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Un estudio de UEx alerta del "preocupante" aumento de temperaturas previsto en Extremadura

En los próximos 79 años, continuará el aumento de las temperaturas máximas, la llegada de olas de calor y eventos calurosos más duraderos e intensos

27 agosto 2020 | Publicado : 16:08 (27/08/2020) | Actualizado: 22:03 (27/08/2020)

Los resultados de un estudio de la Universidad de Extremadura (UEx) sobre la evolución de las temperaturas máximas en la Península Ibérica durante el presente siglo ofrecen un pronóstico "pesimista", según el cual los científicos alertan del "preocupante" aumento de temperaturas previsto en esta comunidad para las próximas décadas.

Así, la previsión de un aumento constante en la frecuencia de dichas olas de calor; todo ello bajo un escenario de rápido crecimiento económico basado en el uso equilibrado de todo tipo de nuevas y eficientes fuentes y tecnologías energéticas.

Estas son las principales conclusiones del estudio, publicado en la revista Atmosphere, que ha sido llevado a cabo por el grupo AIRE (Física de la Atmósfera, Clima y Radiación de Extremadura) desde la Universidad de Extremadura.

Desde la UEX, se señala que este grupo de investigación que trabaja con modelos climáticos, pronosticando las condiciones climáticas en un futuro próximo, se ha ocupado de estudiar distintas variables climáticas a lo largo de su historia y actualmente se centran, además, en el estudio de una serie de sucesos relevantes en las investigaciones de cambio climático, los "eventos extremos".

Se conocen así aquellos fenómenos que son intensos y se producen con poca frecuencia, como ocurre con las sequías, las inundaciones o las olas de calor. Estas últimas se encuentran entre los eventos de dichas características que afectan a la Península Ibérica y que, a pesar de ser considerados fenómenos raros, cada vez son más frecuentes e incluso de mayor duración e intensidad.

Javier Portero Serrano, Francisco Javier Acero Díaz y José Agustín García García son los investigadores que han analizado cómo han evolucionado las temperaturas máximas en la Península Ibérica entre 1961 y 2000 para proyectar su tendencia hasta finales del presente siglo, y poder así pronosticar lo que ocurrirá con la duración, frecuencia e intensidad de olas de calor y eventos calurosos. La "originalidad" de su investigación reside también en el uso de una metodología estadística novedosa en climatología, conocida como Max-Stable Processes.

Un trabajo que "no hubiera sido posible realizar" sin la participación del personal investigador del área de Estadística e Investigación Operativa del Departamento de Matemáticas y de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), ha resaltado la UEx, que agrega que parte del fruto del mismo se debe, igualmente, a las colaboraciones previas con universidades y empresas francesas.

PROYECCIONES ANALIZADAS

Una de las primeras actuaciones llevada a cabo por parte de los investigadores ha sido seleccionar aquellos modelos que, para el período 1961-2000, aportan valores de temperatura más similares a los que fueron registrados durante esos años por 250 estaciones meteorológicas que la Aemet tiene distribuidas en España. "De esta forma los resultados que se obtienen son más fiables", matiza Portero.

A continuación, han analizado las proyecciones de los modelos elegidos, obteniendo que las temperaturas máximas van a seguir aumentando a lo largo de los próximos años y que lo harán de forma más pronunciada desde mediados de siglo en adelante. El suroeste de la Península Ibérica (Beja y Faro, en Portugal y el sur Extremadura y el oeste de Andalucía, en España) alcanzará las temperaturas más altas, pudiéndose llegar a registrar más de 45 grados a finales de siglo.

Asimismo, prevén que las temperaturas máximas vayan a ser cada vez más parecidas entre sí durante días consecutivos en la mitad occidental de la península, mientras que en la región mediterránea se registrará mayor diferencia entre dichas temperaturas. En lo que a Extremadura respecta, en verano se vivirán varios días seguidos en los que la temperatura máxima apenas descenderá "para darnos un respiro", como ha ocurrido el pasado mes de julio.

En relación a los eventos calurosos y las olas de calor, los resultados muestran que se producirá un aumento muy brusco en su duración e intensidad y que, además, el aumento en la frecuencia de las olas de calor se mantendrá constante durante todo el siglo.

La Universidad extremeña ha destacado además que los eventos calurosos serán más frecuentes en la región suroeste de la península, mientras que en el sureste (sur de Valencia, Murcia, Andalucía oriental y Castilla-La Mancha) estos eventos durarán más; aunque la duración promedio de dichos eventos en toda la península aumentará de 5 días hasta casi 24 días. Por su parte, las olas de calor presentarán casi la misma frecuencia en todo el territorio, pero tendrán mayor duración y frecuencia a lo largo de toda la costa mediterránea.

AUMENTO DE TEMPERATURA

Para una región como Extremadura, resaltan las mismas fuentes, es de gran importancia que se analice la evolución y la tendencia de las temperaturas máximas, sobre lo cual Acero ha explicado que el valor de este tipo de estudios radica en que el aumento que se está produciendo en dichas temperaturas tiene efecto sobre sectores presentes en la comunidad, como son sanidad, agricultura y ganadería o construcción, además de afectar a la biodiversidad y a la aparición de incendios forestales.

Los resultados de este trabajo se encuentran disponibles y pueden servir para orientar en la elaboración de las políticas pertinentes, en relación a lo cual los investigadores consideran que, en este contexto, las administraciones deben elaborar y llevar a cabo "con mucha rapidez" los planes de adaptación y mitigación "oportunos", ya que todos los estudios de este tipo corroboran que la situación "va a peor".

"Lo que está claro respecto al cambio climático es que la acción antropogénica ha provocado esta modificación tan brusca y repentina en las características de los fenómenos extremos", ha expuesto, para añadir que no se puede negar que nuestra especie es la responsable de la emisión de las cantidades de gases de efecto invernadero que provocan tal alteración.

"Mientras tanto", continúa la UEx, "seguir adquiriendo hábitos más sostenibles es una muy buena opción que, además, nos servirá para habituarnos a los cambios que ya se están produciendo". "Cómo nos movemos, qué compramos y de dónde procede, cuánto consumimos y reutilizamos, cuál es la eficiencia energética de los materiales y aparatos que se incluyen en casa son algunas cuestiones que nos pueden dar pistas sobre cómo contribuir a que la situación no empeore a mayor velocidad", ha puntualizado.

"Aunque nos parezcan pequeñas acciones, todas juntas tienen su efecto", subraya Portero, mientras que la Universidad hace hincapié en que cada época se ha caracterizado por algún desafío "que como especie hemos enfrentado y superado, puesto que de lo contrario hoy no estaríamos aquí", de modo que "la crisis climática que vivimos debe convertirse en uno de ellos".

"Es lo que millones de jóvenes llevan exigiendo desde hace más de un año, dándole voz en todo el mundo a los problemas sobre los que la comunidad científica lleva mucho tiempo alertando que debemos resolver lo antes posible. Y es que no podemos olvidar que, como recoge una frase de autoría incierta, la Tierra no es herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos", concluye el comunicado.

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