En cualquier diccionario enciclopédico, al buscar trampantojo debería salir directamente Romangordo. Esta población en el norte de Cáceres, en pleno entorno de Monfragüe no solo es un remanso de paz que invita a quedarse algunos días para descansar. Es todo un museo al aire libre del trampantojo, esa técnica pictórica con la que el artista trata de engañar bienintencionadamente al ojo humano para que, con una cuidada sensación de profundidad y perspectiva, crea que lo que está viendo es real. Esa magia, ese límite entre la realidad y...
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