Ahora que se acerca diciembre, es el momento de entrar en el debate de los distintos Presupuestos de las Administraciones Públicas. Nos fijaremos en las grandes cifras. En las subidas y bajadas. Interpretaremos o haremos a los números “cantar” lo que a cada grupo le interese resaltar. Se repetirán lugares comunes como la importancia de las políticas sociales, la educación, la sanidad, la dependencia y el empleo.
Sin embargo, hay asuntos que pueden parecer extemporáneos en este tipo de debates. Inconvenientes. Quiero apuntar aquí uno que me toca muy de cerca: las políticas de Memoria Democrática.
Esta semana tuve la ocasión de reunirme en Sevilla con el Director General de Memoria Democrática de Andalucía. Pude comprobar in situ los avances en este sentido que se han logrado en estos años: ya sea desde el punto de vista normativo, como también en el acompañamiento de unos instrumentos administrativos. Si le sumamos la ayuda de la Universidad, entre todos, están contribuyendo a llevar a cabo un gran número de iniciativas que, sin duda, ayudan a comprender el fenómeno.
En Extremadura, ya desde comienzos del siglo XX tenemos mucho terreno avanzado. Ahora, a la espera de la aprobación de la nueva Ley, vemos como se empiezan a reflejar en los Presupuestos de algunas instituciones, como las Diputaciones, la creación de Comisiones que se van a encargar, de algo tan de sentido común, como velar para que se cumplan las Leyes.
Elaborarán catálogos de vestigios, informarán a las Administraciones sobre simbología, atenderán a consultas de la ciudadanía…
En definitiva, a veces, lo más importante no es la inversión, si no la voluntad de llevar a cabo unas líneas de actuación que sean sensibles con lo aprobado en nuestras Leyes.
Claro que muchos volverán al recurso retórico de la extemporaneidad: como si fuese incompatible mantener la Memoria, preservar la Historia, consolidar los valores de la Democracia y del pluripartidismo con preocuparnos con los asuntos del día a día. A mi juicio, no sólo no son incompatibles, si no que ha sido necesario el trabajo de muchos españoles décadas atrás para que podamos hoy en día, hablar con libertad.