Esta semana en la Asamblea hemos hablado de cooperación al desarrollo. Si bien buena parte de la política se tiene que versar en tratar de solucionar lo inmediato (y se podía pensar en oportunismo) hemos enfocado el asunto desde las líneas generales de actuación que debe tener el establecimiento de este tipo de acciones.
A mí, sobre todo, lo que más me interesa resaltar, es la imperiosa relación que debe tener la cooperación al desarrollo con la educación. Ahora que todos estamos tremendamente sensibilizados con la crisis de los refugiados en Europa. Ahora que todos nos ponemos en marcha para proponer iniciativas que palíen los dramas. Ahora, es el momento de recordar la necesidad, sí la necesidad, de volver a implantar la asignatura Educación para la Ciudadanía.
Nuestros jóvenes desde la etapa infantil hasta la Universidad deben ser conscientes de que podrán ser extraordinarios científicos, excelentes abogados, resolutivos médicos y sanitarios, aplicados informáticos, geniales escritores y profesores…. Pero ante todo tienen que construir su personalidad profesional basada en la defensa de los Derechos Humanos.
Así, tenemos que luchar porque materias como la descrita no se queden en el cajón de la transversalidad. Al igual que las Matemáticas, la Lengua o los idiomas, necesita su espacio propio en el curriculum.
Se trata de una temática, la cooperación al desarrollo, que no sólo pueden ver en las noticias o que les suene recurrente en las bocas de los políticos, sino que, por el contrario, son acciones que pueden ejecutar a su alrededor con la voluntad de la implicación directa.
Estoy completamente seguro que con una buena base educativa en este sentido, muchos de los problemas actuales se aminorarían. Estamos hartos de presumir de globalidad, de fronteras más permeables, de interactuación en todos los niveles pero a la mínima objeción nos ponemos a la defensiva y tiramos de instintos primarios.
Si algo me está enseñando esta nueva etapa de mi vida, es que no sólo las reuniones, los discursos, las intervenciones (todas ellas importantes para llegar a acuerdos) son precisas. Llega mucho más a mi corazón las palabras de algún ciudadano cundo te agradece haberle escuchado.