión. Y sobre todo, los símbolos.  Era curioso escuchar la Internacional en muchos de nuestros pueblos donde durante 40 años sólo se había oído “El cara al sol”.

También el riesgo de significarse. En ese sentido son muy atractivas algunas anécdotas, como la de Paco Fuentes, histórico dirigente de estos primeros años quien dio un mitin en la plaza de Táliga, completamente sólo, mientras el público le escuchaba desde dentro de los bares sin atreverse a salir.

Costaba trabajo ir acostumbrándose a la convivencia con los partidos políticos y sus rutinas. En Hervás, la Guardia civil irrumpe en un mitin donde los asistentes levantaban el puño entonando la Internacional. Los guardias al verlos, se animaron y lo levantaron también ellos. Otros tiempos.

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